Tiene interés analizar en clave española los resultados de la primera vuelta de las elecciones argentinas celebradas este domingo, que ha ganado el peronismo para sorpresa de todos. Parece que los argentinos no se libran del populismo más antiguo de América Latina. El análisis de lo ocurrido tiene interés para la política española, especialmente por las conexiones entre sanchismo y kirchnerismo, que demuestra la participación de PSOE, Sumar o Podemos en los encuentros del Grupo de Puebla. Rodríguez Zapatero, Yolanda Díaz o Irene Montero, entre otros, se sienten en familia junto a peronistas, chavistas y castristas. Hoy estarán contentos con el resultado.
"Rodríguez Zapatero, Yolanda Díaz o Irene Montero, entre otros, se sienten en familia junto a peronistas, chavistas y castristas".
La política argentina va de sorpresa en sorpresa. Si en las primarias de agosto, Javier Milei surgió de la nada para ganar con un 30% de los votos, este domingo, cuando todos le daban por ganador, se estancó en el mismo resultado. Hace dos meses atrapó el voto de la irritación de los argentinos –“que se vayan todos”-, pero finalmente provocó un rechazo en gran parte de la opinión pública que -¡santo cielo!- ha servido para salvar al peronismo. Sus ideas estrafalarias sobre alternativas al desastre económico desconcertaron a muchos. Se postuló como un fundamentalista del mercado tan radical que asustó a los propios mercados, como demostraron las reacciones de los inversores. Pasa a segunda vuelta, pero va derrotado.
Hace dos meses, antes del terremoto Milei, la oposición al peronismo acumulaba una intención de voto suficiente para ganar en primera vuelta a un gobierno en caída libre. Este domingo, al candidato peronista Sergio Massa, con un resultado próximo al 37%, tan solo le faltaron cuatro puntos porcentuales para ganar en esta primera votación. Un milagro, si se tiene en cuenta que este aspirante a la presidencia es el actual ministro de economía con unos resultados que están hundiendo al país. En año y medio de gestión suya, personal, ha doblado la inflación, acercándola al 140% anual (12,7%, solo el último mes). Aún así, tuvo el cuajo de soltar en la campaña “lo peor está pasando, lo mejor está por venir”. Eso después de 16 años de gobiernos kirchneristas, de los últimos 20.
Aún más. Con él, el peso perdió cuatro veces su valor y hoy se cambia a mil por dólar. No hay un solo indicador que el brillante triunfador de la noche electoral no haya pulverizado en negativo, pero, con el permiso del estado de ánimo loco de los argentinos, será el próximo presidente de la República. Como para no tomarse en serio al populismo con mayor solera del mundo. Han convertido en una anécdota a la candidata de la coalición opositora Juntos por el Cambio Patricia Bullrich, que estaba destinada a ser la segura ganadora hace nada. Víctima de la irrupción de Milei, que dividió el voto no peronista, y de sus propios errores de bulto, se ha hundido, pasando del 28% de agosto al 23%.
"Conserva la decisiva provincia de Buenos Aires en manos del inefable Kicillof, reconduciendo las derrotas previas".
La victoria del peronismo kirchnerista es aún mayor. Conserva la decisiva provincia de Buenos Aires en manos del inefable Kicillof, reconduciendo las derrotas previas, en las que Juntos por el Cambio logró una mayoría de Gobernadores, incluida la provincia de los Kirchner, Santa Cruz. Demostración de que ha sido el fenómeno Milei el que ha torcido la tendencia y salvado a Massa y al peronismo. Los argentinos han parado la carrera de un espontáneo que demostró ser poco fiable para los votantes anti-peronistas, que en gran parte no fueron a votar. La Libertad Avanza se ha quedado en 38 diputados, por 107 peronistas y 94 de la coalición de Bullrrich. ¿Cómo gobernaría Milei? Él ha contestado que con plebiscitos. ¿Uno cada mes?
El análisis de la situación dramática que vive Argentina proporciona advertencias para la política actual española. Es de aplicación el concepto de “iberoamericanización” para las prácticas del gobierno sanchista. Cristina Kirchner y Pedro Sánchez -como otros gobernantes populistas- han seguido los mismos pasos para el control del poder judicial desde el Ejecutivo. Con un matiz; en tanto en Argentina la Corte Suprema está resistiendo dignamente las acometidas del peronismo, el Tribunal Constitucional que preside Conde-Pumpido ha demostrado ya estar plenamente entregado al sanchismo.
En El País calificaron la candidatura de Bullrrich como “derechista”. Según ellos, sería de derechas el Partido Radical de Alfonsín, que es parte fundamental de la coalición, y de izquierdas el peronismo de la corrupta Kirchner. ¿También en política económica? Hace unos días, Sánchez alardeó de su encuentro con Mariana Mazzucato: “he analizado con la economista el papel del sector público como impulsor del emprendimiento innovador y el crecimiento sostenible”. Es famosa la idea de esta académica sobre “Estado comandante”, es decir, la apuesta por intervención pública para todo. Como sus colegas neocomunistas Varoufakis y Piketty, asesora a gobiernos populistas como el argentino, con los resultados catastróficos conocidos.
El mismo día estaba en Madrid el economista Jesús Fernández Villaverde e hizo un balance demoledor de la pésima situación de España en comparación con los países de la Unión Europea, en convergencia de renta, PIB per cápita o evolución de la productividad. Advirtió, sobre todo, de cómo las reformas imprescindibles para crecer seguirán bloqueadas mientras continúe la inestabilidad política actual. Pero, cuidado, en situaciones de desgobierno, los ajustes dolorosos siempre llegan. Si no los acomete el gobierno, los impone la realidad.
Lo que demuestra la sorprendente victoria del peronismo es que los países caen con facilidad en el populismo que bloquea las reformas y el desarrollo, pero es muy difícil salir de él. Ya lo estamos comprobando.
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