Días atrás leí por algún lado la noticia de un profesor de instituto en Japón que había sido detenido, despedido y privado de su jubilación, porque se servía cafés de 1,25$, mientras pagaba únicamente 0,75$. Le dio tiempo a hacerlo solo siete veces.
Nosotros no podemos entender esto, no solo porque no nos entra en la cabeza que tú puedas servirte a ti mismo en un comercio y pagar lo que corresponde sin que nadie te controle, sino porque además tenemos una lista interminable de políticos corruptos que no dimiten ni pierden privilegios. Ya hemos normalizado esto de que nos roben y haya gente defendiendo a los ladrones con el “y tú más”, como si les fuera la vida en ello y no fuera también su dinero el que se meten en los bolsillos.
Si de verdad queremos ser justos y coherentes, en lugar de bramar a los cuatro vientos “¡dimisión!”, deberíamos comprender por qué esta gente nos roba. Y para eso hay que entender que los políticos en España no son una raza distinta traída de Plutón para acabar con la paciencia y la buena voluntad de los españoles: son personas como tú y como yo, salidas de las mismas calles.
Quizá no te lo parezca, pero la única diferencia que hay entre el político que roba millones de euros y tu vecino del quinto que se lleva a casa los paquetes de folios de la oficina, es que el primero roba más porque puede, porque lo tiene al alcance. El de los folios se lleva solamente lo que se puede llevar. Ninguna de las dos cosas está bien, aunque no nos parecen igual de deplorables.
Hoy más que picardía nos puede parecer incluso inocencia y candidez, pero, si nadie estuviera en ese saco, no tendríamos leyes que protegen a quienes okupan una casa que no es suya
Hace ya mucho tiempo que soy consciente de que vivo en un país donde en los bancos y en las oficinas de servicios públicos atan los bolígrafos para que la gente no se los lleve, es decir: que no los robemos. Si tienes un comercio y se te ocurre poner unas plantas junto a la puerta, en la calle, para hacer más atractiva la entrada, a no ser que cada maceta pese lo mismo que un bloque de piedra de la pirámide de Micerinos, te puedes despedir de ella el mismo día.
Nos encanta además justificarnos: “Para que se lo lleve otro me lo llevo yo”. Admitamos que a ninguno nos gusta estar en ese saco de amantes de lo ajeno, que nos ofendemos mucho cuando nos dicen que España es un país de pillos y piratas, donde la picaresca de las obras literarias de los siglos XVI y XVII, hoy más que picardía nos puede parecer incluso inocencia y candidez, pero, si nadie estuviera en ese saco, no tendríamos leyes que protegen a quienes okupan una casa que no es suya.
A colación de esto, quiero y me voy a atrever a compartir con ustedes un poema que escribí unos años después de enterrar a mi hermano menor:
Quién puede robar un rosal,
quién puede matar un sueño,
quién una esperanza nublar,
quién osa borrar un recuerdo.
Y por qué cortar una rosa
cuando aún está floreciendo,
por qué quitarte la flor
que expresa lo que yo siento.
Planté con mis propias manos
un árbol lleno de vida
al borde de tu fría piedra,
a los pies de la muerte misma.
Esperaba que sus flores,
que fueron tus favoritas,
te acercarán mi cariño
y te hicieran compañía.
Tres veces las he plantado,
pero siempre te las quitan.
Tres veces quebré mi llanto,
por la rabia contenida
en un solo pensamiento:
¿qué clase de ladrón
es el que roba una flor?
¿Qué clase de ladrón es
el que se la roba a un muerto?
Ha llovido varias décadas desde entonces, pero nada ha cambiado para mejor. Quizá necesitamos dejar de buscar que nos represente lo peor de nuestra sociedad que, a pesar de ser totalmente carente de ética, curiosamente se cree superior moralmente. Tal vez es necesario no permitir que mire por nuestros intereses y trabaje para nuestro futuro gente inculta, necia, soberbia, bruta, poco cualificada y con nula experiencia.
Puede que si dejamos de idolatrar, no solo en la política, sino en todos los ámbitos, a personas que son capaces de presumir de no leer un libro o de ser alguien en la vida, precisamente cuando no son nada, empecemos a entender que llevarse a casa un bolígrafo que no es tuyo es robar, que si paras el coche en el campo y llenas una pequeña bolsa o el maletero entero de naranjas que no son tuyas eres un ladrón, que el dinero público no solo no es de nadie, sino que es de todos, y que todas estas cosas están mal y nos pudren como pueblo.
O tal vez podemos seguir robando los bolígrafos en el banco y los folios de la oficina porque si no ya lo hará el que venga después y cuando me señalen con el dedo siempre puedo replicar: “y tú más”.
Aunque yo preferiría no vivir en un país donde hay no solo ladrones de flores, sino también de sentimientos, de ilusiones, de futuro y de esperanza. Al final, el dinero, no es lo peor que nos pueden arrebatar.
visifuz
Los políticos roban porque son como sus votantes, incluso un poco peores. Mientras no se entienda que "si no es tuyo, es de alguien", estaremos condenados a políticos ladrones. Bonito poema, por cierto.
Sor Intrepida
Bueno España es el país de la novela picaresca e incluso Cervantes escribió lo de Rinconete y Cortadillo y el patio de Monipodio,mucho antes de anduvieran por Sevilla Guerra y "mis helmanos" y la banda de los ERE. Lo de Koldo y sus amigos solo es una cortina de humo,calderilla.Los millones dilapidados en la pandemina esa del bichito y los net generation son muchos miles de millones.Pero muchos....Simplemente no se sabe donde están ¿verdad Nadia?.Cuando se enteren en Uropa va a ser gorda ¿verdad Marizu?. Solo a la fundación de Melinda Gates les regalamos 250 mill,eso si ellos le regalaron a Lo País unos cuantos.Una obra de caridad con el pobre Grupo Prisa.Pobrecillos.Conmovedor......
None
… Buenas sean, Rosa Martínez. Qué bonito poema. Qué bonito corazón. No dejes que se fatigue su latido de ilusión, pues siempre resuena una España que no olvida esa su Historia, esa su Historia de Honor.. Nos es que somos inconmensurablemente humildes y largamos, porque sí, un cacho de algo que suene con ritmo sólo por acompañarte en esa tu poética timidez. Es verdad que hay españoles que se reflejan en la cutrez, en la miseria moral de muchos, demasiados, políticos, pero fíjate que los compatriotas que valen la pena son los que precisamente sostienen y empujan este tesoro del mundo, ¡y del mundo su Historia!, al que quien no mira con envidia es porque mira con temor. España es tan grande nación que ni sus propios fantasma y demás seres oscuros, podrán borrarla jamás. El mal, por su propia naturaleza, termina destruyéndose a sí mismo. Le decía, cuentan, Sánchez a Ábalos algo así como: “No te ha hecho ningún favor tu relación con Koldo”, pero, ¿sabes Rosa Martínez?, la realidad de las cosas cuenta que a Sánchez no le ha hecho ningún favor su realidad consigo mismo. Muchas gracias Rosa Martínez por compartir con todos ese tan precioso poema. Muchas gracias VozPópuli. … …
Juanmanuelito
Preciosos versos, Rosa. A mi vejez sigo enamorado de la poesía. Alguien dijo que los versos se escriben mojando la pluma en la propia sangre.
vallecas
España es una sociedad "fallida". La izquierda que dice ayudar al mas necesitados hace exactamente lo contrario. Ser decente, formal, cumplidor de las leyes, ser educado, cortés, amable, estudioso, aplicado, respetuoso con los mayores, con los profesores, con tus compañeros, expresarte con corrección, leer, escribir a mano, estudiar, formarte. Todo esto no lo defiende la Izquierda, esto es de "fachas". Son de una maldad extraordinaria, cuando hay una realidad "impepinable". Cuanto más pobre seas, mas tienes que estudiar.
Toni Besalduch
Excelente artículo, emocionante y reflexivo. Esto me lleva a recordar cuando aún trabajaba en la banca y muchos clientes me comentaban alarmados " vaya sinvergüenzas " los de las tarjetas black. Yo les preguntaba: ¿ que hubieras hecho tu ? - ¿ No aceptar la tarjeta ? - ¿ Aceptarla e informar en la declaración de la renta los ingresos en especie? Se quedaban reflexionando pero nunca he tenido respuesta, salvo algún cachondo que me decía: " pues yo lo mismo, cogerla y a tomar por.........."
Norne Gaest
Lo que escribes hoy a la mayoría seguro que nos resulta familiar. Tienes la cualidad de llevar las cosas de la calle y cotidianas a reflexión general que retrata a la ciudadanía, tanto la de humildes oficinas como la de altos despachos. Expresado con frescura, desparpajo, ironía y sentimiento, todo ello sabiamente mezclado según convenga.
Blue
Exactamente "eso'! En España roba hasta la persona más insignificante. Y no solo significar robar, el hecho de sustraer algo para apropiartelo. La cantidad de personas que intentan conseguir beneficios administrativos, sin merecerlos. Por ejemplo. ¿Cuantas personas han conseguido una incapacidad laboral sin merecerlo? Eso, tambien es robar. Y casi todos conocemos a alguien que lo hace, o por lo menos lo intenta. Nos han metido en la cabeza que eso es normal y que todos tenemos derecho a poder intentarlo. Pero no es así. Es dinero público. O sea, de todos los españoles. No solo de unos pocos.