Opinión

El manicomio español

El manicomio español crece día a día gracias a los políticos y a los llamados medios de comunicación. De los últimos, sobre todo la televisión, aunque hay que reconocer que la prensa escrita no va a la zaga. Estos robustos cimientos político–medi

  • Manifestación por el bable en Asturias -

El manicomio español crece día a día gracias a los políticos y a los llamados medios de comunicación. De los últimos, sobre todo la televisión, aunque hay que reconocer que la prensa escrita no va a la zaga. Estos robustos cimientos político–mediáticos sostienen y alimentan la insania social española, convirtiendo el país en una payasada hilarante, aunque siniestra, para cualquiera que pretenda mantenerse cuerdo.

Cierto es que la especie humana padece de demencia, digamos congénita; pero esta se mantiene, en la llamada sociedad moderna, a niveles controlados gracias a la ingesta de una descomunal cantidad de mierda edulcorada político–mediática, y al consumo de drogas. Hasta hace poco, que España fuera un país de porretas, había hecho posible que el manicomio español mantuviera un estatus de normalidad. Pero la situación se ha agravado en los últimos años, imponiendo la necesidad de crear pabellones regionales (siempre con la invaluable ayuda de los políticos españoles y de los llamados medios de comunicación). 

Cualquiera que observe con imparcialidad la situación psiquiátrica española, comprende enseguida que hay dos pabellones en el manicomio español que destacan por su nivel de insalubridad mental y moral (no hay sanidad mental sin sanidad moral). Me refiero, claro está, al pabellón País Etarra y al pabellón País Continente, Planeta y Galaxia Catalana. Los pacientes del pabellón País Etarra tienen, como se ha documentado, un historial de violencia, no por chiflado menos espantoso. En lo que respecta a los pacientes del pabellón País Continente, Planeta y Galaxia Catalana, a pesar de ser menos violentos, también han cometido crímenes repugnantes (llegaron a pegar una bomba en el pecho a un señor, simplemente por no querer recluirse en el pabellón que alberga a los lunáticos catalanes). Según las últimas evaluaciones de reputados facultativos, estos dos pabellones, hogar de una legión de lunáticos, son irrecuperables.

Ariza intentó sacar, sin permiso revolucionario, el manuscrito de uno de sus libros, para que fuera publicado en el extranjero. ¿Se necesitan más evidencias acerca de su desequilibrio mental?

Uno de mis amigos de juventud, tenía una madre esquizofrénica. Mi amigo la cuidaba lo mejor que podía, a pesar de la miseria  revolucionaria imperante. Pero. Periódicamente, se veía obligado a recluirla en Mazorra, manicomio habanero  de infausta reputación. Allí se encerró a intelectuales, el caso del dramaturgo, poeta y actor René Ariza (Premio de la Unión Nacional de Escritores de Cuba, 1967) que padecía la locura de ser homosexual y contrarrevolucionario, según los médicos de la Gran Revolución.

Diagnóstico, por otra parte, certero, porque Ariza intentó sacar, sin permiso revolucionario, el manuscrito de uno de sus libros, para que fuera publicado en el extranjero. ¿Se necesitan más evidencias acerca de su desequilibrio mental? El ambiente del lugar era deprimente y sucio, me contaba mi amigo, y los tratamientos consistían en someter a sesiones de electroshocks a los pacientes. A Ariza le dañaron el cerebro de tal manera que, cuando logró escapar del país de la Gran Revolución, nunca volvió a ser el excelente escritor que era. Cuento esto, que sé que no interesará mucho en España, tan revolucionaria y roja, porque de los manicomios políticos y mediáticos, con frecuencia no se sale del todo, como prueba el caso de la infeliz madre de mi amigo.

Se trata de un tipo de demencia que se caracteriza porque los enfermos dejan de hablar español y se comunican (es un decir) sólo en una jerga indescifrable

De ello colijo, que los pacientes internados (la mayoría de forma voluntaria, característica ibérica por excelencia) nunca saldrán de estos pabellones y, como cualquier estudioso de la realidad mental española concluiría, dado que el aluvión de cretinadas, bajezas y payasadas políticas y mediáticas no remitirá, irán multiplicándose por todo el manicomio español pabellones propios para cada región y tribu (si algo no resisten las tribus españolas es que las consideren iguales) de España. Hay noticias, aún no confirmadas, del inicio de las obras de pabellones para gallegos, asturianos, baleares, andaluces, valencianos, aragoneses, que es un caso especialmente complicado, porque se trata de un tipo de demencia que se caracteriza porque los enfermos dejan de hablar español y se comunican (es un decir) sólo en una jerga indescifrable. Esto dificulta, como es lógico, cualquier tratamiento.

En no poco tiempo, según los expertos, el manicomio español estará conformado casi en su totalidad por este tipo de pabellones habitados por pacientes irrecuperables para la sociedad y fuera del alcance de las bendiciones de la ciencia, al menos de la ciencia en su estado de desarrollo actual.

 Esta situación podría parecer gravísima, pero si se observa a la luz de la última crisis mental española, el llamado caso Rubiales, se trata de una plaga que se extiende por el mundo a enorme velocidad. Véase la repercusión que ha alcanzado, fuera del manicomio español, especialmente en países ya completamente chochocratizados, como USA, pero no sólo, el llamado caso Rubiales. Hasta la ONU (esa monumental, corrupta e inmoral nulidad) ha dicho su bobería solemne ¡agresión sexual! al respecto. Pero. Hay esperanza, españoles. Si el mundo se convierte en un manicomio, como todo parece indicar, el manicomio español quedará totalmente normalizado. Quiero decir que la insania político–mediática española dejará de ser un fenómeno mafioso, autoritario, chusco, pandillero, imbécil, servil y grotesco, y se convertirá en normal.

Y una última cosa, dicen que el virus que provoca la insania político–mediática española, el MUERANLOSMACHOS–C890 y su variante más agresiva CHOCHOSALPODER–6969, fueron fabricados en un laboratorio norteamericano. Pero creo que es un bulo.    

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