Es difícil negar que casi todo lo que rodea a nuestra joven e inexperta ministra de Igualdad lleva incorporado un áurea de innovación.
Sin duda, lo más novedoso – al menos, en nuestra reciente Historia- es que accediese a un sillón ministerial siendo la pareja del vicepresidente del Gobierno. Existen ejemplos internacionales de nepotismo como son las poco edificantes y nada exitosas aventuras peronistas. Pero para encontrar un precedente patrio que resulte parcialmente asimilable debemos remontarnos al siglo XIX el caso de Isabel II y uno de sus amantes, el general O´Donnell. que fueron a la par reina y primer ministro. Paradojas de la Historia, la pareja Iglesias & Montero reeditan ahora un episodio otrora personalizado por una Borbón.
No se agota ahí el velo innovador de la ministra, pues de su creatividad ha surgido una nueva forma de debate político o, al menos, de intentar afrontarlo. Así, cualquier crítica a su ministerio, a su política, a sus decisiones … intenta ser acallada atribuyendo al autor de la crítica el sanbenito de machista. Pero ahora ¡sí que sí! no le va a resultar fácil atribuir semejante calificativo a Lidia Falcón, líder histórica del feminismo, por manifestar que el Ministerio de Igualdad es una broma de amigas de barrio que van allí a jugar. O por declarar que la propia existencia del Ministerio trae su causa en la voluntad de darle un cargo a la ministra que ni ha estudiado ni sabe.
El machismo engrasado
También parece haber innovado la ministra en lo que hace a la asignación de funciones a sus colaboradores. Según denuncia Mónica Carmena, antigua responsable del cumplimiento ético interno en Unidas Podemos, un alto cargo de su Ministerio, Teresa Arévalo, tiene como función el cuidado de los hijos de la ministra.
De igual modo ha de considerarse novedoso que, ocupando silla en el Consejo de Ministros, la ministra haya criticada con enfurecida contundencia una decisión del delegado del Gobierno en Madrid: la prohibición de las manifestaciones y concentraciones previstos para hoy. En todo caso ¡Sí o sí! embadurnando su crítica con referencias al machismo engrasado, expresión también creativa.
Como su creatividad parece ir acompañada de perseverancia, a la ministra no le ha importado que el Consejo General del Poder Judicial considere, además por unanimidad, que su proyecto legislativo estrella resulta incompatible con las normas más esenciales del Estado de Derecho. Ella, creativa y perseverante, ha dicho ¡Que sí, que sí! que será ley.
En plena crisis sanitaria económica, el Ministerio que ha visto aumentar en mayor proporción su partida de gastos en los presupuestos generales (un 60%) haya sido el de Igualdad
La broma -en realidad, el drama- estriba en que, existiendo dos grandes problemas a los que España se enfrenta hoy, la crisis sanitaria y la crisis económica, el Ministerio que ha visto aumentar en mayor proporción su partida de gastos en los presupuestos generales (un 60%) haya sido el de Igualdad.
Pero de esta ingeniosidad no es culpable solo Irene Montero. Hay muchos más responsables: La otra Montero (ministra de Hacienda), el presidente Pedro Sánchez, el Consejo de Ministros en pleno, todos los grupos parlamentarios que votaron favorablemente el Presupuesto …
Es lo que tiene sentar a una genialoide en tu mesa. Emulando a Lidia Falcón podría decirse que, si le regalas un juguete a una niña luego, ¡eso sí!, no puedes prohibirle que juegue. Y así, mientras los españoles vemos cómo cierran bares, cafeterías, restaurantes y hoteles por falta de ayudas del Estado, observamos las dificultades de las empresas comerciales por la ausencia o reducción de compradores, o asistimos a la hecatombe de nuestra industria por el derrumbe de la demanda, tenemos que tragar con la convocatoria de cursos esotéricos y la oferta de subvenciones estrafalarias para proyectos absurdos que realiza ¡un día sí y otro sí! el Ministerio de Igualdad.
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