El martes 31, la Princesa de Asturias, Leonor de Borbón y Ortiz, conforme dispone el artículo 61.2 de la Carta Magna al alcanzar la mayoría de edad, prestó juramento ante las Cortes Generales "de desempeñar fielmente sus funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas, así como el de fidelidad al Rey". La secuencia del acto ha querido ser un calco de la que se siguió en el único precedente disponible, el de la jura del Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón y Grecia, el 30 de enero de 1986. El Letrado Mayor de las Cortes Generales, Carlos Gutiérrez Vicén, dio lectura al escrito del Gobierno en relación a la solicitud de celebrar una sesión conjunta de los Plenos del Congreso y del Senado, así como del acuerdo adoptado por el Consejo de Ministros, a propuesta de su Presidente en la reunión del 10 de octubre de 2023 para tomar juramento a la Princesa de Asturias.
El acontecimiento de la Jura en la misma medida en que ha seguido con exactitud las previsiones del guion establecido ha reducido su noticiabilidad, es decir, ha sido vaciado de interés noticioso, habida cuenta de que según la Ley de la Gravitación Informativa la magnitud del impacto que es capaz de suscitar una noticia es directamente proporcional a su rareza o, si se prefiere, a su improbabilidad, cabe decir también al grado de desviación respecto a las expectativas o a su excentricidad en relación con la norma. En esa línea, por ejemplo, el desbordamiento que supone añadir 266 sillas más, para proporcionar asiento a otros tantos senadores en un hemiciclo donde habitualmente sólo se cuentan 350, ha impedido que se advirtieran las ausencias anticipadas por los efectivos de los grupos que habían avanzado su compromiso de acompañar con sus votos al candidato socialista, Pedro Sánchez, para elevarle a la cúspide de la investidura como presidente. Si ausentándose los efectivos en Congreso y Senado de Sumar, Podemos, Comunistas, ERC, Junts, EHBildu, PNV y BNG pretendían brillar por su ausencia, les salió el tiro por la culata. De ahí el intento denodado de hacerse notar de otra manera para evitar el pecado inaceptable de la irrelevancia.
En la democracia todos estamos sometidos al Derecho y tenemos que servir a los valores superiores del artículo primero del texto constitucional
Para desentrañar el significado de la Jura, su simbolismo y sus valores jurídicos y políticos es de obligada lectura el texto del discurso de apertura del curso 2021-2022 de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación pronunciado por Luis María Cazorla Prieto. También es ilustrativo releer la intervención que en 1986 hizo el entonces presidente de las Cortes y del Congreso, Gregorio Peces-Barba, cuando dijo que "el acuerdo de todos, el consenso de nuestro pueblo y la lealtad recíproca con la que actúan el Rey y los Poderes del Estado son garantía de solidez institucional y de enraizamiento de la Monarquía Parlamentaria". En aquella ocasión Peces-Barba subrayó cómo "en la democracia todos estamos sometidos al Derecho y tenemos que servir a los valores superiores del artículo primero del texto constitucional, sin que haya sitio para quienes pretendan estar dotados de una legitimidad carismática y se consideren intérpretes auténticos del pueblo. Porque aquí el poder es de todos y se ejerce por medio de la Constitución y de las leyes por las instituciones y los órganos legitimados democráticamente para ello".
La sesión apenas duró 25 minutos, la princesa juró, los diputados y senadores tributaron la ovación de más larga duración y de mayor intensidad acústica que se recuerda haber sido escuchada en el hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo. Fuera se optó por envasar el acto al vacío, igual que el desfile del 12 de octubre, desde Puerta del Sol hasta Neptuno se eliminó a los transeúntes. Continuará.
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