Los idealistas son la especie más peligrosa de la naturaleza, pues con el viento a favor adoptan el discurso propio de los seres de luz, pero cuando vienen mal dadas son depredadores sin excesivos escrúpulos. Los populistas de Podemos han seguido el mismo guion: aparecieron de entre las cenizas de la crisis económica con mensajes de paz y de esperanza; pero, al asomarse a los abismos de la decadencia, primero, y de la irrelevancia, después, ha mostrado su lado más oscuro, que mezcla clientelismo, soberbia y paranoia.
Trascendió el pasado lunes que Irene Montero había reclutado como asesores del Ministerio de Igualdad a Celia Mayer, Carlos Sánchez Mato e Isa Serra. A los dos últimos les avalan resultados extraordinarios como cabezas de lista en diferentes comicios: en 2019, Sánchez Mato logró el 2,6% de los votos en las municipales madrileñas; mientras que Serra, aglutinó el 5,6% en las autonómicas de ese mismo año. Mayer pasó por el Consistorio capitalino sin generar problemas ni sobresaltos: como concejala de Cultura alumbró la cabalgata estrambótica y permitió los titiriteros activistas. Un tiempo después, la auditoría externa sobre Madrid Destino terminó en los tribunales.
Son tres 'cadáveres políticos' que amontonan fracasos estrepitosos en sus currículum, pero que, por demostrar lealtad en el pasado, han obtenido un sueldo y un sillón cómodo en el último fortín que le queda a Podemos, que es el Departamento de Igualdad, cuyo gasto en personal se duplicará en 2022 (de 3,5 a más de siete millones). El de asesores, en concreto, aumentará desde los 385.980 hasta los 503.340 euros.
El partido que se marcó el objetivo de mejorar la vida de todos los españoles, redistribuir la riqueza de una forma más eficiente y terminar con la casta política y empresarial derivada del 'régimen del 78' reparte hoy sueldos ministeriales entre quienes se prestaron a ser carne de cañón en las batallas más incómodas de Pablo Iglesias. Lo hace, además, ante la complacencia de los Évoles, que sólo hablan de nepotismo y de 'pobreza energética' cuando la izquierda está en la oposición, pero que, no lo dude usted (no se atreva), son los periodistas más objetivos de la nación.
De aspirar al cielo a organizar seminarios
Sea como sea, de los tres nuevos fichajes de Igualdad se extrae una gran lección, y es que Podemos ha dado por perdidas las batallas más importantes -las económicas- y ahora trata de engordar a los 'veteranos de guerra' y salvar algunas naves ante la previsible llegada de la irrelevancia. No es casualidad que en un momento en el que la luz ha subido el 44% (en un año), la gasolina, el 22% y el gasóleo, el 23%, los soldados más leales de Podemos se atrincheren en departamento de Irene Montero, que es el que más dinero recibirá, con diferencia, de todas las áreas ministeriales controladas por el partido. En otras palabras: es el mejor refugio en tiempos de tormenta.
Los fichajes de Sánchez Mato -qué fácil es apelar a la dignidad en las redes sociales- y compañía no serán los únicos dispendios de este ministerio durante los próximos meses. Un mero vistazo a los Presupuestos Generales del Estado sirve para comprobar que en 2022 habrá partidas destinadas a estudios sobre 'violencias' y diversidad; o a la asistencia a seminarios nacionales e internacionales sobre los afrodescendientes o los derechos LGTBI. Defender las conclusiones que se extraen de ese tipo de encuentros es sencillo, pues las 'causas justas' suelen ser recibidas con agrado por los biempensantes, que son legión y que nunca son plenamente conscientes de lo bien que filtra el mal a través de su carne.
Ahora bien, alimentar estos caladeros de votos de los lobbies progresistas sale caro, evidentemente. Sin ir más lejos, el Gobierno de Pedro Sánchez entregó a principios de año 5.036.000 euros a la Congregación de Igualdad para realizar una campaña con el siguiente objetivo: “combatir los estereotipos y roles de género que vinculan la realización de las tareas domésticas y de cuidados con las mujeres”, así como a alcanzar “una conciliación efectiva de la vida personal, laboral y familiar completa”.
El de Ione Belarra tuvo una partida presupuestaria de 400.000 euros para promocionar el “buen trato entre los miembros de la unidad familiar y el necesario fomento de la implicación del padre en las responsabilidades familiares”. Así figura en el Plan Anual de Publicidad Institucional, donde es posible apreciar la cantidad de dinero público que se malgasta en estupideces.
En Igualdad tendrán un plan que resulta de extrema necesidad en estos tiempos: costará 32 millones de euros y servirá para “combatir la masculinización del mundo rural”. Por si no quedara claro en una primera lectura: 32 millones de euros.
Mientras aumenta el déficit y se difunde la burricie a través de varias plataformas, Alberto Garzón anunciaba su intención de promover la 'autorregulación' de los anunciantes para evitar estereotipos machistas. Lo hacía sin tener en cuenta que este sector tiene un código de 'autocontrol' desde hace bastantes años. Pero en fin, no se puede saber de todo en esta vida. Esto sale caro, pues se paga con dinero público, pero que nada ni nadie se interponga en sus sueños, ministro.
En tiempos de desolación, es mejor no hacer mudanzas. Sería deseable que, en la siguiente crisis, subieran mucho más las ventas de pintalabios rojo -como detectó por primera vez Estée Lauder- que los votos de estos buscavidas. No ocurrirá así, pues los mesías y los salvapatrias siempre encuentran la forma de convencer, medrar y fastidiarnos.
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