Un señor a punto del derrumbe por unos asuntillos de su señora esposa que ni él ni ella pueden explicar, ha tenido cinco días, cinco, en vilo a este país, que hoy más que nunca necesita en la Moncloa a alguien más serio, y sobre todo emocionalmente más estable. Sánchez es un político nacido para la bronca que huye del acuerdo porque esa es su vocación. Alguien como él, con una incapacidad manifiesta para tender puentes y una habilidad inusitada para construir muros, no es ni puede ser el presidente de todos los españoles.
El mismo presidente que ayer nos anunciaba que se quedaba para limpiar y regenerar la política es el que hace unos meses prometió construir un muro contra la derecha retrógrada. Con semejante perito es imposible gobernar para todos. Hay media España a un lado, la otra media al otro. Felicidades, presidente.
¿Una gran movilización?
Su problema ya no es sólo su capacidad divisiva y destructora de todo aquello que tiene que ver con la trasparencia y la verdad, es su manera de percibir la realidad. Eran las once y veinte de ayer. Salía de hacer unas compras. Me había olvidado por completo que el puesto de presidente del Gobierno estaba en el aire. Mejor para mí. En el coche encendí el móvil, mire mis periódicos favoritos, que no son precisamente los de Sánchez, y leo que ha decidido quedarse porque “ha influido en su decisión la movilización social” de este finde semana. Reaccioné con una sonrisa que poco a poco se transformó en una carcajada. Mejor así, pensé.
A ver, las cuentas: En Madrid, el PSOE consiguió un millón de votos, el sábado había en Ferraz 12.000 almas llegadas de toda España. La mayoría social le deben parecer los 12.000 cafeteros del sábado y no los millones de españoles que no le han votado o lo han hecho, y con la cabeza gacha guardan silencio ante el espectáculo de semejante charlotada.
El 'puto amo' se queda
Nos queda después de estos insólitos cinco días un partido en manos de dirigentes llorones que han hablado a militantes no contaminados con la verdad; plañideras lastimeras tras la pancarta con más fe en el megáfono que en el líder que anuncia que no podía con la carga. Eso es lo que hemos visto este fin de semana cuando tuvo la ocurrencia el jefe, el único, el designado, el elegido, él puto amo de amagar con irse.
Asiduo como soy al Bernabéu, cada vez que escucho la expresión “puto amo” es porque alguien habla de Jude Bellingham. Fuera del abono madridista, el sintagma el "puto amo” hace que me pregunte qué está pasando en la cabeza de quien convencido lo verbaliza. Debe ser algo más que pleitesía o sumisión; algo más que servilismo o devoción, ejercicio muy humano, pero tan lejos de los espíritus libres y críticos.
Es el puto amo, aseguraba este finde de semana el ministro Óscar Puente. Un poco más, y Puente le pone un altar con incensario las 24 horas del día. Sí, ministro, lo que algunos vemos es que en su partido no hay un líder, hay un dueño, un amo, y donde hay dueños y amos hay siervos y lacayos. Los ciudadanos no tienen amos, los súbditos, sí.
Regeneración y limpieza
La carta de Sánchez se reduce a tres palabras: la democracia soy yo. Pero él no es la democracia. Millones de españoles que no le votan, y miles de votantes que lo han hecho, creen sin embargo que ha intentado lastimar seriamente los cimientos de la democracia. Pero, cómo quien no ha ganado nunca las elecciones -y sí, que es legítimo presidente gracias a lo que todos sabemos-; cómo quien ha pactado con un partido que lleva en sus listas a condenados de Eta; que ha indultado a malversadores y golpistas; que ha comprado los siete votos de un prófugo para ser presidente y que representa a la derecha supremacista catalana viene ahora con que se queda para regenerar la democracia.
Sí, necesitamos un presidente que no nos mienta, o que nos mienta menos, y de paso que no nos haga reír.
Seguirán las noticias sobre Begoña Gómez
Ignora Sánchez que una noticia es algo que alguien en algún lugar quiere esconder, y el resto es publicidad, propaganda. Y eso es lo que han hecho los medios, y lo que hará la Justicia -si lo hace-, investigando eso que en la boca de periodistas que no lo parecen, son unos simples recortes de prensa. En esos recortes se suelen escribir verdades como puños. Claro, queridos compañeros, recortes de prensa empezaron siendo el caso Roldán, el de Juan Guerra, los ERE, el caso Filesa, Gürtel y el terrorismo de Estado. ¿Seguimos? ¿De donde salen estos periodistas que confunden el recorte de prensa con el rollo de papel higiénico? ¿Hasta ahí llegan los efectos del lavado?
Cuando el presidente acusa a los medios de comunicación de propagar noticias falsas sobre las actividades de su esposa y nadie, ni siquiera ella, lo puede desmentir, estamos ante una noticia con todas sus letras. Lo son, aquí y en Italia o Estados Unidos. Y lo seguirán siendo, por suerte para la salud de la democracia.
La última chacota
Es una broma eso de que se dispone a limpiar y a regenerar la democracia. Lo dice el mismo que ha anunciado el fin de la broma en una comparecencia en la que no ha admitido preguntas. No hay democracia sin preguntas, que alguien se lo recuerde una vez más.
Y porque la democracia no está en peligro, esta noche me pondré la vieja camiseta de Zidane y frente a la televisión volveré a gritar hala Madrid, y esperaré ilusionado el trabajo silencioso del puto amo del Bernabéu.
Sí, atribulados compatriotas socialistas, la vida sigue. La democracia también, aunque lo que se queda en la Moncloa sea sólo alguien que ligeramente se parece a lo que un día soñó y hoy se debate entre la pena y el ridículo. Limpiar, regenerar, dice. Nunca pensé que alguna vez estaría de acuerdo con Pere Aragonés, pero este es el día: 'Ha sido un acto irresponsable'.
En el trámite del nombramiento de presidente, y aunque parezca mentira, lo más fácil es su designación, incluso aunque haya que sumar votos de decentes socialistas con fuerzas indeseables. Lo más difícil es parecerlo. Lo que Sánchez nos ha demostrado con su carta y posterior epifanía es que no está en condiciones de ser presidente. Al menos, y después de construir el muro para dividir el país, no lo está para la mitad de los españoles, esa que no busca a un puto amo para que le gobierne. Cuando se vaya, porque algún día se irá, bastará con que le suceda un demócrata convencido de que quiere gobernar para todos.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación