Opinión

La gran mentira de la política para adultos

Lo peor es que mientras unos se apropian de expresiones como política para adultos para ignorar la realidad y así mantener el sistema que aboca a su implosión, existe una apatía por quienes vamos a sufrirla

Los medios en España siempre han utilizado cualquier tragedia y miseria para encajarla en su relato de política interna. Gracias a eso al menos hemos superado el manido insulto de fascista por el de putinista tras haber dedicado tanto espacio mediático a difundir que Putin es de derechas. El del KGB. Porque lo único que importa a la izquierda o a gran parte de los medios es eso, que todo lo bueno sea generalmente identificado como propio de la izquierda. Quizá por eso cada vez importen menos sus palabras. Por eso no puede quedar resquicio cultural de derechas, o iniciativa positiva alguna sin resultar marcada como se marca al ganado.

Se habla mucho pero sin ánimo de hacer nada. Este martes habló Zelenski en las Cortes. aunque apenas se le entendió por la baja calidad del servicio de traducción. Lo peor llegó cuando tuvo que soportar las fatuas falacias de Pedro Sánchez comparando el sufrimiento de España durante los 40 años del franquismo con lo que está viviendo Ucrania. ¿Cuál es el límite para soportar estas vilezas falsarias en el ámbito público? Un comentario dudosamente transfobo puede llevarte al escarnio y a la muerte civil, pero la mentira para aprovecharse políticamente de la tragedia ajena de forma miserable es aplaudida con fervor norcoreano por las unánimes Cortes. Aquí un termómetro de la enferma conversación pública.

La mentira para aprovecharse políticamente de la tragedia ajena de forma miserable es aplaudida con fervor norcoreano por las unánimes Cortes

Esa perversa obsesión, ese empeño en etiquetarlo todo de izquierdas, o de derechas si fuese deleznable, por encima de cualquier otra cuestión es algo que provoca un profundo aburrimiento. Como los adjetivos coreados al unísono por los medios. Desde la pandemia, un valor supremo que rige nuestras sociedades y las define como demócratas de verdad es la unanimidad. En lo que decida la izquierda, claro. Los medios, ese grupo de unánimes repitiendo los mismos adjetivos ante los mismos hechos, intentando forzar una asociación purificadora de palabras que llegan a ser todo un eslogan, como Feijóo el adulto.

No sé en qué momento esa casposa y ridícula expresión de “política para adultos” salida de la mano del señor de Pontevedra en su libro de presidencia póstuma se ha generalizado, no tanto como calmante ante la complicada situación, sino más bien como alucinógeno de haber llegado la solución. Entiendo que se utilice en contraposición al bochorno de Casado y Egea, pero ha habido pocos síntomas en Feijóo, como no los hubo en Rajoy, de que esa política fuese real.

Si Feijóo quiere hacer política para adultos y afrontar los problemas desde la realidad y no desde la negación arrogante, caprichosa de un adolescente que cree que un tuit va a cambiar el mundo, debería posicionarse cuanto antes sobre problemas que representan ese elefante en medio del abismo de la ruina, la degradación democrática y social en la que nos encontramos.

En cualquier caso, los que vienen detrás no tendrán conocimientos suficientes con esta última reforma educativa socialista para entender que están atrapados en una autonomía sin futuro

¿Qué va a hacer Feijóo respecto a la insostenibilidad de las pensiones? El haber ligado su subida a la del desbocado IPC va a hundir en la ruina a las generaciones posteriores al baby boom ¿Va a iniciar un proceso de transición de un sistema de estafa generacional, más conocido como de reparto, a uno de capitalización o al menos mixto? A lo mejor política para adultos se refiere a salvar a su generación a costa hundir el presente de las siguientes que lo sostienen y arrebatar toda posibilidad de futuro. En cualquier caso, los que vienen detrás no tendrán conocimientos suficientes con esta última reforma educativa socialista para entender que están atrapados en una autonomía sin futuro. Porque la insostenibilidad comienza por las pensiones, pero no acaba en ellas en el gasto público.

Política para adultos también es pronunciarse sobre los problemas relacionados con la inmigración sin esperar el aplauso de un periodista que desconoce la realidad, sino la solución para quien vive en ella y sufre sus consecuencias. No hacerlo es profundamente malvado y clasista.

Lo peor es que mientras unos se apropian de expresiones como política para adultos para ignorar la realidad y así mantener el sistema que aboca a su implosión, existe una apatía por quienes vamos a sufrirla.

Una generación atrapada y agitada en la saturación de un scrolling infinito que deja un vacío y una mente demasiado aturdida y cansada como para reaccionar en el mundo real ante la propia vida que se escapa mientras se intenta huir de ella en esa pantalla.

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