-Angelines…
-Dime.
-De esta Navidad no pasa lo del verificador para con tu madre.
-Luisfelipe; hazte un murete de separación con polvorones. Es más barato y no haces el ridículo delante de extraños.
Las plataformas audiovisuales en nuestro país han detectado un aumento de bajas porque el noticiero engancha más que cualquier serie desde que el mediador ha llegado a nuestras vidas. Las televisiones se llenan de escenarios virtuales con mesas y avatares sentados, donde uno de ellos aparece en negro y coronado por un rótulo en rojo que da pistas tontas tipo “igual es mujer”.
Hay padres emocionados de que sus hijos renuncien a ser yutúber en pro de ganarse la vida verificando y las búsquedas en Google como “¿cuánto gana un relator?” se han disparado.
Todo un trending topic absurdo creado por un goaverno del que no se fía ni El Tato y que tiene que rematar a escondidas asuntos desleales a España (referéndums y agasajos fiscales) con un señor que si la pisa, cata trena.
Hasta el viernes 1 sabíamos, sobre las reuniones de control al goaverno por parte de Junts que se inauguraban al día siguiente, que habría un equipo de mediadores (un portavoz); que la Fundación Henry Dunant (a la que acudió Zapatero para constatar que ETA dejaba el asesinato y se injertaba en partido) también iba a estar presente; y que el país elegido para estas sesiones de sado político era Suiza por ser un escenario de “protección diplomática” para el independentismo.
El día 2, en un alarde de conmiseración mediática, nos mostraron imágenes del bullying aeroportuario que sufrieron dos de los asistentes (Miriamdolarbeibi, boxeadora política de Junts, y Santos Cerdán, muso de la FP electrificada devenido en hombre clave del Soe); y nos contaban que todo había “ido bien”; que se habían fijado método y calendario; y se nos presentaba a un tal Galindo (mucho de GAL y poco de lindo), que iba a ser el coordinador de los verificadores y cuya salvadoreña presencia convertía a las partes concurrentes en equiparables a guerrillas salvajes y narcogobiernos.
Cerdán y Miriamdolarbeibi entran en el baño con cambiador de bebés de la sala VIP para hacer un cambio de identidad; han quedado allí con sus dobles, equipados con pelucas y apósitos faciales de látex
Pero como “Los secretos más grandes se ocultan siempre en los lugares más inverosímiles” (Roald Dahl) y el goaverno miente más que habla, esta versión que nos dan para calmar las ansias del que se sabe huérfano de gobierno serio, probablemente no sea la realidad de lo que pasó el día 2; día en que Iberia inauguró sus vuelos directos a Laponia…
A primera hora de la mañana, Cerdán y Miriamdolarbeibi entran en el baño con cambiador de bebés de la sala VIP para hacer un cambio de identidad; han quedado allí con sus dobles, equipados con pelucas y apósitos faciales de látex, y un maquillador profesional de cine de terror que les da los últimos retoques, siendo tan espectacular la caracterización que nadie sospechará de su condición de falsos pasajeros con billete a Ginebra.
Por su lado, los verdaderos, reciben un mensaje que dice “D62”, (hasta ese momento ni ellos saben dónde van), y abandonan la sala VIP encaminándose a dicha puerta de embarque; ambos con gafas de sol; disfrazada ella de influencer patriótica (peluca rubia, bluyins y camiseta XXS con el mensaje “España me pone”) y él de monitor de aeróbic del Imserso (chándal gris perla con brillos acrílicos, peluca de señor teñido de negro, y bigotito).
De tal guisa vuelan a Finlandia, y de tal guisa, pero con sendos anoraks comprados en el aeropuerto, aparecen en un resort de lujo a las afueras de Rovaniemi, donde las habitaciones son iglús con camas con mantas peludas y chimeneas lujuriosas.
La siguiente orden vía móvil que reciben es: “en la sauna”; por lo que se ponen el traje de huésped masajeable (albornoz y zapatillas blancas de felpa), y marchan al spa comentando cosas como “quién nos lo iba a decir”.
Ya en el habitáculo, y una vez superado el primer sofoco cegador, distinguen una masa de pelo negro que identifican con Puigdemont, que está leyendo contrariado un mensaje (“el mediador se retrasa. Yo llegando”), tras el cual y tras saludarles, empieza a echar sin piedad agua con esencia de eucalipto encima de piedras volcánicas, y aquello se torna en infierno de vapores mentolados.
Cerdán, que ha recuperado parcialmente el espíritu gracias a la fugaz renovación de aire, reconoce la voz; y al ver los pelos en las piernas, identifica a Bolaños
Cerdán no es consciente de lo maquiavélico de esta maniobra, donde una experta en cardio y un semifaquir que sobrevive a maleteros, compiten en resistencia con un socialista cuyo único reto físico es manejar la subida de pulsaciones asociada a verse en el paro si la reunión no tiene buen final. De ahí que empiece a sudarle a chorros el canalillo y a ver puntitos negros que le anuncian desmayo inminente…
Sin aviso previo, irrumpe en el habitáculo una señora en traje de baño fucsia con cazuelas, gorro de natación con flores, y gafas de pasta negra; y les dice con voz de hombre “perdonad el retraso”. Cerdán, que ha recuperado parcialmente el espíritu gracias a la fugaz renovación de aire, reconoce la voz; y al ver los pelos en las piernas, identifica a Bolaños y le pregunta desconcertado:
-Pero ¿qué haces tú aquí?
-Ya ves –dice Félix guiñando un ojo-. Soy el hombre con tres ministerios y una misión oculta.
Miriamdolarbebi le mira con cara de “este tío es memo” mientras lucha por alisarse el pelo, que amenaza con encresparse por la humedad.
Bolaños toma las riendas, y al ver lo pálido que está Cerdán, propone esperar al verificador en el jacuzzi exterior, rodeados de abetos y nieve, y arropados por la aurora boreal; por lo cual tiran para la terraza y se sumergen en el agua burbujeante, desalojando antes a cuatro japoneses que se inquietan al ver a la señora con voz de hombre.
Es tal la magia de la invernal escena, que Puigdemont se crece y se pone en pie salpicándolos a todos, y empieza a recitar en catalán la poesía esa del perro que lamía manos, para estupor del bando socialista.
De pronto, Bolaños se lleva el índice a la boca, dice “¡Shhhhhhh!” y después hace el gesto de poner la mano cóncava detrás de la oreja para acaparar sonidos.
A lo lejos, en el silencio de la tundra, se empiezan a oír unas campanillas…
Bolaños comenta emocionado: “ahí viene nuestro hombre” y al rato un empleado del hotel sale a comunicarle con discreción que su invitado ha llegado y que está aparcando los renos.
Pretenden blanquear ahora esta forma encriptada y retorcida de hacer política (mesas varias y dos relatores para el independentismo), ofreciendo otra mesa al PP…
Esta fantasía con relator navideño concuerda con el infantilismo de convertir la política en un juego de misterio y con la cobarde dadivosidad del goaverno, que transforma cada negociación con el independentismo en un obsceno reparto de regalos.
Todo es ya tan ruin, que la calaña de un presidente que celebra cosas constitucionales cuando, a escondidas, acepta profanarlas para sobrevivir, se queda hasta corta comparada con el daño irreparable que supone para nuestra democracia esqueletizar institucionalmente el Congreso y trasladar sus funciones a impunes y secretos escenarios.
Pretenden blanquear ahora esta forma encriptada y retorcida de hacer política (mesas varias y dos relatores para el independentismo), ofreciendo otra mesa al PP… Lo mejor va a ser que pongan un restaurante con Francinarmengol de mesonera piripi tomando la comanda y avisando con descaro a los comensales de que “señores, aquí cobramos en B”.
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