A no ser que seas periodista o necesites datos sobre la pandemia para desarrollar tu trabajo, mejor apaga el televisor, no te conectes a Internet para chutarte información o intoxicación y piensa que como en casa, en ningún lugar, porque todo influye en nuestro estado de ánimo y éste debe estar fuerte para asumir lo que está por venir. Sal lo justo y estrictamente necesario, no hace falta ni tirar la basura cada día ni bajar a comprar el pan como excusa para salir de las cuatro paredes en las que te encuentras, porque esas cuatro paredes son las que te van a proteger en estos momentos.
Todos los expertos coinciden en esto: nuestra casa, sea la que sea, es la mayor protección a día de hoy. Dosifica lo que escuchas, lees y ves sobre el coronavirus para protegerte mentalmente y no decaer. No tenemos nada más; ahora bien, si algo aprendemos de esta crisis es que debemos dedicar muchos más recursos a la sanidad y a la investigación porque, ahora mismo, es lo único que va a salvar vidas, además del sentido común de todos y cada uno de nosotros, en la medida en la que podamos cumplir con todas las medidas y protocolos de seguridad.
Ahora es momento de ayudar a nuestros mayores, a nuestros vecinos mayores, a nuestros abuelos, a no perecer en el intento teletrabajando y cuidando niños -quien lo propuso seguro que no tenía que cuidar de sus hijos- porque lo peor, lo peor de todo es acabar solo, lo peor es morir solo en un hospital y eso ha pasado en Italia y está pasando en España, en nuestras residencias, en nuestros hospitales y hay muchas personas de riesgo que viven solas.
Lo que sí que sabemos es que sólo en casa podremos contener la maldita curva y llegar a ese pico deseado de los peores datos
Esto no es una ola, como dijo Sánchez el pasado sábado, esto es un tsunami en toda regla que va a cambiar las reglas del juego mundial, que va a dejar en entredicho el papel de la OMS, de Europa, de nuestros gobiernos y de nuestros políticos. O no, siempre todo depende del prisma con el que se mire. Por supuesto ya habrá tiempo para la crítica. Desconocíamos lo que se nos venía encima y lo que sí que sabemos es que sólo en casa podremos contener la maldita curva y llegar a ese pico deseado de los peores datos.
Los muertos de hoy son los contagiados de antes de entrar en el estado de alarma y de quedar confinados en casa. Ya podemos esperar sentados y cómodos porque va a ser escalofriante, va a ser un drama. Se avecina un mapa del pánico sin precedentes, de momento ya somos el primer país del mundo en sanitarios contagiados, y sólo hay 26 países libres del virus de 194. Si bien dicen desde el Gobierno central que hemos aplicado las medidas más drásticas de Europa creo que hacen falta más, más contundencia y rigor por parte de todos. La economía se va a recuperar, nuestros muertos no.
Tenemos un mapa del pánico en el que a cada minuto que pasa aumentan los infectados y los muertos. Un mapa del pánico en el que España lidera ya el número de muertos por el coronavirus por delante de China. Seguro que podríamos haberlo hecho mejor, seguro, pero ahora de lo que se trata es de arrimar el hombro y no acabar en un hospital. Hacen falta manos, las del Ejército, las que sea, todas son bienvenidas, toda la ayuda es necesaria, ante este drama no cabe la política solo debe haber gestión y más gestión de una crisis sanitaria mundial que nos va a cambiar a todos. ¡Cuídate y si puedes cuida de los tuyos, no sabes la suerte que tienes de poderlo hacer!
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