Opinión

¿Por que Rajoy aún confía en el PNV?

En el pacto en vigor con el PNV hay previstas inversiones millonarias en el País Vasco que pueden decaer si no se aprueban los presupuestos de 2018 

Algo tiene que saber o intuir Mariano Rajoy de los próximos pasos del PNV. Algo deben haberle dicho en privado sus máximos dirigentes, el lehendakari, Íñigo Urkullu, y el presidente de esa formación, Andoni Ortúzar, que le habría empujado a cambiar de posición y presentar un proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado 2018, en teoría, condenado al fracaso por falta de apoyo peneuvista en Las Cortes.

Al fin y al cabo, no hace tantos meses ese mismo Rajoy decía que no tenía sentido presentar las cuentas públicas sin respaldo parlamentario. ¿Qué ha cambiado?. O mejor dicho: "¿Por qué presentar el presupuesto si no tiene mayoría pudiendo aprobar esas mismas medidas por real decreto y sin fracaso?", se preguntaba este martes un alto dirigente del PSOE en conversación con este periodista.

Y es que ni socialistas ni Podemos acaban de creerse ese desamor a lo Pimpinela. Saben que Urkullu está muy presionado por varias cuestiones: la más inmediata el Aberri Eguna (Día de la patria vasca) este domingo de Resurrección, en el que el PNV no puede aparecer de la mano del Gobierno del 155; por más que los propios dirigentes peneuvistas se declaren en privado hartos del procés; Y la segunda, el endiablado calendario catalán.

La investidura de un nuevo presidente de la Generalitat, o no, se cruza con la tramitación parlamentaria de los Presupuestos hasta el punto de que si el 22 de mayo o hay sucesor de Carles Puigdemont en el Palau de la Generalitat, Rajoy se verá obligado a convocar la repetición de las elecciones. De momento, intenta ganar tiempo, por lo que pide al PNV que no tumbe el proyecto un mes antes, en abril, durante el debate de enmiendas de totalidad, y se espere a junio.

Carece de sentido dicen en La Moncloa, que, si el argumento peneuvista es el 155, Urkullu & cía no esperen al desenlace catalán el 22 de mayo; a la prórroga de la intervención del Estado, porque haya que repetir elecciones o a su derogación porque haya un president. Y recuerdan que en el pacto suscrito en octubre hay para el País Vasco inversiones millonarias en esas cuentas públicas -el AVE y otras- que pueden no seguir vigentes en los ejercicios siguientes.

De momento, y por si acaso, el Gobierno ya ha hecho saber que hay en el Presupuestos Vasco -aprobado, ojo, con el voto del PP- una subida del 1,5% en el sueldo de los funcionarios vascos que ha sido aprobada sin su consentimiento y las cuentas de Urkullu pueden acabar recurrida ante el Tribunal Constitucional... se llama enseñar los dientes

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