La ambición, monstruo devorador, se ha tragado a Pablo y a Macarena. Los dos grandes oradores brillaban como líderes en sus escaños parlamentarios con un futuro prometedor. Los dos dejaron sus sillones en busca de funciones más altas en la autonomía madrileña y andaluza, y los dos se colocaron alas de papel para volar más alto y cayeron en picado.
El antiguo capo de Podemos, henchido como pavo real, dejó la vicepresidencia del gobierno de España para presentarse como candidato de izquierdas a la presidencia de la Comunidad de Madrid a la espera de una cálida acogida de los electores, pero la diestra Ayuso lo amansó con tres verónicas, le clavó un par de banderillas, acertó con el estoque y acabo con él. Ahora busca un hueco en la Universidad y se lo ha abierto su amigo Monedero. Ingresos no han de faltarle, que ya debe tener unos pingües ahorrillos de sus maniobras venezolanas e iraníes, además de otros dinerillos con cargo al presupuesto.
A veces citado como macho alfa –unos para ofender, otros para halagar– tuvo cierta habilidad mesiánica en sus discursos, peroratas que embrujaron a discípulos que acudían con las orejas calientes preparadas para encajar las consignas de exaltación de masas. Indignación, pose, demagogia y grandes eslóganes. Ahora sabemos que si sus palabras parecían fluir ordenadas, las de Olona sonaban elocuentes como dardos envenenados hacia la izquierda, con el mismo furor que las de Iglesias se expandían hacia la casta. Ambos tiraban dardos afilados como cuchillos que rasgaban el punto débil del grupo facha del Congreso unas, o del grupo progre las otras.
Mujer elegante en gestos y palabras, abogada del Estado, capaz de unir frases con estilo; pijoprogre por los halagos, locuaz y dicharachero, profesor sin pedigrí, diestro en entonación y hábil en el discurseo
Podemos y Vox contaban con obligadas referencias cada vez que Pablo o Macarena afilaban el bisturí. Mujer elegante en gestos y palabras, abogada del estado, capaz de unir frases con estilo, chico harapiento engrandecido por los halagos, locuaz y dicharachero, profesor sin pedigrí, diestro en entonación y hábil, eso sí, en la organización de sus discursos. Un distinguido orador al que se le gastaron las pilas y las ideas.
Y cayeron en el mismo error, el de la ambición. Si el ministro Illa había ganado las elecciones en Cataluña gracias a sus apariciones en la televisión española desde su cargo de Ministro de Sanidad, bien podía el profesorcillo embaucador de masas ganarlas en Madrid y elevarse como Illa al pódium. Y si los electores habían llevado a un desconocido de Vox a la vicepresidencia de Castilla-León, bien podía Macarena Olona, oradora líder de multitudes de derecha, convertirse en líder de electores en Andalucía.
Se equivocaron. Ha topado con sus tumbas embriagados de ambición. Apenas hace unos meses era militante de Vox, de donde nunca debió irse. Como no supo tener la boca cerrada y criticó la democracia interna, como si los partidos políticos pudieran funcionar con democracia y no con empujones, y se hizo eco de la crítica de algunos excargos de la formación, Abascal le cerró las puertas. Le queda volver a su antiguo oficio. Para la despedida ha llenado su agenda de actos públicos, entre ellos un ciclo de conferencias en universidades, recurso último de políticos en baja.
El primer interés de todo individuo, Macarena, es el propio, el cual tenemos la obligación de hacer coincidir con el ajeno. Ojalá no caiga en la tentación de esa gente que dice buscar la luz
Todavía guarda silencio sobre si fundará o no un partido para presentarse a las generales. No sé si alguien le ha podido decir que Messi, sin un equipo detrás, no sería Messi. Ni Olona con los modestos apoyos de Mario Conde puede ser Olona. Presentarse a las generales sería un error. No tiene vestuario. Correría la misma suerte que sus predecesores. Parece ser que ha dicho que quiere saber de qué manera puede seguir sirviendo a los españoles con mayor utilidad. El primer interés de todo individuo, Macarena, es el propio, el cual tenemos la obligación de hacer coincidir con el ajeno. Ojalá no caiga en la tentación de esa gente que dice buscar la luz, pero solo quiere darle brillo a su ego. El que se ha quedado por los suelos es el ego tocado y hundido de Iglesias pues no tiene más que un puestecillo de profesor de segunda.
Suelen los partidos políticos funcionar con sus líderes como el antiguo Barça de Messi, que avanza en bloque, que se entiende en los pases, que actúa con maña y eficiencia para romper la defensa y marcar gol. A Rosa Díaz no le funcionó su alternativa al PSOE porque no tenía banquillo. Albert Ribera jugaba como portero, defensa, medio campista y delantero. Con plantilla tan mediocre, sin jugadores que le pasaran balones, sin más figura que él, bajó de primera a tercera en la misma temporada.
El futuro de la ex de Vox, 43 años, es la abogacía del Estado, a cuyo cuerpo pertenece desde 2009 y que recuperará pronto. El de Pablo es el de un docente de categoría pequeñita que, perdido el pedigrí político, debe iniciar su peregrinaje laboral a los 44 años. No le va a dar para mucho porque su currículo no supera ni el primer escalón.
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