Opinión

Mutaciones monstruosas de la serpiente de verano

Nunca como este verano hemos contemplado cómo se está destruyendo la naturaleza de las tierras españolas entregadas a gentecilla sin escrúpulos

Este verano nos hemos quedado sin serpientes de verano. Debe ser el efecto de la las múltiples legislaciones que prohíben que la naturaleza sea natural. Ahora la naturaleza debe ser ecosostenible, es decir que alguien debe sacar tajada muy sostenible. El verano era el momento para que los periódicos hablaran de fenómenos poco corrientes de la naturaleza y de posibles monstruos como el del lago Ness. Era también una forma de reconocer que, sobre la naturaleza, a pesar de las dieciochescas ilusiones ilustradas, nos queda mucho por saber. Ahora, la aspiración a saber más sobre naturaleza también ha sido prohibida pues el dogma del cambio climático de la ONU es fe obligada y “vale ya”.

Recuerdo que en la redacción del Heraldo de Aragón tuvimos en el verano del 87 el alivio de poder hablar de un cuervo blanco que había aparecido en un cruce de caminos entre Mosqueruela y Puertomingalvo. La noticia la dio un corresponsal del Diario de Teruel y pronto fue objeto de atención del resto de los medios. Lo primero era lidiar con la incredulidad y preguntar a los expertos si tal fenómeno era posible. Luego estaba la cuestión de si había fotografías del pájaro y, a falta de ellas, testimonios de testigos. En fin, lo habitual. Y la noticia fue cierta. Hubo un córvido blanco que ahora está disecado en la oficina de turismo de Puertomingalvo.

El caso es que en esa zona de Teruel se mantiene una sabia leyenda en torno a los cuervos blancos que aparecen por allí de vez en cuando. Se cuenta que el Ayuntamiento de Mosqueruela quiso una vez talar muchos árboles para dejar menos sitio a las alimañas que atacaban al ganado. Eliminaron árboles y apareció un cuervo blanco en el campanario. Según la leyenda recogida y divulgada por Antón Castro, con el ave alba llegaron las desgracias: hubo pedrisco, pesadillas raras, cosechas perdidas, las ovejas no obedecían a los pastores. No se les ocurrió otra cosa que matar al pobre pájaro por ser blanco. Las desgracias no cesaron hasta que repoblaron la zona donde habían talado árboles.

Creo que nunca como en este verano se nos ha ofrecido en toda su crudeza la monstruosidad de lo humano abandonado a la codicia y la estupidez

Es la naturaleza humana la que este verano exhibe monstruosidades en demasiados sitios, a veces cual víboras de varios rostros, a veces como lagartos enormes con rostro esculpido en hormigón y lengua venenosa, a veces como escurridas lombrices que, por más basura que tragan, no engordan. Veamos una breve galería de monstruosidades humanas: Maduro amenazante, Macron satanista, Illa enterrador descarado, Úrsula sus negocios maduros, Pedro madurando rápido, Starmer disturbios con censura, Kamala calentando puchero grande, entre otros.

Creo que nunca como en este verano se nos ha ofrecido en toda su crudeza la monstruosidad de lo humano abandonado a la codicia y la estupidez. El próximo verano será aún peor. Nunca como este verano hemos contemplado cómo se está destruyendo la naturaleza de las tierras españolas entregadas a gentecilla sin escrúpulos. Lo único renovable son sus beneficios en contra de los intereses del común. Esos campos cada vez más grandes con placas fotovoltaicas generan un aumento espectacular de las temperaturas. A tal punto que en Israel las instalan junto al mar para que el aire ascienda rápido llevando vapor de agua y luego hacer que llueva. En los secarrales españoles esas placas son un crimen que deberá ser juzgado algún día. Además, requieren de ingentes cantidades agua para lavarlas. Las cosas que se hacen sin ninguna sindéresis generan bastantes perjuicios.

Les darán a los ayuntamientos algo de calderilla y habrán sentenciado a la provincia de Teruel a ser inhabitable incluso en verano que es cuando mucha gente acude a sus serranías

No son mejores los aerogeneradores que están acabando con muchas aves y con esos mamíferos, esenciales para mantener a raya a los mosquitos, que son los murciélagos. Si encima, para instalar aerogeneradores se talan bosques enteros como van a hacer en el Maestrazgo, el daño medioambiental, digan lo que digan las administraciones involucradas, va a ser colosal. Les darán a los ayuntamientos algo de calderilla y habrán sentenciado a la provincia de Teruel a ser inhabitable incluso en verano que es cuando mucha gente acude a sus serranías.

Pocas son las voces, aparte de las de Teruel Existe, que se lanzan contra este sacrificio absurdo pero las que lo hacen lo hacen desde el profundo dolor que genera el saberse víctimas de un monumental engaño. Forestalia, esa empresa y con ese nombre es precisamente la impulsora de la más salvaje deforestación que se va a realizar en el Maestrazgo. A ver si nos vamos dando cuenta de que toda la palabrería de los objetivos de desarrollo sostenible y de quienes anidan en ellos, cual buitres agarrados a unas víctimas de las que se extrae todo -territorio, impuestos, dignidad, futuro y naturaleza-, significan lo contrario de lo que enuncian. Queda por ver si prosperan algunos procedimientos iniciados que piden la paralización cautelar de tan salvaje desaguisado.

La monstruosidad humana de estos tiempos extiende sus múltiples formas de avasallamiento y destrucción. Es la peor mutación acaecida, por ahora, de lo que antaño eran pacíficas “serpientes de verano”.

¡Pobre cuervo blanco de Puertomingalvo y Mosqueruela! Ya no tendrá bosques donde criar y volar. Los brutos, productores de falacias, no quieren más cuervos blancos. Mas tampoco descartemos que la naturaleza, tarde o temprano, ponga a cada cual en su lugar.

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