Marta Pascal ha dejado caer la bomba en una entrevista: podría estarse gestado un nuevo partido, al margen de PDeCAT y los desvaríos de Puigdemont. ¿Por qué ahora y no hace un año?
La política es un espectáculo que se ofrece al vulgo para tenerlo entretenido y ajeno a las cosas realmente importantes. Nada existe en ella que sea fruto de la casualidad. En las caídas y ascensiones de tal o cual partido, de tal o cual dirigente, nada existe que no sea alguna variable prevista por quienes nos pastorean. Conformar la opinión pública más sencillo que antes, cuando la gente apenas sabía leer y escribir. Entonces, al menos, existía el contacto con la realidad por parte del labriego, del obrero, del intelectual. Ahora, en una sociedad drogada por las redes sociales, ese mundo virtual que dicta las reglas al mundo real, la posibilidad de escape ha sido brutalmente reducida. Benjamín Disraeli dijo que “el mundo está gobernado por personajes muy distintos a los que se imaginan los que no están detrás del telón”. No era observación formulada por alguien ignorante. Lord Edward Bulwer Lytton, contemporáneo suyo, también creía firmemente que “Los gobiernos tienen que lidiar con poderes ocultos que pueden desbaratar todo cuanto planifiquen”.
No es conspiranoia o el sobadísimo complot judeo masónico; se trata de tener claro que existen unas élites de las que no sabemos nada
No es conspiranoia o el sobadísimo complot judeo masónico; se trata de tener claro que existen unas élites de las que no sabemos nada, que influyen poderosamente en la vida pública, ora aupando a este, ora precipitando su caída. De ahí el preguntar quién está diseñando el futuro en Cataluña. Desconocemos los resortes financieros que respaldaron el proceso o lo que pretendían poniendo al frente en momentos delicadísimos a Puigdemont o Torra. Por seguir con Marta Pascal, ¿con quien contaría esa nueva formación? ¿La familia Carulla estaría detrás, como lo estuvo con Pujol? Cuando hablamos de financiación no es un tema menor. Tener a favor a George Soros o no es abismalmente distinto. Pecunia non olet.
Tripartito
¿Quien ha decidido que Puigdemont y Torra están amortizados y es el momento de tripartitos con Esquerra y los socialistas? ¿Qui bono? Ningún analista se ocupa de estas cosas ni hablan acerca de la influencia en nuestros asuntos del Club Bohemio o del Skull and Bones, del Bildelberg o de ciertas discretísimas reuniones que se celebran dos veces al año en una masía próxima a Gerona y a las que llegan importantes personajes en helicóptero. Los medios comprados y los políticos avariciosos hacen de pantalla eficaz para sustraernos la auténtica verdad: decidimos bien poco.
Vemos a las marionetas y, algunos, incluso vemos los hilos. Pero es imposible vislumbrar siquiera la sombra de los titiriteros
Hace poco, el socialismo estaba a punto de desaparecer; a Podemos lo daban por muerto debido a su terrible crisis interna; hace nada, asociarse con pro etarras parecía un suicidio. Y, de la noche a la mañana, hete aquí a Sánchez subiendo como la espuma, pactando con los innombrables y con un Iglesias resucitado por una curiosa polémica, la de la policía política, que solo puede hacer que beneficiarle a él y perjudicar a la derecha.
Qué lástima. Vemos a las marionetas y, algunos, incluso vemos los hilos. Pero es imposible vislumbrar siquiera la sombra de los titiriteros. No sufra, señora Pascal, porque la rueda de la historia gira en favor de su nuevo partido. Y de Artur Mas, apúntenselo.
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