Opinión

Nueva política, ese espejismo

El razonamiento siempre es menos rentable que el insulto y la crispación y da menos audiencias, ya se sabe

Este viernes he presidido, en la Universidad Ramón Llull,  el tribunal de la tesis “Ciudadanos: del Parlament al Congreso. Evolución estratégica y comunicativa (2006-2019”.  Un estudio muy sugerente que analiza cómo los objetivos de Ciutadans y Ciudadanos (dos fenómenos que se concluye que son distintos) se trasladaron en estos años a la opinión pública a través de la comunicación. Adriana Mayo (la ya doctora) ha hecho un trabajo pionero porque, frente al interés que habían suscitado Unidas Podemos, algunos formaciones nacionalistas o el propio bipartidismo, hasta ahora, Ciutadans y Ciudadanos eran grandes olvidados para la academia.

Lo cierto es que resultan fenómenos únicos y dignos de análisis incluso (o especialmente) para quienes los hemos vivido desde dentro. Hay  muchas preguntas que requieren evidencias, no elucubraciones, como por ejemplo:

-¿Por qué y para qué surgen? Pero, sobre todo, ¿por qué, por quién y para qué caen?

-¿Cuánto de su retroceso (y su impulso) se debe a factores endógenos y cuánto a factores externos?

-¿Cómo influyó en su trayectoria que se empezara (o no) a ocupar puestos ejecutivos en instituciones?

-¿Qué papel ha tenido y tiene en el voto la disonancia entre retórica y práxis?

-Han sido sus errores y aciertos ¿de estructura?, ¿de estrategias?, ¿de liderazgos y personas? o, como excusan ahora sus actuales dirigentes, ¿“de comunicación”?

-¿Aparecieron Ciutadans y Ciudadanos como respuestas singulares a circunstancias y contextos únicos o son necesidades latentes de nuestro sistema político?

-¿Podrían repetirse hoy fenómenos semejantes?

-¿Serán capaces otras fuerzas de despertar en otro contexto la misma ilusión?

-¿Pueden morir algunas formaciones por la decepción con liderazgos, estrategias o cambios de programas?

-¿Qué ha ocurrido en la última década en la sociedad catalana en particular, y en la española en general, para que quienes se presentaron como la esperanza de cambio ni siquiera aparezcan ya en algunas encuestas?

Son cuestiones complejas a algunas de las cuales la tesis intenta aventurar alguna respuesta. Como espero que director y doctora publiquen resultados, yo no voy a hacer spoiler. Pero sí hablaré brevemente de la defensa para reivindicar el valor de la academia. Si no es habitual juzgar una investigación sobre algo en lo que has participado (y te has visto implicada), menos es hacerlo (siendo de Comunicación) con un politólogo (Juan Rodríguez Teruel) y un sociólogo (Alfons Medina Cambrón) que, en su  momento, vivieron también la política desde dentro en formaciones diversas (PSC, PSUC).

¿Imaginan esta macedonia ideológica y disciplinar debatiendo constructivamente sobre un objeto político tan controvertido en cualquier hemiciclo

Asombroso es además que el primer trabajo doctoral sobre la comunicación de Ciudadanos haya estado (y bien) dirigido por un filósofo, Ferran Sáez Mateu, que, al margen de erudito universitario, sea el predecesor de Quim Torra en la dirección del Centro de Estudios de Temas Contemporáneos de la Generalitat de Cataluña. Es decir, que parte de presupuestos ideológicos muy distintos (incluso, opuestos) a los de su doctoranda.  El colofón: también, sentado entre el público  y  con sonrisa afable,  estaba  Salvador Illa (profesor universitario del centro) y ahora cabeza en la oposición en el Parlament. 

¿Imaginan ustedes semejante bomba de relojería en un debate parlamentario? Y, voy más allá, ¿imaginan esta macedonia ideológica y disciplinar debatiendo constructivamente sobre un objeto político tan controvertido en cualquier hemiciclo o  tertulia de televisión en la actualidad? Yo no. Y es una pena. Porque escuchar las opiniones y lecturas de hechos de personas que ven las cosas desde un marco diferente es profundamente enriquecedor. La defensa de esta tesis ha sido, sin dudarlo, una de las más interesantes a las que he asistido. Confío que no sólo para mí: sino también para cuantos en ella participaron.  

Conseguir huir de cánones tradicionales que entienden el debate político como enfrentamiento de voluntades, no como el contraste de diagnósticos y de explicaciones, es muy difícil

He batallado siempre con uñas y dientes por la neutralidad ideológica de la Universidad. Y lo he hecho porque, bajo mi punto de vista, esta neutralidad es la garantía de libertad de expresión y la única vía para facilitar un debate de ideas genuino. Anteayer  me alegré mucho y me ratifiqué en ello. Ojalá hubiera ámbitos mediáticos que permitieran trasladar foros como este que comento a los ciudadanos.  Conseguir huir de cánones tradicionales que entienden el debate político como enfrentamiento de voluntades, no como el contraste de diagnósticos y de explicaciones, es muy difícil. El razonamiento es menos rentable que el insulto y la crispación y da menos audiencias, ya se sabe.

Vaticino que esta va a ser la primera de muchas investigaciones sobre auge y declive de la “nueva política” en España. Queda mucho por analizar y no solo con respecto a la acción de Ciudadanos (y Podemos) sino también respecto a la omisión del resto de fuerzas políticas.   

PS: Aproveché mi visita a Barcelona para comer con las que fueron mis amigas catalanas en el partido,  a las que no veía hace dos años. Mirando el móvil en el viaje de vuelta, me saltó la siguiente cita del poeta colombiano Víctor de la Oz. “Justo en ese momento en que estamos más sedientos /…/ aparecen espejismos/…/sus trajes son tan impecables que logran tocar nuestros corazones, pero en los momentos cumbres sucumben ante verdaderas necesidades”. Entonces, te das cuenta de que hay “cosas que pudieron (y pueden) ser engaños”.

Para pensar.    

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