A golpe de decreto, sin debate parlamentario, así es la lamentable forma de gobernar de Pedro Sánchez, sin entrar en otros detalles. Se entiende la situación de emergencia en la que vivimos desde hace tres años, por la pandemia, por catástrofes naturales como los tres meses de desastre con la erupción del volcán de la Palma, o con los incendios que estamos padeciendo durante el verano, a lo que se le suma la invasión de Ucrania desde hace ya seis meses. Lo que no se entienden, dicho lo anterior, son las medidas del recién aprobado decreto de ahorro de energía que se extenderán hasta noviembre del año próximo.
Nadie dice que nos tengamos que quedar inmóviles frente a la posibilidad de que España “se vaya la carajo”, como apunta la líder de Bildu, Mertxe Aizpurua, porque en realidad se va al carajo el modo de vida occidental, que si bien la pandemia ha puesto en la cuerda floja, más aún lo está haciendo ahora Vladimir Putin. Y es aquí cuando el Gobierno debe actuar y trabajar para todos. La guerra, no nos engañemos ni se dejen engañar, no tiene la culpa de todo. Sí lo tiene en cuanto al hecho de que ha evidenciado y hasta acelerado una manera de hacer política ya caduca y que nos pone en la cuerda floja sometidos al chantaje del presidente ruso.
Si bien se entiende la celeridad en aprobar medidas de cara a la crisis que viene, lo que no se puede tolerar es que Sánchez y su Gobierno se pasen el debate democrático por la entrepierna, puesto que al final está dando la razón a partidos que nunca quisimos tener en el arco parlamentario como Vox. Si es necesario cambiar las normas de actuación, que se haga ya, porque lo que no puede permitirse es que el Ejecutivo reaccione como si Canarias no existiera, o como si Cataluña tampoco. Lo de Teruel existe bien lo podríamos aplicar ahora a muchos más territorios. Llevar a cabo esas decisiones que son de urgencia, de máxima necesidad, tan sólo depende de quien gobierna, y eso no se está haciendo.
Llevar a cabo esas decisiones que son de urgencia, de máxima necesidad, tan sólo depende de quien gobiwerna, y eso no se está haciendo
Un gobierno, un presidente que predica por activa y por pasiva que no va a dejar a nadie atrás, queda totalmente en evidencia cuando sube a la tribuna del Congreso la líder de Coalición Canaria, Ana Oramas, para decir, sin necesidad de recitar un discurso, porque lo lleva grabado a fuego, que “menos Falcon, menos fotos y a trabajar por mi tierra” porque un gobierno debe tener en cuenta que en las Canarias, por cierto principal granero de España del turismo, del sector o uno de los sectores capitales en este país, “no hay trenes, hay guaguas, no hay gas, no hay calefacción –viven en un paraíso con temperatura media de 23 grados-, exentos de IVA”, dice con amargura la diputada ante los escasos escaños ocupados en este pleno de agosto.
No se trata de defender ni a Coalición Canaria ni a nadie, porque de hecho son muchos canarios quienes consideran que los largos gobiernos de este partido en las islas no han traído ni grandes beneficios ni grandes cambios. Pero Oramas ha lanzado, este jueves en el Hemiciclo, verdades como puños que ponen en evidencia la manera de gobernar que todos los partidos critican. Pedro Sánchez no puede ir a pasearse por Cumbre Vieja al tiempo que regula por decreto unas medidas de ahorro energético que demuestran que Canarias no existe para su Gobierno. “En El Hierro están que se mondan de risa porque han estado con renovables”, le ha espetado en su intervención de forma irónica Oramas. Las islas son bien conocidas por la dirección socialista ya que son el destino de vacaciones de muchos de sus miembros, por porque allí han pasado semanas de estío alguno de sus presidentes y porque parece que los alemanes estimen más esas islas que los políticos españoles.
Las islas son bien conocidas por la dirección socialista ya que son el destino de vacaciones de muchos de sus miembros, pese a que parece que los alemanes estimen más esas islas que los políticos españoles
Nadie duda de que el Gobierno debe actuar, que Europa lo está haciendo de la misma manera, pero no debe hacerlo de espaldas al arco parlamentario, sin que los partidos puedan incorporar propuestas a lo que pretende el Ejecutivo, de espaldas a millones de ciudadanos, porque eso es propio de gobiernos totalitarios. Llegados a este punto y con un curso político que parece haber empezado esta semana, digo parece porque, si bien se ha celebrado Consejo de Ministros este martes, durante el debate sobre este decreto de ahorro energético todavía muchos de los representantes parlamentarios están de vacaciones. No puede haber un pleno de tal envergadura aparezca tan vacío porque, con razón o sin ella, aumenta la imagen de la vida padre que se dan nuestros diputados.
Además de gobernar a golpe de decreto, el Gobierno debería dejar de meter miedo, no dejamos de oír en boca de la ministra Teresa Ribera, y de muchos de sus compañeros, el “invierno duro” que nos espera. Seguro que más para algunos que para otros. Seguro que para el pequeño autónomo que para cualquiera de los 349 diputados del Congreso. Seguro. Háganselo mirar porque no se puede pasar frío en el Congreso en pleno verano, o en los Parlamentos autonómicos mientras tienen que pagar los de siempre las medidas aprobadas por decretazo. Asistan al Congreso y déjense la piel porque es lo que les ha tocado en esta dura legislatura. Sus razonables sueldos los pagamos todos, sabemos que la política es dura, exigente, pero si no quieren dedicarse a ello, abandonen u váyanse a casa. Necesitamos más y mejor gestión por parte de todos. Menos Falcon, menos fotos, menos titulares, menos demagogia y más trabajo real. Cuídense.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación