Opinión

Paisaje después de la tormenta bancaria

Parece claro que hay un cierto recorte de las favorables expectativas que para el sector financiero existían a principios de año

Acabamos de asistir en USA a las crisis de SVB y otras entidades bancarias y en Europa a la de Crédit Suisse (CS). Y no sabemos si esto va a acabar aquí, porque hay dudas con algunos bancos pequeños y medianos norteamericanos y este último viernes hemos visto de nuevo fuertes caídas en Deustche Bank y algunos bancos europeos. No espero que haya una crisis bancaria ni remotamente parecida a la de 2007 pero, desde luego, va a haber consecuencias en el panorama económico y financiero.

Política monetaria y crecimiento

La primera y más evidente es el impacto en las decisiones de política monetaria de los bancos centrales. Porque, en contra de lo que dijo la señora Lagarde, los objetivos de estabilidad monetaria y de estabilidad financiera no siempre son compatibles. Y apuesto a que tanto la Fed como el BCE pararán pronto las subidas de tipos. Quizás solo lleven a cabo otra. Además, el endurecimiento de las condiciones financieras por la crisis (menos crédito, mayores primas de riesgo) ya está haciendo parte del trabajo a los bancos centrales. Y puede impactar en el crecimiento potencial, especialmente en Europa, donde la economía se financia con bancos. También hay menos confianza. Como resultado, es probable que haya que revisar a la baja las previsiones de crecimiento para 2023 que, en Europa, habíamos elevado recientemente. Y también se hace bastante más probable una recesión en USA en la segunda mitad del año en curso.

Regulación bancaria

Se ha convertido ya en un clásico responder con mayor regulación a los episodios de crisis en el sector bancario. Y, lamentablemente, no creo que ésta vaya a ser una excepción. Sin embargo, me parece evidente que el principal fallo ha sido de supervisión bancaria, más que de regulación. Porque resulta inconcebible que se pueda “matchear” una cartera de bonos a medio y largo plazo con depósitos mayoristas a corto, sin que el supervisor y otros controles externos, como auditores, agencias de rating o incluso analistas financieros, pongan el grito en el cielo. O que CS llevase tanto tiempo sin que la autoridad bancaria hubiera puesto orden en sus cuentas y su entramado financiero, por ser un banco “too big”. Es probable que nos encontremos en el futuro con que se impongan nuevas ratios que el sector tenga que cumplir, mayor exigencia de capital, más pruebas de resistencia… Pero yo creo que, sin duda, haría falta mejorar la supervisión, como decíamos antes.

Remuneración de los depósitos

Como dice el presidente de la EBA, con la digitalización, los depósitos son ahora más sensibles a los tipos de interés y a la desconfianza. Así que, sobre todo en las entidades no tan grandes, la preocupación por la liquidez y por la base de depósitos ha aumentado. Por otra parte, los bancos europeos tienen que devolver mucha liquidez al BCE en junio. Pudiera ser que la remuneración de depósitos aumente y empezaran a incorporarse a la misma las grandes entidades. Paradójicamente, sería una consecuencia positiva para el ahorrador de esta crisis financiera. Por otra parte, en una coyuntura como esta, se manifiesta como clamorosa la ausencia del tercer pilar de la unión bancaria en la UE, el seguro de depósitos común, que hace desiguales los bancos europeos. Los germánicos no han querido, aunque a lo mejor cambian de opinión ahora… Hay quien incluso propone acelerar la implantación del euro digital (CBDC). Pero eso parece una utopía por el momento. Y, desde luego, el CBDC no podría ser remunerado.

Capital bancario

Lo que han hecho las autoridades suizas “limpiando” por completo los bonos contingentes convertibles (CoCos), antes de hacerlo con el capital de los accionistas, ha supuesto un aldabonazo. De manera que el mercado primario de CoCos, hoy por hoy, está cerrado. Y supondrá un claro aumento de coste cuando alguna entidad logre abrirlo. Además, éste viene siendo un factor enormemente definitorio de las economías de escala en banca. Porque el acceso a los mercados para emitir estos instrumentos, y sobre todo su coste, es muy diferente para las entidades medianas que para las grandes. Y casi prohibitivo para las pequeñas. La gestión de la base de capital se va a encarecer por el mayor coste de los propios CoCos y por la sustitución de estos recursos por capital de primera calidad con mayor precio. Adicionalmente, será más difícil aumentar la ratio de rentabilidad sobre fondos propios.

Precio en Bolsa

Las cotizaciones de BKT (desde hace tiempo) y recientemente de CBK y BBVA habían llegado a superar ya el valor contable. Pero han vuelto a bajar con fuerza, alejándose otra vez. ¿Volverán los precios bancarios a recuperar el terreno perdido? No será fácil. Porque esas valoraciones bancarias estaban poniendo en valor actual un nivel de tipos de interés para el futuro claramente superior al que cabe prever ahora. Ya que, como se ha dicho antes, por un lado, subirán menos y, por otro, quizás bajen antes. Por otra parte, el volumen de crédito amenaza con contraerse y la tasa de mora con aumentar. El resumen de todo ello puede ser una cierta reestimación a la baja de los beneficios bancarios esperados. Y un precio objetivo menos elevado que el anterior.

En definitiva, parece claro que hay un cierto recorte de las favorables expectativas que para el sector financiero existían a principios de año. Menor crecimiento económico, nivel menos elevado de tipos de interés, mayor regulación, cierto deterioro previsible de la calidad del riesgo, gestión más complicada de la base de capital. Y, por último, elevada probabilidad de que las ratios de rentabilidad no aumenten tanto como lo previsto inicialmente.

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