Así como Cervantes escribió la segunda parte del Quijote, que supera en mucho a la primera, así el autor (a) del Manual de resistencia debe abordar su continuación y dar a la imprenta, cuanto antes, su Manual de evanescencia.
Porque nadie como él para "desvanecerse" o "esfumarse". Tanto es así que la corte innumerable de asesores que preparan su agenda afronta a diario una tarea complicada que justifica su enorme soldada.
Estos esforzados burócratas tienen la obligación de seleccionar y fijar horarios muy comprometidos:
- día 17, miércoles, a las 10 horas. No asistir al Congreso de los diputados.
- día 22, jueves, a las 9 horas: No asistir al Senado.
- día 28, viernes, a las 10.30, huir de la muchedumbre.
Y así seguido ...
Distraer a los periodistas
Preciso es poner cuidado, no sea que, por un error, el animoso autor del Manual de la evanescencia aparezca en cualquiera de las Cámaras parlamentarias y tenga que pronunciar un discurso, contestar una pregunta o encarar cualquier otra adversidad.
Se trata de cultivar un talento difícil: la búsqueda del pretexto para la ausencia. O, si se prefiere, la aptitud para distraer a los desafíos ante periodistas, diputados, vecinos, etc volviéndoles la cara, de la misma manera y con la misma desenvoltura que el deudor ágil logra dar el esquinazo al acreedor pelmazo.
Es una astucia exquisita, plena de sensibilidades, experta en el conocimiento de los vericuetos para escabullirse de cuantos bretes, apuros y atolladeros crea la política y de los que hay que saber huir con garbo y ¡qué caramba! con coquetería. Por eso es tan importante completar esta audacia con la selección del escotillón por el que escapar.
Estamos, lo habrá advertido el sagaz lector / a / e, ante el arte en estado puro, el que es capaz de crear una arquitectura de puertas, trampas, artificios, artimañas, armadijos y escondrijos para, a través de ellos, hacerse humo. No deben escatimarse elogios a estas picardías, aunque hay ciencias acreditadas que las facilitan. Una de ellas es la geografía.
El compromiso molesto
Me explico. Para salir airoso del amargo trance de no estar presente allí donde puede aparecer, como un endriago, el compromiso molesto, sirve el mapamundi, pieza en la que resulta posible encontrar óptimas guaridas salvadoras:
- Semana del 12 al 19 del presente mes: viaje a las islas Salomón. Celebración del simposio internacional dedicado al cultivo del aguacate y a la forma de enlatarlo en almíbar.
O este otro:
- Seminario en Islandia sobre la incorporación de la ballena a las sopas de Navidad.
Vemos cómo la evanescencia, ingeniosamente cultivada, desemboca en la espantada, suprema destreza de quien se viste en el supermercado de las cobardías.
El éxito editorial está asegurado si el libro se titula: Manual de evanescencia con un apéndice y catálogo de inasistencias puestas al día.
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