Opinión

Veinte preguntas de Juan Español ante la crisis

He aquí veinte preguntas urgentes que se plantea el ciudadano español ante la crisis que nos devora. Esperan una respuesta

Decía Woody Allen, que "la vocación del político de carrera es hacer de cada solución un problema”. O mejor, como dijera Bertrand Rusell: “Los científicos se esfuerzan por hacer posible lo imposible. Los políticos por hacer lo posible, imposible”. Termina rematando Groucho Marx: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados".

¿Cuáles son los interrogantes, los ”porqué” del común de los ciudadanos de nuestro país? Del tradicional y estereotipado Juan Español en estos tiempos de incertidumbre y de continuos sobresaltos.

Hago mías -muy sucintamente y sin ánimo de ir más allá de señalar- aquellas preguntas o aquellas respuestas que la sociedad actual se está planteando a diario en este contexto no bien explicado de la covid 19 y de crisis económica. De muy difícil alcance y, sobre todo, anticipación. Bajada del PIB de más del 15%, el paro por encima del 20% y una deuda pública sobre el PIB del 120%. Y, por supuesto, los 50.000 muertos. A tal fin, he seleccionado diferentes ámbitos de reflexión:

El entorno europeo

-¿Por qué no tenemos un Gobierno europeo fuerte, con capacidad y autoridad, y no dependiente tan sólo de decisiones individuales de alguno de sus países miembro?

-¿Por qué no tenemos ya un Gobierno y un Parlamento Europeo con cesión de soberanía de los países miembros?

Estructura de Estado y autonomías

-¿Por qué no se revisan estamentos intermedios entre la sociedad civil y el Estado como son las autonomías, el Senado, las diputaciones y gran número de ayuntamientos, cuya única razón de existir parece la de incrementar nuestro déficit frente a los pocos beneficios que reportan? ¿Recordaremos que el Estado es un mal necesario que solo debe actuar cuando la sociedad civil no pueda resolver sus problemas?

El plano político

-¿Por qué se toman decisiones sobre nuestro futuro que nadie ha votado y que ni siquiera figuran en los programas de los partidos?

-¿Por qué la política se ha convertido en una profesión en la que predominan los intereses económicos sobre el bien social y el servicio a la Nación?

-¿Por qué se trata siempre de buscar un único responsable, normalmente un 'muerto o un herido de muerte', para justificar decisiones que han perjudicado a nuestro país y a nuestras instituciones y que han sido tomadas por recalcitrantes profesionales de la incompetencia, que se manejan con absoluta falta de responsabilidad y diligencia, algo siempre exigible a quien se desempeña en el ámbito público? Es la aplicación moderna de la famosa frase pronunciada por el jefe galo Breno que había sitiado y vencido a la ciudad de Roma: ”Vae victis!” (Hay de los vencidos).

-¿Por qué se utiliza en exceso la dedocracia y no la meritocracia para cubrir los puestos de responsabilidad tanto en la Administración como en las empresas públicas?

-¿Por qué se pueblan de políticos y expolíticos los consejos de administración de empresas públicas y privadas pese a que carecen de la formación y las condiciones adecuadas a las responsabilidades que se asumen?

-¿Por qué no ponemos los medios necesarios para retener talento, evitando que los mejores tengan que ir a buscar ocasiones laborales fuera de nuestro país con el consiguiente empobrecimiento intelectual que ello nos va a producir?

El terreno económico

-¿Por qué no se explican con abierta claridad los necesarios e indispensables planes de ajustes que coyunturalmente pueden empobrecer a la sociedad?

-¿Por qué no se protege al emprendedor y se potencia a las Pymes que crean el 80% del empleo en nuestro país?

-¿Por qué no tenemos una política industrial definida y valiente y no pensar, como hasta ahora, que la mejor política industrial es la que no existe?

-¿Por qué en lugar de criminalizar neciamente a la economía sumergida no se ponen todos los medios posibles para hacerla aflorar y que de ese modo contribuya decididamente al mayor enriquecimiento de nuestra sociedad?

En las instituciones financieras

-¿Por qué, hasta la fecha, se ha tardado tanto en llevar a cabo la restructuración del sistema financiero? ¿Quizás por que se ha pretendido resultar demasiado complaciente con determinados  organismos y personas? Las fusiones son necesarias tanto a nivel nacional como europeo.

-¿Por qué no se reduce ya el número máximo de bancos existentes en nuestro país? Basta ya de componendas y contemplaciones, más vale una vez rojo que ciento amarillo”.

-¿Por qué el sistema financiero toma dinero barato del BCE y luego lo invierte en deuda pública, o en atender sus compromisos de deuda, en vez de hacer fluir el crédito en el sistema productivo con el fin de crear empleo?

Las inquietudes sociales

- ¿Por qué no se informa con transparencia del número de muertos hasta ahora por la pandemia, que según fuentes no oficiales superan los 50.000?

-¿Por qué se abandonó a las residencias de la tercera edad y se trató a sus enfermos como apestados?

-¿Por qué somos el segundo país del mundo en muertos por cada cien mil habitantes?

-¿Por qué se persigue y machaca a la clase media que es la pagana de tanto despilfarro? Visto lo visto, la estrategia es muy clara: un escándalo tapa otro escándalo y la gente termina inmunizada, rendida y preparada para aceptar estoicamente la nefasta gestión de un gobierno socialcomunista.

Podríamos seguir recogiendo en este breve artículo otras muchas demandas de respuesta de los casi cuarenta y siete millones de Juan Español que conforman la población española actual, pero resultaría excesivamente preocupante, largo y cansino.

Sin embargo, antes de despedirme, quisiera trasladarles la angustia que en los últimos días me vienen trasladando algunas personas, confiadas en que por mi edad y experiencia pudiera aportarles algo de luz y sobre todo tranquilidad.

¿No sería necesario, y urgente, que las voces más autorizadas de nuestro Gobierno se dirigieran a la nación, explicaran lo que se está haciendo, a dónde nos pretenden conducir y tranquilizaran a los ciudadanos antes que el miedo y el pánico, en esta sociedad nuestra de la comunicación sin fronteras, acabe produciendo un daño irreparable?

No quiero angustiarles más, queridos amigos y lectores y por eso termino diciendo que no me resigno a aceptar aquella expresión anarquista que dice si votar sirviese de algo, no se nos dejaría votar.”

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