Opinión

Motos, Broncano, Latre y el pez globo

A los fans de la comida japonesa les sonará el nombre de Namamono, platos que contienen ingredientes crudos lo que, a juicio de este cronista, supone un retroceso cultural de miles de años. Pero aunque Faustino Cordón nos dejó su colosa

A los fans de la comida japonesa les sonará el nombre de Namamono, platos que contienen ingredientes crudos lo que, a juicio de este cronista, supone un retroceso cultural de miles de años. Pero aunque Faustino Cordón nos dejó su colosal “Cocinar hizo al hombre” no podemos menospreciar a quien, en lugar de zamparse un bacalao al pil pil, un glorioso espeto, un bogavante a la parrilla o unas gambas a la plancha prefiere ese invento del citado Namamono denominado Sashimi. O sea, comer pescados crudos, virginalmente intactos de parrilla, lo que hubiera gustado a San Lorenzo. Entre ellos se encuentra el Fugu o pez globo, del cual cantan maravillas a la vez que el gori gori puesto que su hiel es altamente venenosa y, si no se abre y prepara correctamente, puedes acabar en el otro mundo.
Caso semejante es el de los que deben competir para ver quién queda dueño del pre prime time, hasta ahora en manos de Pablo Motos ante el que se han estrellado tantos y tontos. Como Motos no es amiguito de Sánchez, el líder del rojerío lavado con Perlán ha hecho del fichaje de Broncano para TVE una operación de estado. Vamos a ver si éste, que se jacta de no saber a quién entrevista y limita su gracia a decir cosas como “pachachos”, gastar bromas pesadas a sus invitados, preguntarles cuánto dinero tienen en el banco o las veces que han follado el último mes tiene audiencias millonarias, que no creo. Primero, el formato de Broncano es muy flojo de guión; segundo, los colaboradores tienen el mismo defecto que el guión; tercero, no vemos un formato de last prime time – pero muy, muy last - empotrado, con perdón, en una franja todavía de horario infantil.

Como Motos no es amiguito de Sánchez, el líder del rojerío lavado con Perlán ha hecho del fichaje de Broncano para TVE una operación de estado

De Latre, poco que decir. Controla, pero conducir un programa en el que el presentador es el hilo que cose la saca, ay, no. Latre podrá ser un magnífico colaborador capaz de llenar teatros y un imitador muy bueno, pero eso no es ser un showman. No es ser David Letterman, Jay Leno, Jimmy Kimmel o mi admirado Jimmy Fallon. En España pocos lo han conseguido y pienso en Pepe Navarro o en el maestro Pedro Ruiz. También, por descontado, en Xavier Sardá que en Crónicas Marcianas actuaba, para el que sabía ver más allá, como un direttore virtuoso manejando tiempos, colaboradores, guiones, incluso contratiempos. Latre no se ha cansado de repetir en sus promos – las veías hasta en la pantalla del microondas – que había fichado a su ex jefe Xavier Sardá. Al final pensabas “Coño, pues que se lo hubieran dado a Sardá”. Vean las entrevistas que le han hecho y comprobarán que, a poco que se descuidase el presentador, Sardá ya se había hecho con las riendas. Sabe llenar la pantalla. Siempre he dicho que Sardá tenía colaboradores porque le daba la gana. Nunca los necesitó. Se bastaba y se sobraba para hacer un buen producto. Porque sabía repentizar. Como cuando a Hermida, QEPD, le fallaron todos los invitados en directo, cogió una rosa y se tiró un cuarto de hora hablando de ella de manera magnífica, soberbia, magistral. Es gente de otro mundo. Para ser Sardá o Motos hay que estar hecho de cierta pasta poco común. El ja ja ji ji es fantástico y bien sabe Dios que nos hace falta una enorme carcajada. Bogart afirmaba que el mundo llevaba dos copas de retraso; nosotros añadimos que también lleva una buena carcajada de menos.
Veremos quién sabe preparar el pez globo sin que el veneno inunde la carne. Si me preguntan, yo diría que Motos puede dormir tranquilo. Ahora, si tuviese que competir con Xavier…

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