Opinión

Así afecta en los mercados la segura victoria de Trump

Más que en los mercados financieros, las consecuencias de la más que probable victoria del candidato republicano se deberían notar en la geopolítica

Trump con el puño en alto tras oírse los disparos en un mitin de Pensilvania
Trump con el puño en alto tras escucharse los disparos en un mitin de Pensilvania

Tras el papelón de Joe Biden en el debate y el intento de asesinato de Trump, las encuestas no dudan de la victoria segura del candidato republicano aunque aún falten cuatro meses para las elecciones. Esta 'seguridad' en el resultado (las dos victorias de Obama se daban por hechas) ya hay quien afirma que está teniendo consecuencias en los mercados financieros. Por un lado, las criptomonedas han rebotado con fuerza. Por otro, el oro marcó máximos históricos y las empresas relacionadas con el sector de los semiconductores han sufrido un fuerte varapalo bursátil, lo que se ha traducido en una gran rotación que ha llevado a pérdidas semanales en el Nasdaq y nuevos máximos históricos del más “tradicional” Dow Jones.

Que las criptos reboten tras una fuerte caída con cualquier excusa no debe ser noticia. Si bien es cierto que Trump, aparentemente, es un mayor aliado que Biden para ellas, no creo que sea un factor determinante. Que el oro suba tras un atentado a un líder político mundial tampoco es raro, y dada su fuerte tendencia alcista, no resulta demasiado relevante. Sin embargo, los cambios en la composición de las carteras de los grandes ahorradores mundiales sí lo son aunque no creo que sean achacables directamente a esta seguridad en una victoria del candidato republicano.

Medidas comerciales más severas

Trump ha cuestionado la necesidad de defender a Taiwan, el mayor fabricante de chips ("Taiwán nos quitó nuestro negocio de chips", “Son inmensamente ricos", "No creo que seamos diferentes de una póliza de seguro. ¿Por qué estamos haciendo esto?") y eso es inquietante. Pero Biden, según filtraciones publicadas por Bloomberg, estaría considerando implementar las restricciones comerciales más severas disponibles para evitar que empresas no estadounidenses como Tokyo Electron (que sumando las sesiones de miércoles y jueves se desplomó más de un 15% en la bolsa japonesa) o ASML Holding (que sólo el miércoles cayó más del 10% en el mercado holandés) brinden a China acceso a tecnología avanzada de semiconductores, es decir, que no puedan dar servicio ni reparar equipos que tengan en China, como ya les pasa a los fabricantes estadounidenses. Esta fuerte reacción vendedora en un determinado sector no es achacable sólo a Trump y, dado que son compañías que llevan una inmensa revalorización los últimos meses, tampoco es extraño que corrijan con violencia de forma puntual cuando hay circunstancias adversas.

La caída del rendimiento de los bonos

Me extraña más que ese dinero esté rotando hacia otros valores a los que veo poco recorrido como por ejemplo los bancarios. De hecho, la última encuesta a gestores que realiza mensualmente el Bank of America, la de junio recién publicada, asegura que se ha reducido al 30%, respecto al 56% de mayo, el número de gestores que pronostica un mejor desempeño de los bancos en el futuro. Es lógico, dada la caída de los rendimientos de los bonos y la ampliación de los diferenciales de crédito, todo ello en un contexto marcado por el ciclo de bajadas de los tipos de interés por parte de los bancos centrales.

Esta es la razón de que se entienda mejor que vendan acciones de Nvidia tras un rally de más del 150% en 2024 que el que apuesten por valores del sector financiero cuando el mercado descuenta al 100% la bajada de tipos de la Fed en septiembre y la segunda bajada de BCE.

¿Se están retirando inversiones de la bolsa europea, que podría salir perdiendo por las disputas comerciales que se temen, por ejemplo, sin que lo sepamos?

Trump ha declarado que mantendrá en su puesto a Powell (en su día nombrado por él) hasta que concluya su mandato en 2026 pero curiosamente ha pedido que no bajen los tipos antes de las elecciones de noviembre (algo que todo apunta sí pasará) “para no favorecer a Biden”. En cualquier caso, garantiza estabilidad en el banco central lo que suele gustar a los inversores. Así que, en general, no hay aún grandes cambios económicos ni en los mercados financieros a causa del aumento de posibilidades de una victoria de Trump, lo que no implica que no las vaya a haber, o que ya estén ocurriendo pero no sepamos identificarlas (¿se están retirando inversiones de la bolsa europea, que podría salir perdiendo por las disputas comerciales que se temen, por ejemplo, sin que lo sepamos?) porque aún no se notan. Parece cierto que un Trump presidente puede impulsar la inflación tanto en su país, si deroga subidas de impuestos de Biden, y en el mundo si aumenta aranceles, ya que eso se traduce en subidas de precios pero, ¿invertir ahora en base a alguien que llegará en enero a la Casa Blanca y cuyas primeras medidas se empezarán a notar como muy pronto dentro de 8 meses o más?

Más que en los mercados financieros, las consecuencias de la más que probable victoria de Trump se deberían notar en la geopolítica e irse preparando, especialmente desde Europa. Como ya comentamos en abril, hay que decidir qué hará Europa ante una Rusia empeñada en conquistar toda Ucrania y llevar sus fronteras hasta Polonia, si Estados Unidos deja de apoyar económicamente al gobierno de Zelensky. También deben prepararse en la OTAN para ver reducidas las aportaciones de su principal financiador y, en general, muchos países deben preocuparse por el impacto de los previsibles aranceles y medidas proteccionistas que pueden perjudicar su comercio con los EE.UU. Ahora es más tiempo de politólogos (a pesar de su apariencia saludable, Trump tiene 78 años por lo que en estos meses seguro que se analiza la figura de su vicepresidente) que de pensar en invertir -a día de hoy- pensando en el próximo inquilino de la Casa Blanca que tomará posesión el 20 de enero de 2025.

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