El Tribunal General de la Unión Europea lo dictaminó este miércoles: ni Puigdemont, ni Comín ni Ponsatí gozan ya de inmunidad como eurodiputados. Tanta chulería, tanto “Saquen las palomitas” y tanta retórica hueca – como todo lo que atañe al procés – se ha pulverizado delante de la ley, esa kriptonita ante la que tarde o temprano acaban por sucumbir quienes se creen superhéroes y no pasan de ser caricatos con calzoncillos largos. Eso significa que el juez Llarena puede reactivar las órdenes de detención europeas y traérselos a España para juzgarlos por malversación.
Ahora se comprende mejor la “espantá” de Gonzalo Boye, abogado de esta tribu circense y auténtico mascarón de proa a lo largo de los cinco años que ha durado esta farsa. Boye debió vérselas venir y pensó que lo mejor sería salirse del medio, no fuera caso que acabase también por recibir. Recordemos sus vinculaciones con la banda terrorista ETA por las que fue condenado en su día al encontrársele implicado en el secuestro de Don Emiliano Revilla. Catorce añitos le cayeron. Claro que a él nunca le ha importado la catadura de sus patrocinados. Igual que ha sido representante legal de Cocomocho o Torra lo fue en su día del narco gallego Sito Miñanco. En los últimos tiempos, además de su cartera de golpistas lazis, ha añadido al rapero Valtònyc o, qué cosas, a Rodrigo Lanza, acusado por el asesinato de un Caballero Legionario de 55 años por la terrible ofensa de llevar unos tirantes con la bandera de España.
Pero dejando esto a un lado, lo importante cómo reaccionarán las bases separatistas. El mazazo propinado el TGUE ha sido notable, aunque Puigdemont haya salido a decir que la sentencia tiene resquicios por los que intentar maniobrar legalmente. De momento, los más cafeteros ya hablan de la represión incesante que España ejerce contra los líderes “del exilio”, de la "venganza del estado" o de la "España fascista". Menos mal que la sentencia la ha dictado un tribunal, el de la UE, que tiene sede en Luxemburgo - ¿Luxemburgo feixista? -, que está compuesto, en lo que atañe al de Justicia, por un juez de cada país de la UE y en lo que respecta al General por dos jueces de cada país de la UE y que tiene plenas facultades para interpretar desde el punto de vista jurídico la legislación de la UE para garantizar que se aplique de la misma manera en todos los países miembros. Es decir que, o ahora Europa y sus jueces son botiflers, opressors y anticatalans o se empieza por fin a vislumbrar el fin de ese tremebundo cuento chino del que han vivido – muy bien, por cierto – este ejército de Pancho Villa llamado separatismo durante los últimos años.
Ahora Europa y sus jueces son botiflers, opressors y anticatalans o se empieza por fin a vislumbrar el fin de ese tremebundo cuento chino del que han vivido
No es descartable, pues, que el fugado del maletero pudiese acabar en los próximos días como un sándwich vegetal haciendo de tofu en medio de dos números de la Benemérita ejerciendo de rebanadas verdes. Habrá que ver si eso incentivará o no el voto separatista, porque ya saben que existe un cabreo notable entre aquellos que se creyeron lo que dijo este señor acerca de la república catalana. La campaña para la abstención entre votantes lazis ha hecho, al parecer, mella y no podemos calcular si la visión del tío del flequillo con unas pulseras en las muñecas bajando de una furgoneta de la Guardia Civil podría animar de nuevo a los lánguidos de pancartita, figura geométrica por la Diada y colmillo retorcido en los patios escolares con los críos que no hablan en catalán.
Me quedo con que la ley es la única salvación que nos queda a quienes defendemos la democracia como el mejor sistema posible de convivencia. Serán mejores o peores, pero nos hacen a todos iguales y garantizan que no haya gente que, por ponerse una estelada alrededor del cuello, se crea Supermán y nos mire desde su Olimpo supremacista.
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