Opinión

La yihad en Europa

Puede parecer que hay cosas absurdas e inexplicables que sólo pasan en Bruselas, pero Europa es desde hace tiempo un lugar absurdo, incomprensible y oscuro como para atribuir únicamente a la asombrosa inutilidad de la policía belga que u

Puede parecer que hay cosas absurdas e inexplicables que sólo pasan en Bruselas, pero Europa es desde hace tiempo un lugar absurdo, incomprensible y oscuro como para atribuir únicamente a la asombrosa inutilidad de la policía belga que un motoyihadista estuviese 13 horas con un rifle de asalto dando tiros y vueltas libremente por Bruselas tras asesinar a dos suecos que iban camino del fútbol. Una noche en la que la ciudad se encerró en sus casas —aún no sabemos dónde se escondió la policía— mientras veían pasar por su calle un solitario kalashnikov en scooter al grito de Allahu Akbar, sin que nadie lo persiguiese ni detuviese. ¿Con qué, con una bici, con tofu?¿Un policía belga? Mejor esperar al horario de oficina. A veces el terror es un escenario surrealista.

Abdesalem Lassoued, un tunecino de 45 años que llegó a Bélgica ilegalmente desde la Isla de Lampedusa. La Canarias del Mediterráneo. Un auxiliado por una de esas (OMGs) Organizaciones Muy Gubernamentales del negocio más turbio. Cuando en 2019 pidió asilo, las autoridades belgas ya habían recibido un aviso en 2016 sobre su carácter radicalizado y había sido investigado por trata de seres humanos y atentar contra la seguridad del Estado. «La información fue verificada entonces, pero no se pudo hacer nada con ella. No hubo indicios concretos de radicalización», ha reconocido sin pestañear el Ministro de justicia belga en rueda de prensa tras ser abatido el terrorista después del desayuno. «En Túnez no fue condenado por terrorismo, sino por delitos comunes. No se trataba de una amenaza concreta o inminente», insistió. 

Muchos no quieren afrontar que para evitar la extinción propia deben empezar por no permitir la impunidad a los políticos que, bajo agendas e incentivos, han convertido a Europa en un estercolero multicultural que no pueden controlar. Estamos en una crisis económica cercados por escenarios de guerra incentivados, pero lo que importa aquí es la causa palestina.

No atribuyas a la estupidez de la izquierda lo que puedas atribuir a una maldad planificada. El Rey de Jordania afirmaba categóricamente que no aceptarán, ni ellos ni Egipto, refugiados palestinos «porque creo que es el plan de ciertos sospechosos habituales para intentar crear de facto problemas en el terreno». Quizá los sospechosos habituales en dicha planificación de destrucción de sociedades no son los que muchos creen. Cualquiera que no busque el fin de su propia civilización sabe que la consecuencia de meter en tus fronteras miles, millones de refugiados causa problemas serios internos. Imaginen si son de una civilización incompatible más numerosa que nos odia.

No atribuyas a la estupidez de la izquierda lo que puedas atribuir a una maldad planificada

El caso del mototerrorista de Bruselas no es anecdótico. Quizá esta mañana se despierten con otro último caso, esta vez en su ciudad. Se suma a otros ataques contra infieles en esta semana terrible de llamada masiva a la yihad en suelo europeo. Con concentraciones perfectamente coordinadas y con merchandising palestino preparado para esparcir esa confusión de Paliwood donde se convoca por la paz y sólo corean gritos de odio y guerra. Para la prensa un «pobre inmigrante islámico» pasa rápidamente a infiltrado yihadista en el momento en el que empieza a asesinar familias en sus casas, como hicieron en Israel. El problema es que ese momento es tarde para nosotros, que vemos y escuchamos su amenaza en las calles multiculturales. Europa ya está invadida y los traidores de la diversidad y apertura de fronteras a refugiados nos han dejado indefensos, especialmente a las mujeres. Y siguen en el poder.

Europa ya está invadida y los traidores de la diversidad y apertura de fronteras a refugiados nos han dejado indefensos, especialmente a las mujeres

Desde que Hamás cometiese la semana pasada la terrible matanza al sur de Israel, con atrocidades que aún no se han hecho públicas, el mundo occidental de las redes sociales ha entrado en una espiral emocional belicista. El problema es que se hacen llamadas al exterminio en Gaza o se aplaude la guerra tan buscada por algunos con la nuclear Irán, como si de un partido de fútbol se tratase, antes de resolver el problema de la guerra de civilización, de existencia que ya tenemos en nuestras propias calles en Europa. Muchos creen que Israel es quien librará la batalla por ellos en esa simplificación habitual de los medios. Pero Israel tiene su propio escenario bélico, sus propias preguntas a responder, (¿cómo es posible que el lugar más pequeño, peligroso y vigilado del planeta tardasen seis horas en hacer algo? son israelíes no belgas). También tienen sus propios aliados, entre los que es clave Marruecos en el eje de los países musulmanes. Y tienen sus propios intereses. El europeo tiende a abandonarse en el sofá creyendo que sus problemas se solucionarán solos, sin hacer nada, pidiendo por Glovo a otros que vayan a guerras que ellos aprueban para que puedan seguir siendo progres crueles buenistas y despreciables.

En esta ocasión la guerra en Oriente Medio tiene la particularidad de que no se entiende tanto mirando a las guerras pasadas como a las próximas. La creación de un Estado Palestino no es lo que busca Hamás, ni muchos aquellos que viven de la guerra. Entramos en tiempos oscuros y sólo queda construir un refugio emocional vital luminoso. Refúgiense en el amor verdadero, la auténtica familia, donde realmente está la vida, la belleza y todo lo que merece la pena. Y mantengan los ojos abiertos a la realidad que les rodea. La yihad puede llegar en patinete.

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