José María Lassalle fue durante algunos años ideólogo del PP, ya por entonces evidente oxímoron. Hoy por hoy es tertuliano residente en La Ser -dónde si no-, y la semana pasada dejó donde Àngels Barceló, la casa por excelencia del análisis crítico, una reflexión a la altura de un secretario de Estado de Cultura.
“Las nuevas generaciones se ven víctimas del avance de la extrema derecha al alejarse de una cultura basada en el libro, muy afirmada sobre la pantalla”, venía a decir. Después añadía la referencia técnica que no puede faltar en cualquier aportación de un intelectual liberal instalado en La Ser. “Las pantallas no permiten eso que Heidegger decía de pensar a las manos, pensar con los objetos. Esa falta de objetualidad está haciendo que resurja el mito. Y además un mito muy vinculado a la cultura de una educación sentimental basada en el videojuego. Y en el videojuego los valores que operan son los valores del mito. La audacia, la fuerza, la violencia, la imposición…”. La conclusión, aunque las palabras no lo fueran, era clara: las pantallas convierten a los jóvenes en víctimas del fascismo, el fascismo los atrapa con facilidad porque han abandonado la cultura del libro, y la cultura del libro era lo que desde la democracia nos había provisto de herramientas para combatir el fascismo.
Lo más gracioso de este galimatías heideggeriano (pasamos del oxímoron al pleonasmo) es la insistencia en las cualidades dañinas del mito, de lo irracional, cuando la tesis mediante la que lo denuncia parece más bien la sinopsis de El señor de los anillos: la pantalla atrae y atrapa, el libro libera. Es muy difícil combinar argumentaciones y conclusión de manera más irracional, menos crítica y con una lógica más débil que la que se muestra en el vídeo, pero si alguien quisiera superarlo ya sabe lo que tendría que hacer: leer mucho, pensar mucho y hablar mucho. Ahí está lo más interesante del asunto. Sólo alguien herido por las ideas y las palabras, encadenado a las metáforas y las imágenes y moldeado por la universidad y los congresos puede producir un discurso tan pomposamente vacío como el del intelectual de La Ser-Ahí.
La idea en esencia podría haber salido de casi cualquiera de los tertulianos en nómina, y habrían elegido las pantallas como podrían haber usado cualquiera de los entrantes incluidos en el catering del consenso social-radiofónico. La tesis no habría cambiado gran cosa: la extrema derecha es la gran amenaza a la que nos enfrentamos como sociedad y el fascismo se cura leyendo. Podrían haber colado el fútbol, otro de los recursos que se pueden manejar con facilidad. Algo así: “El fútbol competitivo, con su naturaleza agresiva y su adoración del triunfo y la voluntad, convierte a los jóvenes en víctimas de la extrema derecha. Esto es algo que aprenden desde la infancia, con una distribución del espacio y el tiempo del recreo en la que se prima la extensión frente a la intención, el movimiento frente al reposo, lo masculino frente a lo femenino”.
“La amenaza de la extrema derecha” es una de las expresiones esenciales del complejo periodístico-social. Todo la alimenta, y todo daño -futuro o presente, real o imaginario- procede de ella
Una vez que aprendes el juego de saber lo que hay que decir y cómo, en realidad es muy fácil decir cualquier cosa. Sería muy fácil, por ejemplo, darle la vuelta al argumento bibliófilo. “El libro acerca a los jóvenes a la extrema derecha porque prioriza una actividad individual, lleva al aislamiento social y refuerza con argumentos de autoridad ideas preconcebidas. El libro además arranca con el artículo masculino singular “el”, y sabemos que el fascismo también comienza con la exaltación de lo masculino y lo individual. El libro apela a la lectura única y cierra el diálogo, nos aleja de la cultura de la oralidad y de la crítica que ha sido siempre en democracia la generadora de herramientas contra la extrema derecha”.
El discurso no es ridículo de manera casual o por la incompetencia del autor. Lo es porque cuando se compara con la realidad no se sostiene. Por eso tiene que sonar elevado, para que la mirada se dirija a las alturas y no al terreno. “La amenaza de la extrema derecha” es una de las expresiones esenciales del complejo periodístico-social. Todo la alimenta, y todo daño -futuro o presente, real o imaginario- procede de ella.
La amenaza de la extrema derecha es mucho más preocupante que la realidad de la extrema izquierda, que es innombrable. No existe, y sobre todo no puede existir. Pero resulta que el más reciente asesino político en España venía envuelto en pegatinas de un grupo antifascista. La última paliza política en España ha partido de los brazos leídos de jóvenes vascos de izquierdas. Y el último asalto político a la inviolabilidad del domicilio se ha producido gracias a la fuerza dialogante y crítica de las piernas de otros dos sujetos de izquierdas. Más lejos, aunque no tanto, quedan episodios como los de Rodrigo Lanza o el de la “pelea de bar de Alsasua”.
También hay violencia de extrema derecha, claro. La diferencia está en que la primera siempre es anécdota breve y difusa, mientras que la segunda, incluso cuando es falsa, es categoría y tiene causas claras.
JaimeRuiz
Estos pensadores podrían empezar explicándonos qué es derecha y qué es izquierda. Es un lenguaje vacío, absurdo, la reacción especular a lo que quiere criticar, al que quisiera rebatirlo con sus ejemplos no le costaría nada quejarse de que la izquierda a veces cae en los errores de la extrema derecha y poner a Rodrigo Lanza en ese bando, al que pertenece por tradición familiar, y seguiría encantado con su izquierda ilustrada porque el catecúmeno, es decir, el universitario, entiende izquierda por intelectualismo y cultura y, vuelvo al punto inicial, estos genios se lo confirman porque ¿cuándo han explicado que es otra cosa? ¿Por qué no explican qué es lo que entienden por izquierda y derecha o ponen, como pedía Escohotado, algún sinònimo?
Karl
e.g. Hablar del "vaciado de valores, ideales y formas de vida del liberalismo" es un hombre de paja en toda regla para acusar al liberalismo de la pérdida de valores causada por la ausencia de libertad. Véase la cita de Erich Fromm al respecto.
pancho
Y nos insultan cuando decimos que el PP está desde siempre a las ordenes de la "superioridad moral" de la izquierda. Se verifica cada día y a cada hora.
Hulshof
La juventud se aísla de los políticos y de los intelectualoides que rebuscan mucho en la palabrería para no decir nada. La juventud está harta de una casta política que no resuelve sus problemas, incumple la Constitución en lo que respecta a ellos de manera sistemática. Por eso buscan aislarse del ruido. Y no me olvido que una buena mayoría rechazan toda imposición de lo woke traído de la mano de la extrema izquierda radical que no admite debates sobre ellos de manera sectaria.
Silvania
Este Lassalle no estuvo casado con Merichel Batet ? Y ahora tertuliano de la Ser ? Pues eso. PP en estado puro. Y encima un imbécil creyéndose Heiddeger. No merece la pena dedicarle cuatro líneas.
luki
Hay que estar aburrido para comentar lo que comenta un tertuliano expolítico en ejercicio de su libertad de expresión (y que no nos gusta). ¿No hay nada mejor que hacer killo?
Sor Intrepida
Curioso Lasalle desde innumerables cargos políticos del PP,debidamente remunerados por el contribuyente, a decir sandeces en la SER.De leer tantos libros de caballerías "se le vinieron secar los sesos...".Como a nuestro Ilustre Hidalgo Manchego.Sin comparación posible....
Aquiles
El Pais , la Ser , As ....son prensa que tiene a sus "Nada Objetivos" periodistas Catalanes ayudando a Sanchez , BNG , BILDU , ERC , JxCat , PNV , así que los tengo vetados y desintonizados , como al canal la SeCta y RTVE , con su matraca dirigida a los Queer y Woke LGTBIQ+ , el 2% como mucho de los españoles ... Eso si , les hecho un vistazo a sus portadas , para comentarlas y reirme de ellas en otros periodicos SERIOS ...
vallecas
Esta locura no debería preocuparnos, no me interesa la Ser, no TVE, ni el País. Tenemos millones de vecinos pero en nuestra vida hay 100 personas.(aproximadamente). Hace poco Sunak, Primer Ministro de RU, pedía AYUDA a la policía contra el abuso y las amenazas de estos grupos. El problema que tenemos en España es que el el GOBIERNO, es el Presidente Sánchez el que amenaza la convivencia, el imperio de la Ley y la Constitución. Sánchez está dando un golpe de estado. Esto si que es preocupante.
Mazarino
Estoy de acuerdo con Vd.
Apeiron
"La ultraderecha", cada vez que la pronuncian desciende la temperatura global de la atmósfera. Así que nunca se dice lo suficiente para contribuír a combatir el cambio climático. En el episodio de esta semana de "Días de cine", al respecto del cine argentino, se permitieron afirmar que goza de excelente salud "a pesar de la preocupante situación política del país". Quedó esa frase huérfana de la omnipresente palabra, porque si hay algo preocupante o malo en el mundo sólo puede ser la ultraderecha. Angels Barceló: tú sí que eres ultraderecha.