Se han enfadado bastante en el PP gallego -y en el Nacional- tras la información publicada este lunes en Vozpopuli revelando que el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Nuñez Feijóo, esconde las siglas en los carteles de campaña del partido para las elecciones autonómicas del 5 de abril.
Les confieso que lo que más ha llamado la atención son los argumentos, variopintos. Van desde la constatación en la sede de Génova de que "Feijóo nunca ha exhibido las siglas PP en unas autonómicas porque capta un voto transversal, galleguista, no ideológico", hasta lo que dicen los más cercanos a Feijóo: que el cartel que ilustra esta información es solo "una captura de vídeo"... como si el soporte restara importancia al fondo de la decisión de no exhibir el logo histórico.
Si Feijóo no estuviera en este momento embarcado en un pulso con Inés Arrimadas y Ciudadanos, y, por qué no decirlo, también con buena parte de su partido, a los cuales les gusta la famosa coalición España Suma en Galicia y País Vasco, el 5 de abril, y posteriormente en Cataluña, su decisión de achicar la sigla no pasaría de anécdota. Una mas de la política española.
Cuando te has envuelto en la bandera del PP, exigiendo a Pablo Casado que no ponga en riesgo la refundación del partido de Fraga y Aznar, el invento de la 'microsigla' no parece apropiado para tu credibilidad
Todo eso, además, para acabar metiendo dos o tres candidatos de la formación naranja bajo el paraguas del PP después de semanas de un intenso ruido mediático que esconde el deseo indisimulado de los populares de fagocitar los restos del partido que fundó Albert Rivera en 2006; el deseo que ya ni se esfuerzan en disimular Casado, Feijóo y demás dirigentes del partido.
El invento de la 'microsigla' PP
Pero cuando te has envuelto en la bandera del PP, exigiendo a Pablo Casado que no desnaturalice el proyecto que refundó Jose María Aznar en 1990 sobre los restos de la derecha de la Transición que capitaneó Manuel Fraga... hombre! el invento de la microsigla no parece lo mas apropiado en términos de credibilidad ante la ciudadanía.
Esa es la que puede denominarse Paradoja Feijóo: peleo por las esencias del PP como si me fuera la vida en ello, pero lo escondo en mis vídeos, mis carteles, llámenlo como quieran. Algo típico en la política, la contradicción, aunque en los últimos tiempos se esté convirtiendo casi en una religión de Estado para ahormar la realidad a los deseos de sus protagonistas, así sea a martillazos.
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