Que me asombre o no como periodista por unas declaraciones sobre el brote de listeria que afecta casi a 200 personas y que se ha llevado por delante a 3 no tiene ninguna importancia. Es mi problema está claro. Pero es de traca que el máximo responsable de esta contaminación alimentaria que ha afectado principalmente a Andalucía tenga la desfachatez de afirmar que "no entiende el maremágnum que se ha montado" sobre él. Francamente, si no lo entiende tiene un serio problema porque es de una gran desfachatez lo que ha dicho y si algo deben hacer las autoridades pertinentes es investigarle y depurar cualquier tipo de responsabilidad que este tipejo tenga sobre lo sucedido. Cierto es que los errores han ido sucediéndose primero en las inspecciones previas para prevenir cualquier problema, después en la detección de la bacteria una vez que ésta ya campaba a sus anchas y por último en las alertas internacionales y en la información que se ha dado a los ciudadanos.
Está claro que esto no va de color político, cuando hace nada que ha habido cambio de gobiernos a raíz de las elecciones municipales del pasado mes de mayo. No va de que Sevilla la gobierne el PSOE y que la Junta la gobierne recientemente PP y C’s. Va de los protocolos existentes de prevención, de la mala praxis empresarial sobre todo y de la pésima comunicación de crisis que se ha establecido. Cuando hay desgracias hay que saber comunicarlas, designar un portavoz creíble y sobre todo no contradecirse. No me vale que se haga un llamamiento a la ciudadanía a no acudir a urgencias para no colapsar los servicios, dado que los servicios no se colapsan si hay una información clara y a tiempo.
Está claro que esto no va de color político, cuando hace nada que ha habido cambio de gobiernos a raíz de las elecciones municipales del pasado mes de mayo
Dicho esto, responsabilidad máxima al que hasta ahora ha estado de rositas: el empresario que ha lanzado al mercado la carne contaminada. Para aparecer tal y como lo ha hecho, negando la mayor, mejor que no hubiera salido a la palestra por lo menos tendría alguna posibilidad de remontar. Eso si no con el nombre que le va a llevar a la picota el de Magrudis. Mal me sabe sólo por los trabajadores de esta empresa que si no lo ha hecho ya seguro hará fallida. Ante una contaminación alimentaria, el primer paso de cualquier buen empresario que se precie y sobretodo si se trata de la salud de las personas es reconocer errores o fallos sucedidos, mas que nada porque sólo dando ese primer paso puedes ofrecer alguna garantía de que no te volverá a suceder.
Así lo hacen y lo han hecho las grandes marcas reconociendo los fallos y alertando a la población de la posible contaminación además de retirar del mercado ipso facto aquellas partidas que pudieran estar afectadas. Respeto señor Magrudis, primero con los familiares de los fallecidos, segundo con las casi 200 personas que están afectadas por una carne que usted ha lanzado al mercado y tercero y último busque un buen abogado y cierre el pico si se quiere seguir ganando la vida en Andalucía porque haciendo lo que hace y actuando como actúa la justicia no debería ponérselo fácil.
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