En una España convulsionada por problemas tan urgentes, en medio de una crisis institucional nunca vista, todos los días vemos un espectáculo de distracción diferente.
Al ser producciones diarias se reconoce el esfuerzo de la actual clase política en el mercado del entretenimiento. Tal como pasa con las películas, estos shows diarios que invaden todos los medios e influyen en el humor social, se dividen por género.
Del drama y la acción se encarga el jefe, otro día es comedia con la Yoli, hoy romance con Pablo e Irene, violencia extrema con Mr. Bridge, risas con el gordo Koldo, viajes prohibidos con Delcy en Barajas, en fin, que hay días de muchos tipos.
Pero lo notable es que sea cual sea el guion, siempre todo les pasa a ellos y si les pasa a otros, siempre es provocado por ellos. Así dominan la conversación pública a su antojo.
Encima, la variedad es necesaria, si no la gente se aburre. Y son 365 capítulos los que necesita esta serie de Netflix en que se ha transformado la política española, gracias y a conveniencia de Sánchez.
Sánchez es igual a Kirchner, a él le queda bien el guion y su personaje lo vive intensamente. Enfrente de él es difícil encontrar eso mismo en otro político conocido por todos los votantes, y que tenga la misma decisión que él, que muestre fuerza y convicción, que le hierva la sangre como a él. Hoy en día en España esa figura es necesaria para cuidar la Línea Maginot del sistema, que se encuentra bajo fuego graneado.
Si no aparece, o pasa cualquier cosa que evite su aparición, tienen socialismo del siglo XXI para 21 años.
Le pasó a la Argentina, les pasó a muchos que no se la esperaban, no la vieron venir, no reaccionaron a tiempo, y los arrolló. En la Argentina después de décadas de peronismo en sus diferentes subespecies se llegó a un extremo tan cruel y doloroso que el pueblo en masa votó a Milei.
Hoy en día, literalmente todo el mundo conoce a Milei, aunque en España se lo conoce mejor por su antagonismo personal con el presidente.
Apenas dice de Sánchez lo que la mayoría de los españoles piensa, como quedó demostrado en las urnas, pero lo dice en un tono que conecta con amplios sectores sociales
Ahora bien, en esta entrega por capítulos, la oposición tiene poca oportunidad de probar bocado y protagonizar un día con algo propio y conveniente para combatir la construcción sistemática del relato socialista.
Es comprensible, se imponen los que están adelantados estratégicamente, y aplican con toda la fuerza de que disponen su propio manual, sin importar quienes de su color político van cayendo en combate a su lado. Además del presupuesto dedicado, por supuesto.
Del otro lado no hay mucho de eso, nadie sale herido, es todo corrección y lentitud de reflejos.
Sin embargo, Isabel Díaz Ayuso es una de las pocas figuras políticas españolas que de vez en cuando encara de tú a tú al presidente con resultados realmente buenos. Apenas dice de Sánchez lo que la mayoría de los españoles piensa, como quedó demostrado en las urnas, pero lo dice en un tono que conecta con amplios sectores sociales y con un carácter que no abunda a su alrededor.
Además, su partido ganó las elecciones europeas a nivel nacional por 4 puntos recientemente contrastando a Feijoo contra Sánchez, es decir que tiene una fuerza institucional seria detrás la regidora de Madrid.
Nada menos que el Partido Popular, una estructura gigante que hoy parece una especie de Gulliver dormido que cuando despierta ya está enredado.
Entonces, de repente, como es él, Milei viene a Madrid a recoger un premio del que el general de la gente ya olvidó el nombre y un cuadro gigantesco de sí mismo que casi le causa la perdición del pecado en vivo y en directo.
Los argentinos observan fascinados ese reflejo de Milei poniendo de nuevo a la Argentina en el mundo. Además, doy por sentado que todos sabemos cuánto cuenta el ego y lo fuerte que juega en cada vida humana
En el límite de tiempo y veloz como un rayo (el factor sorpresa es fundamental), Isabel aprovecha la volada¨y abre los brazos de Madrid a Milei.
Y Milei se arroja haciendo en este capítulo de Isabel la heroína, por dos sencillas razones, a saber:
Primera: A Milei le va mejor afuera que adentro.
Y ha descubierto que, a pesar de que el desempleo aumente y la economía se achique gracias a la herencia peronista, por el momento, esto que hace viajando y saludando le gusta a su propio pueblo.
Porque lo refleja en todo el planeta y los argentinos observan fascinados ese reflejo de Milei poniendo de nuevo a la Argentina en el mundo. Además, doy por sentado que todos sabemos cuánto cuenta el ego y lo fuerte que juega en cada vida humana.
Segunda: Porque Milei piensa que Isabel es la única que reúne las condiciones para batir a Sánchez.
En su visita anterior, esa que generó tanto revuelo, fue a animar un acto de Vox en plan rockstar. Claro que fue un gesto político, tratándose de Javier Milei, más que un gesto fue grito político.
Sin embargo, este segundo gesto fue posterior a la pelea abierta con Sánchez, ya no fue un movimiento en el fragor de la batalla.
El duelo sigue, y esta vez el argentino decidió lastimarlo en los lugares que él sabe que más le duelen al socialista español del siglo XXI
Fue una segunda incursión de desgaste, con el mayor daño posible infligido al rival, de muy alto efecto y retirada rápida. Y para eso, su encuentro con Isabel Díaz Ayuso resultó en un escenario de win win.
Ella, por su parte, puso nerviosos a los socialistas en un momento en que muchos frentes pueden confundir al líder y los nervios suelen traicionar a sus huestes.
Por eso se eligieron mutuamente. Punto para ambos.
Milei a Sánchez ya le ganó el primer round, éste retiró la embajadora y Milei no.
Pero el duelo sigue, y esta vez el argentino decidió lastimarlo en los lugares que él sabe que más le duelen al socialista español del siglo XXI. En la disputa por el relato y fortaleciendo adrede a quien Milei cree que sí puede derrotar a Sánchez de una vez.
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