Opinión

Pedir cuentas en España

Bruselas quiere saber a dónde va a parar el dinero. A buenas horas

Hay una escena en “Sopa de ganso” que me hace pensar en la política española. El gabinete de Freedonia presidido por Groucho está reunido. Uno de los ministros quiere intervenir, pero Groucho le niega la palabra aduciendo que va a plantear un asunto nuevo; cuando, al poco, van a tratarse esos asuntos nuevos, el ministro pide otra vez la palabra, pero Groucho vuelve a denegársela diciendo que el asunto ya se ha convertido en antiguo.

En nuestra tierra pasa lo mismo cuando próceres, próceras y próceris se reúnen en sede parlamentaria. Nunca es buen momento para hablar de según qué cosas. Como el Congreso va con retraso entre que pasa algo, un partido formula la pregunta al Gobierno y este se digna responder, al final acabas hablando, si no del problema de abastecimiento de los galeones provenientes de las Indias, si de cosas que han sucedido hace algún tiempo. 

Al final acabas hablando, si no del problema de abastecimiento de los galeones provenientes de las Indias

Ahora imagínense ustedes si no será difícil en este sistema tan cargado de pachorra pedir cuentas por algo. Hablo de cuentas económicas, de dinero, de lo que se hace con lo que ponemos todos con la pechá de impuestos que nos cobran. Nunca acabamos por saber quién se ha gastado cuánto y en qué. Es todo tan misterioso que ni con Rappel, Sandro Rey y la Bruja Lola puede saberse qué cuestan las embajadas de la generalidad. O cuanto cobra Pilar Rahola en TV3, aunque ahora Jaume Roures, propietario de la productora de uno de los programas en los que salía la señora, ha declarado que se lo dirá a la nueva dirección. Algo es algo.

En este marco ¿Alguien sabe dónde están los fondos europeos para sacarnos de la crisis, en qué se han gastado, quienes han sido sus receptores? Porque se pueden contar con los dedos de una oreja los beneficiados por tamaño río de euros. Ni pequeños ni medianos empresarios han visto pasar la sombra de un billete. Dicen algunos malvados que hay dinero europeo que se ha invertido en campañas publicitarias gubernamentales, pero eso no puede ser con la economía por los suelos. Vamos, digo yo, aunque no es menos cierto que la generalidad desvió fondos COVID durante la pandemia para TV3, pobrets, tan escasitos de parné que el otro día pedían cien kilos de presupuesto a más a más de los casi trescientos que ya tienen.

¿Alguien sabe dónde están los fondos europeos para sacarnos de la crisis, en qué se han gastado, quienes han sido sus receptores?

¿Y en Europa se creen que Sánchez o cualquier otro político de aquí va a darles explicaciones sobre el dinero? Pero esta gente ¿en qué mundo vive? ¿Acaso ignora que somos el país de las cuentas del Gran Capitán? Empléese la respuesta que dio Don Gonzalo Fernández de Córdoba al rey Fernando el Católico adaptada a nuestra época: “Cien millones en medios de comunicación para acallar las voces de lo enemigos; ciento cincuenta mil en chiringuitos, asociaciones y falsos líderes sociales para rogar que yo siga mandando; cien mil en guantes perfumados para preservarnos del olor a facha; ciento sesenta mil para asesores, amiguetes, carguitos, ministerios de plastilina y oficinas a las que no acude nadie, total, en cosas chulísimas, perspectiva de género y memoria histórica, tropecientos millones”. Y ya está, hombre.

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