Opinión

Lambán, que te comen la merienda

El presidente de Aragón practica sin habilidad esa hipócrita estrategia consistente en censurar un día a Sánchez y, al siguiente, correr a besarle los zapatos. Un consumado trolero con cara de loser

Hay socialistas que tratan de aparentar que no lo son. Por mucho antitranspirante y colonia que se echen, terminan destilando ese tufillo delator por todos sus poros. Para que nadie se lleve un chasco después de las elecciones, vamos a explicar el truco.

El guion es el siguiente: el socialista de turno, o sea un barón, afirma ante las cámaras algo que choca con el argumentario del PSOE de Sánchez. A continuación, este señor pide disculpas por sus 'desafortunadas' palabras con una rapidez inusitada. Justo lo que dura un tirón de orejas de Moncloa. El audaz personaje sabe que el votante de su partido le va a perdonar y que incluso alguno de centro derecha le habrá aplaudido. Todo queda en una mueca falsa, un burdo trampantojo al objeto de engañar al personal o, peor, de engañarse a uno mismo para mantenerse en el poder.

El mayor representante de esta subespecie de la patraña es José Bono. Un patriota que durante su etapa como ministro de Defensa con Zapatero premió al teniente general Mena con un arresto domiciliario y su pase a la reserva. Todo por advertir de los peligros que suponían para España la modificación del Estatuto de Autonomía de Cataluña y lo que posiblemente debería hacer el Ejército si la Constitución peligraba.

No tengo ninguna duda y cuando digo ninguna es ninguna, de que el PSOE nunca hará nada que ponga en peligro la unidad de España. Lo dije ayer, lo digo hoy y lo diré mañana"

El que fue el forense del crimen de Puerto Hurraco y actual presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara forma parte de este selecto club de troleros. Tuvo una revelación cuando Pedro Sánchez fue investido presidente de Gobierno. A la vuelta de Reyes de 2019 afirmó muy circunspecto: «No tengo ninguna duda y cuando digo ninguna es ninguna, de que el PSOE nunca hará nada que ponga en peligro la unidad de España. Lo dije ayer, lo digo hoy y lo diré mañana». Para bordarlo, este pata negra se define como «socialista y cristiano», algo que de por sí es imposible.

En esta nómina de virtuosos del embuste no debe faltar uno de sus representantes más afamados, Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, permanente difusor de engañifas y ahora muy severo crítico de Podemos. Su memoria selectiva es proverbial puesto que prefiere olvidar que llegó al poder gracias a los tres escaños morados que le auparon a su actual sillón.

El broche de oro de la actualidad lo ha puesto Javier Lambán, presidente de Aragón quien, al igual que Page, se ha saltado la ceremonia de celebración de la Constitución en el Congreso para irse de puente con su señora a la playa. Eso sí, colgó cuatro frases en una red social para dejar por escrito que él sí cree en el espíritu y la letra de 78. Es un patriota militante y nadie lo pone en duda.

Está en mármol lo publicado en los boletines oficiales. Es un socialista medular, no lo puede disimular. Lo confirman sus dos últimos exitazos en las Cortes de Aragón. El primero, cuando en comandita con su gobierno y los diputados socialistas votaron a favor del indulto de Griñán, condenado por prevaricación y malversación en el caso ERE, el mayor caso de corrupción de nuestra reciente historia.

Y el segundo, ¿qué hace cuando se presenta en la Cámara regional una propuesta en contra de la reforma del Código Penal para que se rebajen las penas por el delito sedición? Votar en contra porque obedece la voz de su amo, Pedro Sánchez, y hay que amarrar el puesto de cara a las elecciones de mayo. Lambán y sus consejeros están trabajando en un decreto para premiar en las oposiciones a quienes conozcan las lenguas propias de Aragón, o sea, el aragonés (si tal cosa existe) y el catalán. Es la vía balear y valenciana para dinamitar la igualdad entre españoles.

Ahora llora el corte de mangas a Teruel como sede de la Agencia Espacial Española. A la España despoblada, que la zurzan. El invento ha ido a parar a Sevilla

Javier Lamban practica ahora una especie de irritado lamento porque el Gobierno central, o sea, el del Sánchez, le ha propinado una segunda bofetada de tamaño del Aneto. Primero fue con los Juegos Olímpicos de invierno, que Moncloa apoyó a Cataluña y al final ni para uno ni para otro. Ahora llora el corte de mangas a Teruel como sede de la Agencia Espacial Española. A la España despoblada, que la zurzan. El invento ha ido a parar a Sevilla, donde peligra la alcaldía socialista. Aragón, que ejerce de la dama boba de la película, no ha olido aún un duro de las ayudas prometidas por los incendios del verano.

Apuesta Lambán por el equilibrio equidistante. Es decir, ese juego tan hipócrita que muchos socialistas dominan, consistente en que un día afirma que a España y al PSOE le hubiera ido mejor sin Pedro Sánchez y, al momento, suaviza sus palabras desafortunadas e inoportunas. Sus votantes parece que se lo consienten, o no. En mayo veremos.

Este el juego de los baroncetes socialistas, falsos como su jefe y a unos meses de perder el báculo de mando. Sánchez, más listo que todos ellos, nombró ministras a cuatro señoras apenas conocidas con un objetivo secreto. Un plan B por si es menester. La maña Pilar Alegría, la catalana Raquel Sánchez, la de Abenójar, en Ciudad Real, Isabel Rodríguez, y por último, Diana Morant la del flequillo, que es de Gandía.Oh casualidad. El póquer de damas procede de los cuatro feudos que le quedan al PSOE. Espabilen, barones, que mientras nadan y guardan la ropa, les pueden dejar en mayo sin merienda.

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