Jorge Javier Vázquez ha perdido el juicio. El presentador de Telecinco nunca ha ocultado su preferencia por la izquierda, en concreto por el PSOE, pero desde el sábado pasado se está creyendo todos los halagos de los suyos y no para de proferir mensajes "antifascistas", tanto en su propio programa, Sálvame, como en su cuenta de Twitter e incluso en su columna de la revista Lecturas.
El sábado dijo que "si pasas una mala racha no te folles a un facha". El lunes que "Sálvame es de rojos y maricones y quien no lo quiera ver que no lo vea". El martes, puso dos tuits con el hashtag "Rojo y maricón", que se hizo viral. Y este miércoles publica un artículo en el que escribe perlas como:
- "La extrema derecha ha quedado descubierto, en pelotas. La que promulga el amor a la familia y la fidelidad eterna mientras juguetea con jovencitas pizpiretas que desprenden cierto tufillo trepa".
- "La hipocresía derechona en estado puro, el fin de una época para los guardianes de las buenas costumbres. Pinta mal para Javier Negre".
- "Quizás Merlos le consiga [a Alexia] un programa en Murcia, que como todo el mundo sabe y, según se encarga de apostillar Amor Villarejo, 'está gobernada por Vox".
Esta columna me la ha pasado hace un rato un amigo de izquierdas. Está entusiasmado con la "campaña" que Jorge Javier está haciendo "contra la extrema derecha". "Vox ha quedado muy retratado. Se les permitía todo y ya se les empieza a poner coto", me dice. Le contesto que no, que lo que diga Jorge Javier no va a condicionar el voto de casi nadie, que lo único que hace es reforzar a los progres y fortalecer a la extrema derecha.
Me dice que no. Le digo que otra prueba son las caceroladas, un movimiento de protesta que no se anuncia en ningún medio y que sin embargo es seguida por miles de personas a diario, quienes se enteran a través de cadenas de WhatsApp. Me dice que qué tiene que ver.
Gracias de nuevo, presidente #RojoyMaricón pic.twitter.com/EkKPWDswN6
— Jorge Javier Vázquez (@jjaviervazquez) April 28, 2020
El filtro burbuja
Pensar que una persona, una cadena de televisión o un medio en concreto, actualmente, pueden condicionar el voto de alguien cuando quienes realmente distribuyen la información que leemos son Google y Facebook me parece enternecedor. Son estos intermediarios los que tienen la mayoría del control y los que determinan nuestros gustos, amistades, compras y votos. Nos refuerzan en base a lo que ya pensábamos.
Google se fija en nuestras consultas anteriores (y en los clics que las siguieron) y criba, en consecuencia, sus resultados de búsqueda. Facebook, Instagram, Twitter, etc. se basan en nuestras interacciones previas para predecir qué y quiénes pueden ser de nuestro interés. Es decir, es muy poco probable que a un votante del PP le vaya a aparecer recomendado o sugerido una publicación de La Marea, y viceversa.
Pensar que una persona, una cadena de televisión o un medio en concreto, actualmente, pueden condicionar el voto de alguien cuando quienes realmente distribuyen la información que consumimos son Google y Facebook me parece enternecedor
Este filtro de personalización lo aborda Eli Pariser (Maine, 1980) en su libro El filtro burbuja, en el que apunta que "es una especie de autopropaganda invisible que nos adoctrina en nuestras propias ideas, aumenta nuestro deseo de cosas que nos resulten familiares y hace que permanezcamos ajenos a los peligros que acechan en el oscuro territorio de lo desconocido”. Es decir, la gente de derechas se habrá enterado de lo que ha dicho Jorge Javier con información crítica hacia él, y la gente de izquierdas habrá recibido el mismo mensaje pero alabándolo. Todo ello, como vemos, sólo refuerza lo que ya pensábamos antes de enterarnos.
Por no hablar de que cada uno de nosotros, en general, consumimos sólo aquella información con la que simpatizamos. Es decir, el votante del PP, por ejemplo, comprará el ABC y el del PSOE, El País.
Cuanto más critica Jorge Javier Vázquez a la extrema derecha, más fuerte la hace
Antes decía que Jorge Javier había perdido el juicio, básicamente porque se está viniendo arriba tras creerse todos los halagos de los suyos. Los progres le comparan ahora con Marx, Lenin y Stalin. Ven en él un héroe antifascista. Piensan, erróneamente, que porque al presentador le vean más de 2,5 millones de personas y se haya convertido en un ídolo de masas va a conseguir cambiar el voto de la gente. Y es más bien al contrario.
Sus críticas hacia Vox, Negre y compañía en realidad sólo fomentan el odio y conducen a la gente, como bien apunta el analista político Esteban Hernández, hacia un entorno más agresivo y polarizado, lo que, al final, favorece más a la extrema derecha que a cualquier otra fuerza ideológica.
Las críticas de Jorge Javier hacia Vox y compañía en realidad sólo fomentan el odio, lo que favorece más a la extrema derecha que a cualquier otra fuerza ideológica
Hernández recuerda, con acierto, que esta misma técnica que ahora llevan Jorge Javier y los progres fue la misma que se hizo contra Trump o el Brexit. Se intentaba impedir el éxito de ambos hablando de mentiras, de fake news y recurriendo a descalificativos personales, como está haciendo el presentador de Telecinco contra periodistas de derechas y contra Vox. Estas tácticas hacen mucho ruido pero, como ya ha pasado en EEUU y en Reino Unido, no sólo no funcionan, sino que actúan como impulsor de lo que se pretende criticar.
Si yo fuese Jorge Javier Vázquez moderaría el discurso
A mí me da igual lo que diga o deje de decir Jorge Javier Vázquez, sinceramente, pero veo que a la mayoría de la gente le importa. Lo que no me gusta es que esté calentando un clima que ya de por sí es asfixiante con mensajes políticos, en programas de entretenimiento y crónica social, que no conducen a nada, pues sólo radicalizan las opiniones que ya tenemos todos, como hemos visto.
Está por verse si todo esto no se le vuelve en contra a Jorge Javier, pues dudo mucho que la mayoría de su audiencia predique con lo que él defiende
La gente está encerrada en sus casas, mucha se ha quedado sin trabajo, sin familiares... y potenciar este discurso de odio contra unos pocos y a través de tantos canales no hace más que intoxicar una realidad que ya es complicada. Y más cuando el propio Jorge Javier dijo hace unos días que no había que criticar al Gobierno porque era hora de estar todos unidos.
En fin. Es lo de siempre, la diferencia es que ahora el predicador es, para bien o para mal, un ídolo de masas. Y está por verse si todo esto no se le vuelve en contra, pues dudo mucho que la mayoría de su audiencia predique con lo que él defiende.
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