Todos sabíamos que el encargo recibido por el Comité de expertos para la reforma fiscal era proporcionar a Pedro Sánchez la cobertura supuestamente técnica para aumentarnos de modo estratosférico la elevada carga fiscal que ya sufrimos. Pero, confirmando la tesis de la profecía autocumplida, la lectura de lo suscrito por los expertos de la ministra Montero supera cualquier expectativa. Con el texto en sus manos, el Gobierno justificará el mayor hachazo fiscal que imaginarse pueda. Eso sí, pasadas las elecciones de 2023, no vaya a ser que la sociedad española se rebele antes.
El informe rezuma fiscofilia, ese mal endémico que padece la izquierda española, circunstancia que queda corroborada con las declaraciones realizadas el sábado por el presidente del comité de expertos a un diario, nacional en las que manifiesta: “Es lamentable decir que el dinero está mejor en el bolsillo de los ciudadanos”. Mutantis mutandis …, debe pensar que donde mejor está es en el monedero del Estado. Esta receta, aplicada sin límites, ya se ha experimentado en Cuba o en la Unión Soviética, con el consabido fracaso del socialismo que ha certificado la Historia.
Conocíamos el color cuasi monográfico de la composición del comité. Ahora hemos sabido por uno de los miembros que dimitió (Ignacio Zubiri) las carencias de su método de trabajo. Se las ha expuesto a Mercedes Serraller en la magnífica entrevista publicada el sábado en Vozpópuli. Entre otras, una mayoría de miembros dependientes del Ministerio de Hacienda, restricciones al debate y a la discusión, argumentación sesgada, obsesión por el Impuesto sobre el Patrimonio; y todo ello “para respaldar las medidas ya propuestas por el Gobierno”. Trabajando con estos bueyes, así serán las futuras leyes. Y si no, ¡Ojo a las recomendaciones y propuestas!
Recomiendan los expertos que se reduzcan los incentivos y bonificaciones fiscales en el IRPF, lo que augura un endurecimiento del impuesto. Como idea de su intensidad, debe considerarse que su recomendación es aumentar el límite conjunto de su cuota y la del Impuesto sobre el Patrimonio sobre los ingresos de cualquier individuo para que pase del actual 60% -que ya está bien- al 70%.
Proponen también que se reduzcan las exenciones, bonificaciones, reducciones y deducciones en el IVA, y además subir al 21% el tipo impositivo a varios de los productos que hoy son gravados al 4% o al 10%. Es decir, que también nos subirán la factura fiscal que pagamos al consumir.
Basándose en el paraguas de la fiscalidad medioambiental y en el eufemismo denominado “nuevo modelo de movilidad·, lo que supone encarecer aún más la compra de un vehículo, su repostaje
Sugieren asimismo la reducción en el Impuesto sobre Sociedades de las partidas que minoran el importe pagado al Fisco por los beneficios empresariales, una creciente obsesión de los fiscofílicos españoles, empeñados como están en dificultar la supervivencia de las entidades que crean puestos de trabajo.
Aconsejan a su vez que los Impuestos Especiales alcancen niveles de detracción inimaginables, basándose en el paraguas de la fiscalidad medioambiental y en el eufemismo denominado “nuevo modelo de movilidad"·, lo que supone encarecer aún más la compra de un vehículo, su repostaje, su utilización tanto en las vías interurbanas como en las urbanas (ojo con las referencias a la congestión). Como vemos, los expertos anticipan el hachazo fiscal que proyecta asestarnos el Gobierno de Pedro Sánchez en los cuatro grandes impuestos estatales. Pero, como vamos a ver, no acaba aquí lo que nos anticipan el informe iluminado por María Jesús Montero.
Exhortan también los expertos a que se reduzca la autonomía financiera de las Comunidades Autónomas, impidiendo que puedan evitan a sus residentes el pago del vetusto y arcaico Impuesto sobre el Patrimonio, tributo que no pagan los residentes en ningún otro país de la Unión Europea. Orientan asimismo al Gobierno a que prohíba aliviar para familiares próximos la carga fiscal del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones (impuesto obsoleto en proceso de supresión en la Unión Europea, pues ya son minoría los países que lo exigen). Otra agresión al Estado autonómico.
Sobre estas dos últimas cuestiones, los expertos han hecho patente la obsesión anti-Ayuso de Pedro Sánchez. A éste le resulta insufrible que la gestión de la presidenta madrileña esté mostrando una realidad incontestable: Con menos impuestos, la economía va mejor. Y que, al demostrarlo, esté evidenciando la injusta e ineficiente voracidad fiscal del Gobierno de España y de los Gobiernos regionales que comparten su color político.
La prueba de la obsesión enfermiza del presidente del Gobierno se deduce de lo manifestado por Ignacio Zubiri, cuando expone lo desproporcionado del espacio destinado por los expertos a la imposición patrimonial -que es una nadería en términos de recaudación tributaria- frente al dedicado a la imposición sobre la renta y el consumo, IRPF e IVA, -que son las figuras con las que básicamente se sufraga el Gasto Público-.
¿No saben acaso los expertos que nuestra presión fiscal aumentó significativamente en 2020? ¿Desconocen también los expertos que en 2021 ha vuelto a aumentar y en mayor medida?
En todo caso, llama poderosamente la atención que, para recomendar, proponer, sugerir, aconsejar, exhortar y orientar las mordidas fiscales que nos va a asestar el Gobierno, los expertos se intenten cubrir con el dato de la presión fiscal existente en España en 2019 y su diferencia, por defecto, con la media de la Unión Europea. ¿No saben acaso los expertos que nuestra presión fiscal aumentó significativamente en 2020? ¿Desconocen también los expertos que en 2021 ha vuelto a aumentar y en mayor medida? ¿No se han preocupado los expertos de comprobar que con los dos incrementos reseñados ya se ha igualado con la existente en la Unión Europea? ¡Viva la experiencia!
Una cosa sí es positiva. Salvo que se me haya pasado, no he visto en el informe ningún apoyo a al estrambote propuesto por el estrambótico Ximo Puig, con el que pretendía crear un impuesto que gravase exclusivamente a los madrileños y cuyo hecho imponible consistiera en ¡residir en Madrid! Propuesta que, por cierto, fue bien recibida y apoyada por destacados miembros del Gobierno español, entre otros el peculiar José Luis Escrivá. Al no ser mencionada, parece que lo esotérico idea del presidente valenciano ha sido desechada por el Gobierno. Hasta sus correligionarios se han dado cuenta de la estulticia.
Y otra, también. Opinan los expertos que en nuestro ordenamiento jurídico falta seguridad jurídica para el contribuyente. Es evidente.
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