La coalición que está negociando Pedro Sánchez, además de romper la cohesión entre españoles, representa una amenaza para la Seguridad Nacional. Lo demuestran las declaraciones de los socios sanchistas sobre los crímenes planificados y ejecutados por Hamás en Israel. Pasan por alto que esos actos horrendos no se explican por la causa palestina, sino que representan un episodio más del terrorismo yihadista internacional. Siguen la senda de los atentados del 11-S en Nueva York, del 11-M en Madrid y de tantos en todo el mundo. La llamada a un “viernes de ira” (en Londres, Madrid, París, Nueva York…) lleva la firma del terrorismo islamista contra las democracias occidentales, España incluida.
Alarma que una vicepresidenta del Gobierno, el mismo día de los atentados contra civiles, respondiera culpabilizando a Israel, la víctima del ataque. Si había dudas sobre la posición, el secretario general comunista Enrique Santiago se negó a calificar a Hamás como terrorista: “qué es un grupo terrorista, cada uno lo define como quiere”. En La Sexta reforzaron la tesis. “Una sociedad que asume con normalidad realizar una fiesta al lado de un campo de concentración es que ha metabolizado aquello que sufrió, la banalidad del mal”, escupió el tertuliano de Ferreras, de nombre Maestre, refiriéndose a los espectadores de un festival de música masacrados por Hamás.
Es una irresponsabilidad que Yolanda Díaz ignore las consecuencias de sus declaraciones en la seguridad de 47 millones de españoles, que sea incapaz de identificar el interés nacional en materia tan crítica. La Estrategia Nacional de Seguridad española señala como amenaza de “especial relevancia” el yihadismo, que desde el Sahel, Magreb y Oriente Próximo, “proyecta la amenaza terrorista sobre España”. Esto no les importa a quienes esconden que en Gaza “gobierna” un grupo terrorista controlado por Irán. Imagínate una crisis de seguridad provocada por el terrorismo internacional en España con la coalición sanchista al mando.
Llueve sobre mojado. Llevan años deteriorando la Comunidad de Inteligencia española, con un CNI asediado por los delincuentes secesionistas. Como incansable anti-OTAN, explícito pro-Putin, rabiosamente anti-EEUU, comprensivo con Hamás, el conglomerado sanchista está debilitando peligrosamente los niveles de seguridad de los españoles, sea por ignorancia o por motivos ideológicos. No olvidar: Irán estaba detrás de Hamas en Israel el 7 de octubre como de Al Qaeda, el 11-M en Madrid.
Beben en la mística antioccidental de las izquierdas más reaccionarias, en la que la causa palestina es utilizada como munición en la batalla mediática, como habían previsto Irán y Hamás que sucedería
¿Pedro Sánchez? Su visión sobre estas cuestiones importa poco. Cabalga con una única idea: solo interesa lo que sirva a su investidura. Pasa del epígrafe Seguridad y Defensa; qué más da, que diría Patxi López. En estas condiciones, a nadie debería sorprender que EEUU, Alemania, Francia, Reino Unido e Italia, que han coordinado sus posiciones sobre el ataque yihadista a Israel, no cuenten con el presidente español. Sus servicios de Inteligencia les informan sobre los socios de la coalición del PSOE, los que equiparan Hamás con el Estado de Israel. Obviamente, no se fían.
Como ya ocurrió con la agresión rusa contra Ucrania, el Gobierno sanchista vuelve a coincidir con los habituales: castro-chavistas iberoamericanos, dictaduras de Cuba, Rusia, China, Irán o la izquierda de iluminados, como el francés Melénchon y compañía. Beben en la mística antioccidental de las izquierdas más reaccionarias, en la que la causa palestina es utilizada como munición en la batalla mediática, como habían previsto Irán y Hamás que sucedría cuando diseñaron los atentados. La situación real de los gazatíes, utilizados como escudos, les importa poco.
Fernando Reinares, nuestro mejor experto en terrorismo yihadista (11-M La venganza de Al Qaeda, 2021), ha calificado el brutal ataque contra Israel como una deliberada provocación de Hamás, motivada en parte por su pérdida de crédito entre la población. ”Desde hace más de una década crece en Gaza el descontento con la organización islamista radical por su mal gobierno que no rinde cuentas”, ha escrito. Los terroristas tenían perfectamente calculada cuál sería la reacción de Israel y las consecuencias para la población de la Franja, que controlan. Choca oír ahora a Borrell decir que la ayuda europea es controlada por la Autoridad Palestina. No es así, y él sabe que cada euro es administrado por los terroristas. Los mismos que organizaron la matanza en Israel gestionan los recursos aportados por Europa.
La causa palestina es para ellos un arma estratégica, usada, por ejemplo, para movilizar contra occidente a las opiniones públicas de los países de cultura musulmana
El terrorismo islamista es el principal problema para la paz en Oriente Medio. Esta crisis lo demuestra. Hamás, Hezbolá, Irán, y otros actores yihadistas bloquean cualquier salida viable al conflicto israelí-palestino, incluida la apertura de relaciones diplomáticas con Israel. La causa palestina es para ellos un arma estratégica, usada, por ejemplo, para movilizar contra occidente a las opiniones públicas de los países de cultura musulmana. Con éxito, si observamos las nutridas manifestaciones. Hoy se echan de menos en el mundo árabe a políticos e intelectuales con auctoritas, como el fallecido palestino Edward Said, para advertir de esta burda manipulación. Él nunca habría confundido la noble causa palestina con el terrorismo.
Los atentados de Hamás nada tienen que ver con los fallidos acuerdos de Oslo de 1993. En realidad, son otra muestra del terror yihadista, que se dirige directamente contra nuestro modelo de sociedad democrática. Margarita Robles comete un grave error al banalizar las declaraciones de Ione Belarra y Yolanda Díaz -contradictorias con los informes anuales de Seguridad Nacional españoles- y asegurar que se trata de una tarea exclusiva del Presidente. Revise su noción de qué es un Gobierno, señora ministra de Defensa. Está en juego la seguridad de los españoles, y, como es sabido, sin seguridad no hay desarrollo.
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