Opinión

#NosTomanPorImbéciles

Vamos a la cama que hay que descansar
Para que mañana podamos madrugar…”

España de los 70.

La familia Telerín anima musicalmente a los niños a empiltrarse.

En el estar, Pedrito le di

Vamos a la cama que hay que descansar
Para que mañana podamos madrugar…”

España de los 70.

La familia Telerín anima musicalmente a los niños a empiltrarse.

En el estar, Pedrito le dice a su hermano:

-Jolines, que dejes de tocar la flauta esa. ¡Eres un plasta!

Cabreado, le arranca la flauta de las manos y la tira a la otra esquina de la habitación.

El pequeño David, lejos de amedrentarse, coge el avión que estaba construyendo Pedrito con fichas Lego y lo empieza a destrozar.

-¡Mamáaaaaa! … arrrrggggg… ¡buaaaaahhhhhh!

Lo que comienza como una llamada de socorro de Pedrito a madre, deviene en berrido agudo.

La madre llega echando el bazo, temiendo encontrarse un par de dedos incrustados en enchufe y, tras percatarse de la situación y aliviar angustia interna, pone brazos en jarra y dice:

-¡Hala! A la cama los dos ya.

Ya en pijama y dentilimpios, los hermanos se introducen en sendas camitas, y rezan el Jesusitodemivida con la ahora denominada progenitora gestante, que los besa al terminar.

Y cuando ésta se dispone a apagar la luz, Pedrito dice:

-Mamá, espera. ¿Puedo leer?

La madre babea por las maneras que apunta la criatura, y le dice “claro”, ignorando al hermano que se queja: “yo con luz no puedo dormir”. Pedrito le mira con expresión de “te fastidias”, abre el cajón de la mesilla y saca un libro titulado Héroes de la historia, cuyo primer capítulo comienza así: “Había una vez un país que nadie quería reconocer…

De aquellas lecturas, estos bochornos.

Nos van a acabar colando aquí dos referéndums para reconocer sendas “naciones” o bien regiones de una España “multinivel”, que es como el Soe ha bautizado al injusto engendro territorial

Hete aquí que, en habiéndonos rozado esta semana la WWIII, Jisperson, reconocedor de estados a domicilio, ha estado de maniobras distractoras por el mundo, en plan pimpollesco comercial de Hamás. Y hete aquí también que, mientras él hace el memointernacional, nos van a acabar colando aquí dos referéndums para reconocer sendas “naciones” o bien regiones de una España “multinivel”, que es como el Soe ha bautizado al injusto engendro territorial al que lleva su buenismo interesado para con los independentistas. Que estas consultitas forman parte de los pactos de investidura, es cada día más obvio; ahí tenemos a Bildu apostando en su programa electoral por el “derecho a decidir” y “el reconocimiento como nación”; a ERC asegurando que, con el Soe, “ya estamos hablando del referéndum”, y a Conde Pumpido, según cuenta Libertad Digital, abriendo “una nueva vía de comunicación con el Ejecutivo” para explorar “la constitucionalidad de un referéndum de independencia pactado en Cataluña”. El mismo del cual decía Pili Redlips hace poco que iba “en contra de la política de unidad, de reencuentro y avance entre Cataluña y España”.

#NosTomanPorImbéciles.

Ahora que hablamos del estrés reconocedor que padece el goaverno, cabe traer aquí dos “estados virtuales” por él reconocidos, y que son producto de su querencia a permitir que ciertos personajes se pasen las leyes españolas por el arco del triunfo, y a pasarse él las sanciones internacionales por el mismo sitio.

El primer “estado” se llama Fugados Unidos de Cataluña, y es una república federal virtual, compuesta por microterritorios dispersos allende los Pirineos, que incluye:

  • La antigua zona residencial de Puigdemont en Waterloo, y la nueva en la localidad francesa de Vallespir, rozando nuestra frontera, para poner nerviosillo a Jisperson y escenificar el concepto de “amenaza de intensidad creciente”.
  • Los asentamientos suizos de independentistas huyendo de la justicia española disfrazados de exiliados políticos; ya son 8 de 12 los imputados por Tsunami poseídos por el canguelo; como ejemplo un tal Wagensberg, paradójicamente apodado “Konan” antes de dicha posesión.
  • Y por último, la futura ubicación de las actividades mitineras de Junts (en Argelès-sur-Mer, Francia) y ocasionalmente de ERC (en Ginebra), con el objetivo de que asistan los fugados y dar pena internacional.

Vendría a ser también esta amalgama de lugares, una República Catalana embrionaria y de laboratorio, desde la que Puigdemont exogobierna España gracias a 7 votos.

El segundo “estado” se llama Delcylandia. Es un miniestado sin ley, más pequeño que El Vaticano, localizado en la zona de la terminal jet-friendly del aeropuerto de Barajas. Recibe su nombre de Delcy-Eloína, (alias Cochinita Pibil y vicepresidenta venezolana), que tuvo a bien, allá por enero del 20, hacer alevosa y nocturna escala en nuestro país, a pesar de tenerlo expresamente prohibido. El mosqueante sucedido está ahora de plena actualidad por su presunta conexión con asuntillos begokóldikos.

El caso de las maletas desaparecidas

Convergen en este lugar siniestras energías telúricas que no sólo hacen que la peña participante confiese cosas tan inquietantes como que “de esa noche no quiero hablar ni muerto” (el recién referenciado Koldo al diario El Mundo); sino que también dan lugar a misteriosos fenómenos tipo Triángulo de las Bermudas, dado que para el Soe, las 12 maletas de contenido desconocido que ese día acompañaban a la Cindy Crawford del chavismo, han desaparecido de las reveladoras imágenes que ha venido publicando el mismo medio esta semana. “¿Dónde están las maletas en las fotos?", ha sido la penosa reacción verbal al verse interpelados.

Dichas fotos acreditan la presencia en Delcylandia de Ábalos, Koldo, agentes policiales varios, y algún individuo por identificar; y confirman que la Cochinita Pibil sí posó pinrel en suelo español; lo que vuelve a evidenciar que #NosTomanPorImbéciles, ya que la pisada fue inicialmente negada por Ábalos, y este martes fue Marlaska quien dijo que Delcy-Eloína “no pisó en ningún momento espacio chenjen”.

Hoy terminamos con una anécdota acontecida durante la comparecencia del testigo clave en relación con Delcylandia, en la Comisión del Reconocimiento de Estados, a la que también acuden Tuntasun y Yolandaperón, en defensa de la causa palestina, un señor que acampa en la isla de Perejil, y activistas del independentismo.

Norberto Melloso (pelo engominado y nariz aguileña), aparece en la sala acompañado de Ferdinando: halcón joven apoyado en guante y con caperuza. Norberto es halconero en Barajas; entrena rapaces para achantar palomas y demás fauna que pueda perturbar las maniobras en pista. Como el hombre gusta de innovar, andaba el día de autos ensayando vuelo nocturno en aves diurnas, de resultas de lo cual pudo observar la movida aeroportuaria.

Tras algunas frases estelares, (“el ministro llamó a la puerta del avión, en gesto de galante cortesía”… “la buena mujer se quedó en medio de la escalerilla, recortando silueta contra el fuselaje”…), el hombre pide hacer una pausa para descaperuzar al halcón y practicar habilidades sociales.

-Propongo considerar la petición -pide Tuntasun, que rezuma animalismo.

El presidente de la comisión accede.

Al segundo de ser liberado visualmente, Ferdinando comienza a agitarse; clavando garra en guante y aleteando con fuerza. Para evitar que el nerviosismo vaya a mayores y el ave despegue, Norberto osa pedirle a Yolandaperón:

-Disculpe, señora. ¿Podría usted hacerle caso?

Ella flipa, pero como tiende a la empatía, se motiva y suelta:

-Cucú… pajarito guapo… cucú –sonriéndole y moviendo la cabeza de un lado a otro.

Ferdinando, que hasta entonces no se había percatado de su presencia, fija la mirada ella, se queda como hipnotizado y comienza a emitir arrullos tortoleros.

-De pequeñito le ponía vídeos de ella dando las cifras del paro -aclara Norberto a los allí presentes, conmovido por el momentazo…

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