El Gobierno suma y sigue con sus mentiras en el drama de los miles de inmigrantes ilegales en Canarias. Tras mantener durante semanas que la legislación de la Unión Europea impedía el traslado de los inmigrantes de las islas a la Península, Bruselas tuvo que recordar que era falso. Ahora, un vídeo de un vuelo llegando a Granada cargado de inmigrantes demuestra que la ley se está violando con total impunidad por parte de un Ejecutivo que abandona a su suerte a los inmigrantes en plena pandemia mientras desde los distintos departamentos se quitan el muerto y miran para otro lado.
Vozpópuli adelantaba este martes que un vídeo de un avión de Vueling de Tenerife repleto de inmigrantes aterrizaba este domingo en Granada para sorpresa de la Junta de Andalucía y del propio alcalde de la ciudad, Luis Salvador. Los inmigrantes, una vez llegados a la capital andaluza, se buscan la vida y nadie, ni de la Policía, ni de la Junta ni del Gobierno, saben cómo continuarán su viaje. Ni si dormirán al raso o se subirán a los bajos de un camión para intentar llegar a otra parte de España o atravesar los Pirineos rumbo a Francia, Italia o Alemania para intentar alcanzar su sueño.
El Ministerio del Interior mira para otro lado y asegura que solo mueve a la península a las personas con estatuto de refugiado (solo un 10% de los 17.000 inmigrantes que han llegado solo este año a Canarias) y a los menores no acompañados, a los que busca sitio en los centros de los MENA. Ninguno de los que llegaron el domingo cumplen ese requisito. El de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones de Escrivá dice lo mismo: ellos no han fletado ningún avión.
¿Cómo es posible que puedan tomar un avión en Canarias, pagarse su billete (87 euros, según Internet) y aterrizar en Granada que está cerrada como el resto de Andalucía en plena pandemia?"
La subdelegación del Gobierno en Granada va más allá: los inmigrantes que salieron el domingo lo hicieron “por su cuenta”. Son personas libres –tras pasar 72 horas en Canarias- y tienen “libertad para circular”. ¿Cómo es posible que puedan tomar un avión en Canarias, pagarse su billete (87 euros, según Internet) y aterrizar en Granada que está cerrada como el resto de Andalucía en plena pandemia? El Gobierno vuelve a mentir y, lo que es peor, nos toma por tontos: para poder volar a la península, necesitan un documento expedido por la Unidad de Extranjería de la Policía Nacional en Canarias.
El alcalde de Granada, tras enterarse de que habían llegado al aeropuerto de su capital decenas de inmigrantes cuando, en teoría, la ciudad está cerrada tanto para salir como para entrar por la pandemia, se reunió en la tarde de este miércoles con la subdelegada del Gobierno, que le insistió en “la libertad para circular de los migrantes pese al cierre perimetral de Granada y al toque de queda”. Una libertad que, en teoría, no tiene el común de los mortales.
PCR negativa
También le ha garantizado la política al alcalde que todos han llegado con la PCR negativa en las últimas 72 horas. El primer edil granadino, que no sale de su asombro, insiste: si la llegada de inmigrantes se ha hecho con dinero de ellos mismos, sería un viaje con irregularidades –no se puede entrar ni salir de Granada– y, si se trata de refugiados, el Gobierno debe ofrecerles empleo y un lugar donde dormir. Nada de eso se ha cumplido.
El Gobierno ya mintió cuando esgrimía las leyes europeas para mantener a miles de inmigrantes en Canarias, sin posibilidad de ser trasladados a centros más desahogados de la península. Bruselas –como ya hizo con el IVA de las mascarillas o la reforma del Poder Judicial- tuvo que recordarle al ministro de Interior Fernando Grande-Marlaska que “no hay ninguna legislación específica de la UE que regule las transferencias de solicitantes de asilo u otros migrantes dentro de un Estado miembro”. Horas después, comenzaban los vuelos a la península y el muelle de Arguineguín quedaba completamente despejado.
¿Quién hará su seguimiento entre municipios y comunidades igualmente cerradas? ¿Cumplirán el toque de queda cuando su única idea es cruzar la frontera lo antes posible? La Policía, de momento, asegura que no tiene idea de dónde están"
La historia se repite ahora. Según el Gobierno, los inmigrantes llenaron el vuelo del domingo de Vueling de Tenerife a Granada “con recursos propios”. De su propio bolsillo. Ahora, estarán rumbo a Cataluña, a Marsella o a Berlín buscando huir de la miseria de sus países de origen. En este triste cuento de Navidad, ellos son los menos culpables.
¿Cómo han podido llegar a una ciudad cerrada por la pandemia? ¿Quién hará su seguimiento entre municipios y comunidades igualmente cerradas? ¿Cumplirán el toque de queda cuando su única idea es cruzar la frontera lo antes posible? La Policía, de momento, asegura que no tiene idea de dónde están. El alcalde de Granada y el delegado de la Junta, tampoco. Demasiadas mentiras en tan poco tiempo y en plena pandemia.
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