Ahora entiendo lo del moño. No lleva ni un año en el Gobierno y ya tiene abiertos tantos frentes como el PSOE de González en su última legislatura. En realidad, cuando Pablo Iglesias decía que había que “cabalgar contradicciones” se refería a subvertir la Ley y la moral desde dentro. Sí, ya sé que piensan que son dos conceptos burgueses deplorables, algo cultural que este partido de iluminados iletrados quiere derribar para imponer su religión. No lo van conseguir, y en el camino han cometido un buen puñado de irregularidades. Vamos a ellas.
El 'caso Dina' ha desvelado lo que es Podemos. Iglesias se personó como perjudicado por el robo de una tarjeta de móvil alegando que era espiado por las “cloacas del Estado”. Con una mínima investigación se ha descubierto que era falso. Lo que parecía el testimonio de un pobre político de izquierdas, el libertador bolivariano acosado por 'las cloacas' temerosas de que fuera el nuevo Espartaco, ha resultado un embuste.
La malvada 'ultra y ultraderecha'
No solo el cuento de 'las cloacas' fue una presunta invención de Neurona, la empresa llegada a España para percibir casi 400.000 euros que han acabado en Dallas (Estados Unidos), sino que el ahora vicepresidente del Gobierno puede ser que mintiera en sede judicial. Mentir es feo, y además es un delito; más si se hace acompañar por lo que parece una denuncia falsa.
Tiene que decidir si van a imputar a Pablo Iglesias por los delitos de fraude procesal y denuncia falsa para que lo juzgue el Tribunal Supremo
Todo esto supone, por otro lado, que la idea-fuerza de su campaña para las elecciones del 28 de abril de 2019 era rotundamente mentira. No eran víctimas de nada, salvo de su falta de honestidad. Vendieron a su electorado que eran tan peligrosos para el sistema neoliberal y patriarcal, para la malvada 'ultra y ultra ultra derecha', que no tenían más remedio que espiar sus movimientos. No creo que sus votantes se sientan ahora muy reconfortados al saber que su Conducător les mintió.
Esta es la razón por la que la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional tiene que decidir si van a imputar a Pablo Iglesias por los delitos de fraude procesal y denuncia falsa para que lo juzgue el Tribunal Supremo, como pide el juez que instruye el caso Dina, Manuel García Castellón, y la Fiscalía Anticorrupción. Aquí le viene muy bien a Pablo Iglesias estar aforado, una institución a la que combatió con su acostumbrada demagogia.
Millones de Bolivia
La contratación de Neurona como supuesta consultora electoral de Podemos tuvo problemas desde el principio. Esa 'agencia' ya funcionaba en Hispanoamérica, vinculada siempre a partidos y gobiernos del 'socialismo del siglo XXI'. No era conocida por sus campañas, sino por lo que decían de ella: “Es una especie de sociedad para sacar pasta”. Por ejemplo, le sacó un millón de euros al Gobierno de Evo Morales, asunto por el que es investigada ahora en Bolivia. El miedo de Podemos es que Neurona se descubra como el intermediario entre los ejecutivos latinoamericanos y su partido.
El Tribunal de Cuentas sospechó que algo turbio había en cuanto vio la contabilidad podemita porque Neurona no estaba registrada antes de facturar, dando el perfil de constituir una sociedad pantalla. Quien mejor ha descrito la situación contable podemita ha sido el Fiscal Jefe del Tribunal de Cuentas, quien aprecia “indicios racionales suficientes de la perpetración de un hecho delictivo”. El resultado es que Podemos está imputado como persona jurídica.
Ahora un juez ha exculpado al Gobierno de Ayuso de las muertes en las residencias de mayores, y señala directamente a Pablo Iglesias, quien asumió el 19 de marzo esa competencia
El daño que todo esto puede hacer a su imagen de 'partido de la gente' y encarnación de la virtud es enorme. Su supuesta superioridad moral quedará, de hecho ya está pasando, como la demostración de un tremendo engaño tanto como de un complejo. Esto lo sabe Podemos, claro, y por eso ha vetado junto al PSOE la formación de una comisión de investigación en el Congreso. Eso no ha pasado en otras ocasiones, cuando aprovechaban cualquier ocasión para exigir una comisión de este tipo anhelando llenar espacios televisivos.
Aquí no acaba el futuro procesal de Pablo Iglesias. Ahora un juez ha exculpado al Gobierno de Ayuso de las muertes en las residencias de mayores, y señala directamente a Pablo Iglesias, quien asumió el 19 de marzo la competencia, y al Ministerio de Sanidad, máximo responsable del mando único. Esto sienta jurisprudencia para próximas sentencias y denuncias.
No se nos olvida el latiguillo con el que siempre responden a las imputaciones: “Ya fuimos antes acusados y no pasó nada”. Puede ser. Pero ahora serán víctimas, ahora sí, de la máquina mediática del PSOE, una trituradora industrial de carne fresca, que jugará con la amenaza informativa, el momento de sacar las noticias, los editoriales, las fotos y los testigos. Habrá condenas mediáticas en el momento más apropiado para beneficiar a Pedro Sánchez, e Iglesias quedará cabalgando sus contradicciones con su caballito del tiovivo.
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