La tensión es fundamental en las redacciones de los periódicos. De lo contrario, no publicarían tantas noticias ni sus periodistas estarían sometidos a tanta frustración, estrés y secuelas de las mujeres que los abandonaron, hastiadas. Todo sucede a tanta velocidad y el estado de ánimo general es tan voluble que resulta demasiado sencillo equivocarse. Por eso, considerar que todo error tiene mala intención o juzgarlo con la superioridad moral de los 'verificadores de noticias' suele ser inapropiado.
La Agencia EFE, que es pública y que tiene su propio verificador, difundía esta mañana un teletipo titulado: 'Isa Serra, condenada a 19 meses por atentado al intentar frenar un desahucio'. Lo acompañaba de un tuit en el que se afirmaba: “La diputada de Unidas Podemos en la Asamblea de Madrid Isa Serra, condenada a 19 meses de cárcel por intentar frenar un desahucio”.
El tuit en cuestión se redactó a partir del titular de un “avance informativo” que -según justifican en EFE- contenía un error de edición. "Pero en el resto de las noticias que ha difundido EFE con posterioridad se indicaba que Serra ha sido condenada por atentado"; y no por manifestarse, añaden.
Los errores son comprensibles, al igual que las discrepancias deben ser aceptables. El problema es que el Gobierno y su entorno mediático e institucional han desatado tal campaña propagandística y tal -estúpida- manía persecutoria contra los bulos que cualquier hecho de este tipo acaba siendo observado como un atentado contra la verdad. Es evidente que el mensaje inicial de EFE era desacertado, pero también lo es que el desatino fue enmendado. Por tanto, quienes apreciaron mala intención se precipitaron o tuvieron mala fe.
Esto último es precisamente lo que demostró Pablo Echenique después de que trascendiera la citada sentencia, cuando escribió lo siguiente: “El TSJ de Madrid ha condenado sin pruebas a Isa Serra por manifestarse pacíficamente para intentar parar un desahucio de una persona con discapacidad. Obviamente recurriremos, pero yo pensaba que los jueces estaban para impartir justicia. Qué vergüenza”.
Selección interesada
Suele ser habitual entre los tramposos ampararse en el Estado de Derecho cuando el viento sopla a favor y denostarlo cuando las circunstancias se vuelven adversas; y en la formación morada son especialistas en eso del 'respecto selectivo a las decisiones judiciales' y a la justicia. Cabe precisar que la sentencia incide en que Serra formaba parte de quienes ese día “increpaban, insultaban y acosaban a los agentes”. En su caso particular, “además de proferir insultos a los agentes, procedió también a dar empujones y lanzar objetos contundentes a los mismos”. Como consecuencia de estos hechos, dice el teletipo, dos agentes de la Policía Municipal resultaron heridos.
En la formación morada son especialistas en eso del 'respecto selectivo a las decisiones judiciales' y a la justicia
Serra tiene derecho a recurrir esta decisión judicial si está en desacuerdo con su contenido, faltaría mas, pero parece demasiado osado -a tenor de lo descrito- afirmar que quienes trataron de detener el citado desalojo lo hicieron “pacíficamente”. Del mismo modo, también resulta improcedente asegurar que Serra ha sido condenada por “intentar frenar un desahucio”. También es irresponsable que un portavoz de un partido con varias sillas en el Consejo de Ministros se pronuncie de esa forma contra los jueces.
En cualquier caso, lo ocurrido este miércoles sirve para apreciar con claridad la diferencia entre un error y un acto que se comete con enjundia. Un error es asegurar -en un titular- que Isa Serra fue condenada por intentar frenar un desahucio. Lo es porque, entre otras cosas, ha sido enmendado por quien lo cometió. Donde sí existe cierta mala fe es en un mensaje, como el de Echenique, en el que se pone en el disparadero a los jueces por concluir, tras escuchar la versión de todos los testigos y, por tanto, hacer su trabajo, que Serra participó de una movilización que no fue pacifica, tal y como reconoció la propia condenada en una de sus declaraciones. La discrepancia está en la versión que ofrecieron los policías sobre su participación en los hechos, que ella niega. Pero de ahí a poner en duda la actuación judicial y el fin que persigue su labor hay un trecho. El que separa un juicio objetivo de una versión interesada. O de un bulo. 'Maldita' palabra.
Todo esto prueba que la intención de Pablo Iglesias y los suyos cuando hablan de la necesidad de frenar la difusión de patrañas no es la de imponer la verdad frente a las falacias, sino la de proteger sus propios intereses y la de denostar a quienes los cuestionan. Sea un juez o un periodista. Caiga quien caiga.
Sobra decir que el fenómeno es generalizado en esta 'partitocracia' en la que el sistema está tan oxidado que pocos mantienen su fe intacta en su buen funcionamiento. El problema es de quienes intentan dar lecciones de moral y hablan de la necesidad de abrir las ventanas, pero practican los mismos vicios. U otros peores. Como el propio Echenique.
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