Opinión

España necesita más Mercadonas y menos Echeniques

Podemos ya ha demostrado capacidad de influencia para aplicar mano dura a banca y energéticas. Ahora, logra poner en el foco su campaña contra los súper. Lo llamativo es que ha elegido al enemigo equivocado

Se veía venir otra embestida contra las grandes cadenas de supermercados, pero no un ataque tan personalizado… ni tan burdo. Mercadona es demasiado popular -y Juan Roig demasiado rico- como para dejar escapar la oportunidad. Por eso, Podemos ha decidido cambiar el tirachinas por el bazuca. Y emprender una campaña con nombre y apellidos contra los grandes de la distribución.

Los morados irán subiendo y bajando el tono en función de la temperatura que marque su termómetro electoral, por ahora demasiado gélido. Nos adentramos en el año de los comicios y las andanadas de Podemos suenan hasta lógicas. En el programa con el que acudieron a las últimas elecciones generales, la formación política aseguraba que "al PSOE le tiemblan las piernas" a la hora de "enfrentarse a las eléctricas, a la banca o a los fondos buitre para defender los derechos de la gente". El problema es que tales diatribas las escribieron los 'popes' de un partido que está gobernando hoy España en coalición con el PSOE.

Podemos ya ha demostrado que tiene capacidad real de influencia para aplicar mano dura a los bancos y las energéticas. Y ahora puede volver a intentarlo contra las grandes cadenas de distribución. Esta vía ganará fuerza si el PSOE no recupera el pulso en las encuestas. Hasta el momento, dos ministerios socialistas (Agricultura e Industria) se han opuesto a imponer medidas de castigo a los supermercados. La huida de votantes puede llevar a Podemos a forzar la máquina. O animar al propio Pedro Sánchez a rizar el rizo, apadrinando un nuevo golpe a Mercadona, El Corte Inglés, Carrefour, Dia o Eroski.

El primer amago de tormenta se divisó al finalizar 2022. Fue la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, quien planteó un nuevo impuesto o tasa dirigido los grandes de la distribución. La ministra de Trabajo, que no tiene competencia alguna sobre este sector, había pinchado en hueso en otoño, planteando un pacto de precios 'amistoso' para rebajar la cesta de la compra. La CNMC advirtió de inmediato que era ilegal y Díaz plegó velas.

Donde la vicepresidenta vio un callejón sin salida, Podemos ha identificado ahora una ventana de oportunidad. Algunas compañías lo veían venir. "Lo realmente peligroso, lo más irresponsable, es que se ponga el punto de mira en empresarios concretos, que se criminalice a alguien", confesaban hace pocos días desde una de las empresas afectadas. Dicho y hecho. La formación morada inició su campaña este sábado. Fue toda una ministra, Ione Belarra, la encargada de abrir fuego.

"Frente al capitalismo despiadado de Juan Roig y Mercadona, intervención pública de la gran distribución alimentaria para topar los precios de los alimentos básicos y que la gente pueda vivir mejor", denunció la titular de Derechos Sociales en un tuit. Adjuntaba un vídeo con una 'actuación' suya, en la que llamaba "indecentes" a los empresarios y que -a día de hoy- lleva casi medio millón de reproducciones.

Hicieron 'retuit' desde la ministra Irene montero al portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, contribuyendo a viralizar el ataque en las redes sociales. También arrimó el hombro Lilith Verstringe, que compagina las secretarías de Estado para la Agenda 2030 y de Organización de Podemos. "Que todo el mundo tenga acceso a los alimentos más básicos es más importante que los beneficios de Juan Roig", apuntó en Twitter. Ha rodado, incluso, por Youtube un vídeo producido por la factoría morada y titulado '¿Por qué suben tanto los precios del súper'.

De momento, el daño reputacional ya está hecho. Esta semana ha sido Echenique el encargado de coger el testigo. El martes, tuiteó: "Hay partidos, como Podemos con Ione Belarra al frente, que se atreven a decir la verdad sobre la falta de escrúpulos de ciertos millonarios muy poderosos que se aprovechan de la gente y a llamar a Juan Roig "capitalista despiadado" y hay otros a los que les tiemblan las piernas". El portavoz de los morados rescataba -tal cual- la expresión del programa electoral para atizarle, más que a la oposición, a su propio socio de gobierno.

Los mandamases de Podemos lograron el efecto deseado. La portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, salió en defensa de Mercadona y sus competidores en el Palacio de La Moncloa. Y reaccionó hasta el propio Roig, amigo íntimo de la discreción y enemigo de las declaraciones públicas. "Somos los que generamos riqueza y bienestar. Si después a los que les toca gestionar lo saben hacer, hay riqueza para todos; si no, hay enfrentamiento".

Lejos de recular ante la polémica, Pablo Echenique siguió alimentando la hoguera: "Queridos niños, cuando os refiráis al cuarto hombre más rico de España que se está forrando gracias a la inflación mientras os cuesta cada vez más comprar los alimentos básicos, tenéis que ser 'mesurados en las palabras'. Frente al saqueo de los millonarios, 'prudencia verbal'".

Su última declaración pública sobre Mercadona se produjo este martes, en tono irónico, con la actitud de quien va por ahí perdonando vidas. El diputado afirmó que su partido está dispuesto a seleccionar los "adjetivos y adverbios" que emplea contra Mercadona si el Gobierno impone el tope de precios. Chantaje sin tapujos a quienes comparten la misma mesa del Consejo de Ministros.

Juan Roig Mercadona
Juan Roig, junto al empresario Vicente Boluda, en Valencia.EP

De momento, Podemos ha logrado aquello de lo que Juan Roig huye: estar en el foco. Aunque ese protagonismo suponga promover una medida populista, difícilmente practicable y absolutamente irresponsable, por la complejidad de la cadena de producción (del campo a los lineales) y porque obligaría a muchos empresarios (grandes o pequeños) a vender a pérdidas. Y eso está prohibido por ley.

Lo que chirría, sin embargo, de la estrategia de los morados es la elección de Mercadona como nuevo 'enemigo público'. Roig se aleja del prototipo de 'Tio Gilito' que sueña con billetes, de 'señor con puro', de los inversores 'buitres' que tanto detesta Podemos. Es un empresario relativamente anónimo, multimillonario por méritos propios, que se juega su propio capital (su familia posee todas las acciones) y que ha sido capaz de crear un modelo laboral insólito en nuestro país. Mercadona es la empresa con más empleados de España y todos tienen un contrato indefinido y una retribución, cuanto menos, digna.

Los hitos de Mercadona

Según la última memoria anual, la empresa tiene 93.300 trabajadores en nómina en las tiendas españolas, con un sueldo de entrada de 1.242 euros netos al mes (el Salario Mínimo Interprofesional asciende a 1.050 euros). En 2021, la compañía destinó 375 millones del beneficio a mejorar las condiciones salariales de la plantilla y reinvirtió casi el 80% de lo ganado.

Mercadona, con sus defectos, es también una de las empresas más igualitarias de España. Y no porque el 61% de sus asalariados sean mujeres, sino porque ellas ocupan el 45% de los puestos directivos. Y la conquista de los puestos de mando es la mejor manera posible de romper los 'techos de cristal'.

La empresa, pese a los logros, no merece la compasión de Podemos. De hecho, para la formación morada la mera mención a esos hitos (como ocurre en este mismo artículo) es un acto de propaganda, y una sumisión al "capitalismo despiadado". Ese será el tono habitual en el largo año electoral.

Roig y sus competidores tienen razones para temer meses de insomnio, porque los morados son los socios de Sánchez. Y el presidente es el amo, por ahora, del Boletín Oficial del Estado, donde cabe cualquier tope, tasa o impuesto. Por descabellado que sea.

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