Matan a otro profesor en Francia. ¡Alá es el más grande! Matan a tiros a dos suecos en Bruselas. ¡Alá es el más grande! ¡Gaseen a los judíos!, berrea una turba en Australia. ¡Alá es el más grande! Berrean los musulmanes emigrados a esos países (o nacidos en ellos: primero son musulmanes, no se olvide), acompañados por la horda de canallas e idiotas izquierdistas antisemitas europeos. Y. Lo que hay que leer. El poeta periodístico Antonio Lucas, airado, califica de ¡genocidio! la respuesta del ejército de Israel al ataque de Hamás. Gime Lucas, ya desmadejado (recordemos que los poetas tienen tendencia al pensamiento despatarrado) en brazos de los milicianos de Hamás. ¡Por San Castro, por San Guevara, qué hombres rudos, qué hirsutos!
Sé que la consigna de la tropa de letrillas culogordos rojos y rojillos españoles, y de los siniestros konsomoles y konsomulas de Podemos y Sumar, es separar a toda costa a los palestinos de los nazis palestinos de Hamás. Pero. Los nazis de Alá–Hamas, son palestinos. ¿O es que son chinos los de Hamás? ¿Congoleños? ¿Filipinos? No hay forma de separar eso. ¿Se han fijado ustedes en la jauría de adolescentes y preadolescentes que seguían eufóricos los coches y motocicletas donde los nazis de Hamás llevaban a los judíos secuestrados? Yo sí. No tienen edad para ser milicianos de Hamás, son simplemente jovenzuelos palestinos. Cuyos padres, es de presumir, votaron por los nazis de Hamas para que los representaran y gobernaran. Por mayoría absoluta. No hay forma de separarlos, como no hay forma de separar, por poner un ejemplo a mano, a los vascos votantes de Bildu, de los asesinos de ETA. Demasiada complicidad. Como expresa de la manera más clara un dicho cubano: “Tan culpable es que le amarra la pata a la vaca, como el que la mata”.
Así, el llamado pueblo de Gaza es tan odiador de judíos como los nazis de Hamás. ¿Qué creen ustedes que enseñan a los niños y jóvenes en las escuelas y mezquitas de Gaza?
No veo separación entre los palestinos votantes de Hamás (mayoría absoluta) y los nazis de Alá y Hamás. Esa es la verdad. Decir que los palestinos son inocentes víctimas de Hamás es falso, y es inmoral. No hay terror, dictadura ni barbarie sin la complicidad de los llamados “pueblos”. Así, el llamado pueblo de Gaza es tan odiador de judíos como los nazis de Hamás. ¿Qué creen ustedes que enseñan a los niños y jóvenes en las escuelas y mezquitas de Gaza? ¿Tolerancia? ¿Pacifismo? ¿Proporcionalidad?
Lo de la proporcionalidad es el último chiste de la purria española izquierdista, comunista, y cómplice a fin de cuentas, de los nazis de Hamás. En este caso, lo proporcional sería que los soldados de Israel entraran en las casas de Gaza y ametrallaran a hombres mujeres y niños y les cortaran la cabeza a golpes de azada (he visto el video) Que los soldados israelíes violaran a las mujeres que encontraran a su paso y a continuación las mataran. Eso no va a suceder, porque el ejército de Israel es un ejército profesional, es el ejército de una democracia. No una horda de nazis de Alá. No habrá proporcionalidad, por tanto.
Europa se suicidó cuando mató a sus judíos, dijo el gran George Steiner. Y tenía razón. Lo que nunca llegó a imaginar Steiner es que Europa volvería a suicidarse abriendo las puertas a centenales de miles, millones, de musulmanes antisemitas y a sus milicias nazis. Francia es hoy un país inhóspito para los judíos. La antes idílica Suecia ha sido convertida, por la inmigración, en un campo de batalla. Los suecos no reconocen ya su propio país. En Inglaterra, las escuelas judías recomiendan a sus alumnos dejar la kipá, y cualquier otra seña de identidad en casa. Y en Alemania, edificios donde habitan judíos han sido marcados, al más puro estilo nazi, con la estrella de David. Hoy los judíos, en Europa, vuelven a vivir atemorizados. Mientras, sus enemigos islamistas (islamista quiere decir musulmán, como se sabe) colonizan barrios enteros e imponen sus oscurantistas, siniestras costumbres. Se tiende a separar sibilinamente a musulmanes de islamistas. Pero. Son lo mismo. Vayan al diccionario.
El objetivo del Islam es islamizar el mundo. Acabar con los infieles. Todos los seres humanos que no aceptamos el Islam, somos infieles. En consecuencia, el objetivo del Islam es exterminarnos
Recuerdo una cena, recién llegado a España, hace más de veinte años, en la que surgió el tema del futuro. Cómo sería la Europa del futuro. Mis acompañantes, gente joven, burguesa, civilizada y optimista, auguraban un futuro promisorio para Europa. Por eso mi respuesta cayó como un misil en la amable reunión. Dije: en cincuenta años volverán los nazis, Europa será nazi otra vez. Eso sí, reconozco que al decirlo pensaba en nazis blancos, europeos, no en nazis musulmanes. Pero un nazi es un nazi. ¿No?
El Islam es incompatible con la civilización. ¿Hasta cuándo van a negarse los europeos a reconocer esa obviedad? El objetivo del Islam es islamizar el mundo. Acabar con los infieles. Todos los seres humanos que no aceptamos el Islam, somos infieles. En consecuencia, el objetivo del Islam es exterminarnos. Por infieles ¿Qué es lo que no está claro?
No hay que dejarse engañar por la propaganda de la izquierda antisemita española. Casi toda. Esta guerra es una guerra entre la civilización y la barbarie. Israel representa y defiende la civilización occidental (la única que existe), la libertad y la democracia, mientras que Hamás y sus aliados musulmanes son los nazis de Alá, los modernos emisarios de la milenaria barbarie religiosa de siempre.
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