Opinión

La IA y el fenómeno Nvidia

El término Inteligencia Artificial es un poco confuso y hay quien lo demoniza por temor a que las máquinas acaben sustituyendo a los humanos, tema muy presente en la ciencia ficción. Nadie conoce el futuro pero es importante recalcar que

El término Inteligencia Artificial es un poco confuso y hay quien lo demoniza por temor a que las máquinas acaben sustituyendo a los humanos, tema muy presente en la ciencia ficción. Nadie conoce el futuro pero es importante recalcar que los expertos coinciden en que lo que diferencia al ser humano del resto de animales no es la inteligencia; esa cualidad la tienen otros seres, incluso los hay que crean herramientas. Lo que nos hace humanos es el pensamiento abstracto y cómo con él creamos ideas, valores y símbolos que nos han ayudado a evolucionar. Tiene un punto negativo, ya que ningún animal arriesgaría su vida por una creencia como hacemos los “sapiens” cuando batallamos por una religión o una bandera, pero en general ha sido muy positivo ya que la civilización se basa en valores intangibles. Y para apuntalarlos hemos creado símbolos que en ocasiones son más importantes que el bien tangible, es el caso del sello de un notario por ejemplo. Y por supuesto, se ejemplifica con el dinero, uno de los mayores convencionalismos que entre todos hemos aceptado porque creemos en él, hasta el punto de preferir un trozo de papel al que asignamos un valor antes que una pieza de fruta, algo impensable para un animal.

Así pues, la IA no sustituye a los humanos pero es cierto que, bien programados, sus algoritmos pueden ejecutar muchas actividades como si lo fueran. Ahí radica su revolución que puede ser muy positiva en economía al disparar (quizás) la productividad y muy negativa en lo social (de nuevo quizás) si elimina muchos puestos de trabajo, si bien probablemente no sea para tanto ni para un lado ni para otro. La IA, que ya existe hace tiempo pero que está mejorando mucho últimamente, automatiza la toma de decisiones, la resolución de problemas y el aprendizaje. Un ejemplo son las redes neuronales artificiales que, y eso es muy conocido en los mercados financieros, pueden sustituir a los humanos -eliminando sus debilidades- a la hora de especular comprando y vendiendo activos. Aunque visualmente, e influidos por cierto tipo de películas, sean los robots con forma humana los que despiertan mayores recelos entre la población, la IA que más me lo provoca a mí, son los llamados sistemas expertos, que son aquellos que, teóricamente, piensan racionalmente. De momento, se puede afirmar que aún está en fase de investigación, pero se indaga (y mucho) en ellos. Incluso se llega a hablar de sistemas que tratan de imitar de manera racional el comportamiento humano, como los agentes inteligentes.

Batió un récord histórico: el de la mayor subida en capitalización en una sola sesión. El 22 de febrero de 2024, Nvidia elevó su valor bursátil en 227 mil millones de dólares, algo que nunca se había conseguido en apenas unas horas

Más allá de lo que pueda hacer o no la IA, lo cierto es que los mercados financieros ya están descontando lo positivo que puede ofrecernos, o al menos lo que puede influir en ciertas cotizadas. El paradigma de todas ellas es Nvidia. Precisamente el mes pasado contabamos los inicios y la historia de esta empresa y comentaba que había sido la estrella en rentabilidad en 2023 del principal índice bursátil estadounidense (y por lo tanto mundial), el S&P500, con un +239% en el año entrando en el club de las cotizadas que superaban el billón de dólares de capitalización. El motivo son sus chips, ideados y desarrollados con gran talento para la industria del videojuego y que resultan muy adecuados para la Inteligencia Artificial. No es raro que ocurran estas cosas, que buscando la eficiencia en un tema aparentemente frívolo se consiga un producto que sirve a un propósito mejor. Pasados algo más de dos meses de 2024, Nvidia sigue brillando en bolsa (+80% en lo que llevamos de año), especialmente tras los magníficos resultados -del último trimestre de 2023- presentados en febrero. De hecho, al día siguiente de éstos, batió un récord histórico: el de la mayor subida en capitalización en una sola sesión. El 22 de febrero de 2024, Nvidia elevó su valor bursátil en 227 mil millones de dólares, algo que nunca se había conseguido en apenas unas horas. Para que nos hagamos una idea de la enormidad que supone esta cifra, Inditex ha marcado en estos días sus máximos históricos y toda la multinacional española vale unos 140 mil millones de dólares.

El negocio está en los chips

Nvidia se está convirtiendo en la cotizada que más rápido pasa de valer un billón de dólares a dos billones de dólares. El riesgo de que esta fiebre por la IA y las cotizadas relacionadas con ese sector sea una burbuja especulativa, que los mercados estén adelantándose demasiado a la realidad, como ya pasó a comienzos de este siglo con internet (que efectivamente era la tecnología del futuro pero que aún tardaría en ofrecer beneficios), es alto. Pero desde luego menor para Nvidia, ya que su ascenso se debe a que tiene el mejor producto, aparentemente, para desarrollar la tecnología, con lo que los inversores descuentan que los que la quieran desarrollar comprarán lo que fabrica. Y esto lo harán aunque finalmente la IA no cumpla las expectativas, por lo que la empresa que más se beneficie de ello es la que crea las herramientas. Como ocurrió en la famosa Fiebre del Oro californiana del siglo XIX, muy pocos se enriquecieron con el oro, pero los que vendían palas, picos y cedazos, esos ganaron seguro. Probablemente a aquella burbuja le debemos los pantalones vaqueros, en otro ejemplo de que las consecuencias de algo pueden ser muy diferentes a las programadas. Y de momento el mayor negocio no está en la IA, está en los chips que la hacen posible.

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