LA TIERRA. ESPAÑA.
Hogares españoles, en momento de desasosiego postelectoral máximo, viendo telediarios, y teniendo conversaciones del tipo:
-Mira, Encarnita; lo bueno es que a tu madre, no la abducen; buscan humanos, no víboras.
-Me consuelas en parte, Josefernando; porque entonces, a ti, sí.
-Papá, ¿qué es abducir?
La causa de tan inusuales conversaciones no es otra que la noticia-bomba de que tres exmilitares estadounidenses (Grusch, Grey y Graves) la han liado parda en el Congreso, al afirmar que el Pentágono oculta naves extraterrestres, algunas " del tamaño de un campo de fútbol", y "restos biológicos no humanos".
PLANETA MARTE. ESCUELA DE MARCIANOS. CLASE DE CONOCIMIENTO DEL MEDIO INTERGALÁCTICO.
Seres verdes, bajitos, regordetes, y con antenas, sentados en los pupitres, escuchando a la profesora, que les dice:
-Por ejemplo, como lugar resignado a acoger visitantes varios, dentro del planeta Tierra, tenemos España –señala nuestro país, con un dedo larguísimo, en un mapa interactivo. –Justo ahora se acaban de celebrar elecciones, y…
-¿Qué son elecciones? –interrumpe un alumno levantando una extremidad.
Profesora marciana resopla, consciente del berenjenal en que se va a meter, y dice:
-A ver; que los humanos de España eligen jefe regalando papeletas a los que quieren serlo. Y al que le han regalado más, gana. Pero tiene que llamar al siguiente en número de papeletas, a ver si le deja ser jefe.
Los marcianitos, en gesto similar al de sorpresa terrícola, abren los ojos que tienen en la punta de las antenas. Otro se viene arriba y pregunta desde la lógica básica:
-¿Pero por qué no manda el ganador?
-Porque el segundo puede comprar más papeletas a otro humano que quiso ser jefe de un trozo de España, y que tuvo que huir del país escondido en el compartimento de carga de una nave, para que no le metieran en prisión.
Los marcianitos empiezan a mover antenas en círculo; se rayan con la imagen del defenestrado dentro del compartimento de carga, cuya escasa nobleza como habitáculo, es conocida desde la infancia marciana.
Uno deja de moverlas, y pregunta:
-¿Pero y cómo le paga?
-Pues perdonándole, para que regrese y lo vuelva a intentar.
Los marcianitos empiezan a agitar con brío las antenas, que es su manera de expresar repulsa ante el humano-perdonador, y comentan entre ellos que “vaya timo lo de las elecciones esas”.
LA TIERRA. WATERLOO (BÉLGICA). NOCHE CERRADA.
El platillo volante monoplaza se aproxima a tomar tierra.
Dentro, militar del Ejército marciano, que participa en la misión “Abducciones por el Mundo”.
En el salpicadero, una foto de su esposa e hijo, donde pone “cariño no corras”. (En Marte, que están a años luz en avances sociales, han vuelto al sistema de familia de toda la vida, que es lo que nunca falla, después de haber pasado por generaciones de poliamores varios).
Agentespacial se percata de que su nave va a aterrizar en el jardín de una villa con un letrero que pone “Casa de la República Catalana”, lo cual le mosquea, dado que su objetivo era Bélgica.
Sale de la casa un humano en pijama, con cabreo épico, y preguntando cosas en un idioma que el ordenador de a bordo identifica como ruso; “algo ha fallado”, añade la máquina
Tras cargarse un seto, la nave toca césped, y el marciano sale al exterior abriendo una escotilla y dando un saltito. Lleva insertado un chip telepático, que conecta su cerebro y órganos sensoriales al ordenador de a bordo.
Coincidiendo con el salto, la alarma de intrusión se pone a sonar como loca, y los focos del jardín se activan, de resultas de lo cual sale de la casa un humano en pijama, con cabreo épico, y preguntando cosas en un idioma que el ordenador de a bordo identifica como ruso; “algo ha fallado”, añade la máquina.
Agentespacial activa el protocolo de emergencia y saca una bandera blanca, símbolo interplanetario de ausencia de ganas de camorra, ante lo cual el del pijama se corta y pregunta que si “do you speak english?”.
El marciano dice que algo, y a partir de ese momento comienza un diálogo entre civilizaciones, que traducimos y resumimos:
Pucherd´Hondt va al grano; se presenta como el presidente de la República Catalana, y le dice que si le ayuda a librarse del Estado Español y a montar una embajada en Marte, se deja abducir un poco
El ruso se presenta como el secretario de un tal Pucherd´Hondt, que se halla veraneando en Colliure, pero que atiende por zum cualquier asunto. Después interroga al aterrizado acerca de sus intenciones, y este responde que “estudiar la especie humana desde la disección anatómica; mayormente, abducir”. El ruso le dice que a él en ese momento le viene mal por su condición de reclutable y desestabilizador de Europa en activo, pero que igual a su jefe le interesa el tema, por lo que entra en la casa, manda un guasap al susodicho para prevenirle en privado, vuelve al jardín con el portátil, y solicita conexión con el veraneante por zum.
Cuando el ordenador de a bordo ve el humano que aparece en pantalla, manda un mensaje telepático al agente de “ojo con este. Los humanos macho, a esa edad, no tienen tanto pelo”. Pucherd´Hondt va al grano; se presenta como el presidente de la República Catalana, y le dice que si le ayuda a librarse del Estado Español y a montar una embajada en Marte, se deja abducir un poco, en pro del estudio científico de la raza humana represaliada. “Esto es el dedo, mientras que la luna es otra cosa, un conflicto político muy serio y profundo, y es aquí donde es necesario poner el foco”, añade en plan E.T. libertador.
-Cuente con ello, y deme las coordenadas de la misión -dice Agentespacial, entrenado en empatía, y pasando millas del ordenador de a bordo, que le avisa con un “dile a este señor que esa República no existe, hazle una pedorreta, y pírate cuanto antes”.
El del zum le dice que son dos: amnistía para 4.000 mártires, y un referéndum.
-Todo por sus muestras y fluidos corporales. ¡Hecho! –responde el marciano.
Una vez se despiden, Pucherd´Hondt manda un guasap a su gente diciendo que “las fuerzas del cosmos, como no podía ser de otra manera, han venido a apoyarnos”.
Media España sumisa ante la colonización ideológica de un progresismo que se apoya en comunistas y sediciosos que hacen bullying a sus supuestos “invasores”
Que las declaraciones de los exmilitares americanos sean ciertas, o todo sea una cortina de humo para tapar roña política interna y sumirnos en la neofobia, no quita que el tema sea apasionante. Hay una evocadora teoría que dice que los extraterrestres son humanos del futuro, que viajan en el tiempo; susto enorme habrían de llevarse de venir ahora a nuestro país, (asumiendo que la evolución los hubiera llevado por los derroteros de la claridad mental), al ver la movida que tenemos, con media España sumisa ante la colonización ideológica de un progresismo que se apoya en comunistas y sediciosos que hacen bullying a sus supuestos “invasores”, y encarnado en un tío que destila macarrismo epistolar.
Y mientras, en Marrakech, nuestro cero-querido Jisperson, aficionado al traslado de restos biológicos humanos, luce gorra por los mercadillos, dispuesto a dar lo que sea a quien sea, con tal de poder seguir viviendo en su galaxia autocrática. Y en su partido, ese con tragaderas políticas nivel vertedero espacial, siguen sin avistarse los “socialistas buenos” o FANIS (fenómenos anómalos no identificados), que pudieran frenar estas indecencias.
“Dios mío, abdúcenos pronto…”
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