Que el candidato de Esquerra a la alcaldía de Barcelona tilde a VOX de extrema derecha, fascista y nazi no deja de tener su aquel. Ernest Maragall, de profesión hermanísimo, difama de manera perfectamente denunciable a una formación política escrupulosamente respetuosa con la Constitución, ergo, democrática y plural. Él, que pertenece a un partido que tiene a su líder condenado e indultado por El Vil por intentar un golpe de estado contra esa democracia que parece amar tanto el candidato. Eso, por no hablar de las sentencias de muerte firmadas por Companys, de las checas que mantuvo Esquerra durante la guerra civil o de las palabras racistas que profirió en su día hacia las personas negras Heribert Barrera.
Él, que es de un partido que promueve la persecución de todo lo que sea español empezando por el idioma y siguiendo por las personas. Pero Ernest, el buenazo de Ernest que se benefició en su día como su hermano Pascual del buen trato dispensado por el alcalde franquista José María de Porcioles – igual no sabía que los alcaldes los ponía y quitaba Franco y que Porcioles era franquista hasta la médula – ahora habla de nazis y fachas. Porque, según sus propias palabras, “hay que cerrar el paso a la extrema derecha fascista y nazi de VOX”, añadiendo que “hay que votar e ir a las urnas masivamente para impedirles el paso”.
Ernest, que sabe que en una de estas se queda con el número de concejales óptimo para hacer las reuniones de grupo municipal en el interior de un taxi, mezcla a Desokupa y VOX, dice que los apoyan Valents, Ciudadanos y el PP, e incluye a Collboni por dedicarle atención a las ocupaciones. Será ahora, en campaña, porque durante los dos mandatos en los que ha cogobernado con Colau ese interés no se le ha visto por ningún lado. Como a Ernest, ya que estamos, porque ellos están en lo de la república catalana, la independencia y eso fatiga lo suficiente como para dedicarse a nada más.
Ernest asegura que su partido está en el ayuntamiento, textual, “para liberar Barcelona”. Toma, como el general Yagüe
No contento con ese exceso verborréico, Ernest asegura que su partido está en el ayuntamiento, textual, “para liberar Barcelona”. Toma, como el general Yagüe. Bueno, igual no, que mientras éste entraba por una punta de la Ciudad Condal, los de Esquerra que todavía no se habían dado el piro se iban por la otra bien provistos, previa consigna soviética de hacer saltar por los aires a la capital catalana. Gracias a Dios y al consejero de abastos de la generalidad, el comunista Miquel Serra i Pámies, no se llevó a cabo la barbaridad y lo consigno porque siendo del PSUC el citado consejero se jugó la vida desobedeciendo. Lo bien hecho es lo bien hecho, sea quien sea quien lo lleve a cabo. Le pudo más a mi tocayo el sentido común y el amor a la ciudad que las órdenes de la NKVD.
La mismísima república, esa que tanto adoráis, se planteó cederle las Baleares a Mussolini a cambio de que retirase su apoyo a Franco
En fin, que mejor sería no meterse en honduras respecto a nazis y fascismos, Ernest, porque existen pruebas documentales de los contactos que tanto separatistas catalanes como vascos tuvieron con los gobiernos de Alemania e Italia. La mismísima república, esa que tanto adoráis, se planteó cederle las Baleares a Mussolini a cambio de que retirase su apoyo a Franco. Que sí, que VOX, el PP y el resto de partidos constitucionales son unos fascistas de tomo y lomo, y nazis, y racistas e incluso tienen caspa. Si eso es lo que quieres vender, tú sabrás. Pero que el cemento armado de la impostura con el que habéis recubierto la historia de Cataluña está resquebrajándose por momentos y aquí hay para todos no lo dudes ni un segundo.
Para que luego digan que la vejez es una época de serenidad y sabiduría.
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