Opinión

No politicemos la evolución del Ibex

A veces las emociones nos llevan a expresiones que no hemos meditado lo suficiente. Estos días, en los que el ambiente político está tan tenso, son muy proclives a que esto ocurra, especialmente en redes sociales. Entre los detractores de Sánche

A veces las emociones nos llevan a expresiones que no hemos meditado lo suficiente. Estos días, en los que el ambiente político está tan tenso, son muy proclives a que esto ocurra, especialmente en redes sociales. Entre los detractores de Sánchez se habla, por ejemplo, con extremo pesimismo de la economía española, incluso con deseo de que vaya mal para que los que aún lo apoyan abran al fin los ojos. Del otro lado, los hay que incluso establecen una relación entre el buen comportamiento entre la evolución del Ibex y la consumación de investidura del presidente socialista. Pero mientras que lo primero, aunque no lo comparto, tenga una base cierta (el PSOE sólo ha perdido el poder tras una muy mala situación económica, si exceptuamos 2004 en el que intervino el 11-M), lo segundo no tiene sentido ya que es absurdo politizar la evolución de nuestro índice bursátil.

Me gustaría que Sánchez y el PSOE dejaran de gobernar por la sencilla razón de que la inmensa mayoría del pueblo español diera la espalda a alguien sin palabra y a un partido con una ética tan deteriorada que le parece bien comprar los votos de alguien, luego de manosear la ley, para así retener el poder. No deseo una crisis económica para nuestro país, que bastante mal lo está pasando con la continuada pérdida de poder adquisitivo y las hipotecas que estamos asumiendo por culpa del aumento del volumen de la deuda pública. En cuanto a los que vinculan a la bolsa con el color ideológico del gobierno de turno, me parece que no conocen la historia ni cómo funcionan los índices bursátiles. Trump presumía que con él subía mucho Wall Street, llegó la pandemia y cayó a plomo, luego recuperó… y siguió subiendo con Biden, el año pasado bajó y este año sube… y casi todo se debe a unos pocos valores, casi todos tecnológicos, que ganan su dinero en todo el mundo y, mientras no varíe lo sustancial del sistema estadounidense, subirán y bajarán en bolsa gobiernen demócratas o republicanos. Y en cuanto a la bolsa española, la situación es muy similar.

El caso de Terra

Nuestro índice subió muchísimo a finales del siglo pasado: empezó cotizando el 14 de enero de 1992 con un valor inicial de 2.693,17 puntos y en marzo del 2000 casi toca los 13.000 puntos. Además pagando buenos dividendos que se descuentan del precio (con lo que en realidad su rentabilidad es mayor). Eso sí, ese Ibex se parece muy poco al actual. De hecho, en febrero del 2000, la desaparecida Terra había llegado a superar en capitalización bursátil a Repsol, BBVA y Santander; por eso, aunque se llame igual, es poco exacto comparar nuestro índice según pasan los años y cambian sus miembros. En cualquier caso, tras el pinchazo de la burbuja “.com” siguió bajando hasta cotizar por debajo de los 6.000 puntos en el verano de 2002 y ahí cambió de tendencia y llegó hasta los 16.000 de finales de 2007. Otra nueva crisis lo llevó a por debajo de 7.000 puntos en 2009, nivel que perdió de nuevo con los problemas de la deuda soberana en 2012 y en 2020 con la pandemia. El año pasado bajó, pero mucho menos que otros índices, y este año lo está haciendo tan bien que está cerca de los 10.000 puntos (máximos prepandemia) y, de hecho, está en máximos históricos si tenemos en cuenta dividendos como podemos ver en este gráfico de los últimos 5 años donde se puede apreciar la gran diferencia del Ibex nominal y el que incluye lo que abonan las cotizadas a sus accionistas:

¿Tiene algo que ver la política con que este año el Ibex suba? Evidentemente no, la bolsa española lleva muchos años comportándose mucho peor que la mayoría de índices bursátiles de las economías desarrolladas debido a su composición: ausencia de tecnológicas, que son las que más han subido desde hace más de una década y demasiado peso del sector bancario, que, hasta el cambio de política de tipos de interés del BCE, irritaban a sus accionistas por su mal comportamiento. Es precisamente esto último lo que ha llevado a que en 2022 y este 2023, la bolsa española esté destacando (en el actual en un porcentaje similar a la italiana, por cierto con un gobierno de otro signo) pero aun así, incluso teniendo en cuenta dividendos cobrados, el Ibex se comporta peor que los demás grandes índices, europeos y estadounidenses, tanto últimamente (otros alcanzaron niveles prepandemia hace más de dos y tres años) como en lo que llevamos de siglo. No descarto que la política económica de nuestros gobernantes (de uno y otro signo) pueda haber influido en esto pero si miramos los valores que tienen más de un 4% de peso en el Ibex podemos ver que en el corto plazo es absurdo pensarlo:

Si nos fijamos, en la mayoría los beneficios tienen muy poco que ver con quién gobierne en España. Hay que tener en cuenta que el Ibex sube tanto este año sobre todo porque BBVA lo hace en más de un 40%, número similar en Inditex, y Santander ronda el +30%. Eso no es la economía española, son tres multinacionales, y dos de ellas, sin hacer nada especial, han mejorado enormemente su rentabilidad bursátil gracias al BCE. Y si tenemos en cuenta que ha sido Sánchez el que ha hurtado ingresos a Iberdrola, Santander, BBVA y CaixaBank con un impuesto extraordinario, si queremos hacer una lectura política, tendría hasta más sentido pensar que con Feijóo el Ibex cotizaría más alto. Aunque creo que es un ejercicio fútil e innecesario ya que está más que demostrado que los resultados electorales, no es la primera vez que lo comentamos, no cambian tendencias, sólo influyen en el muy corto plazo, y sólo cuando suponen una sorpresa.

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación
Salir de ver en versión AMP