«Que el mercadillo no sea solo para comprar, que sea una experiencia», dice Juan Lobato, candidato del PSOE a la comunidad de Madrid, en un acto de campaña Para experiencia, la de su compañera Reyes Maroto, que aspira a la alcaldía. Cuenta que en San Isidro, fue a la misa oficial con la plana mayor de las autoridades locales, se confesó, comulgó y le pidió al santo ser alcaldesa. Siento romper el hechizo. Se va a quedar con las ganas porque esta señora, quizás un poco cursi, confunden el acto electoral con la lámpara de Aladino. Imagino que los consejos de Ministros de Sánchez funcionan así: «Pide un deseo ¡Rápido! Concedido» y te suelta los millones.
Al omnipresente Sánchez «solo le ha faltado ir a El Hormiguero a darle una sorpresa Will Smith», como dicen en la serie VotaJuan (HBO). No ha dado tregua en estos 15 días. Ha chupado cámara y regalado euros sin tregua, más a siniestro que a diestro. Su generosidad, sin embargo, no abarca a los más de 21 millones de ciudadanos de entre 35 y 65 años (menos un día) porque debe pensar que somos imbéciles.
Nadia Calviño ha propuesto algo que ya se sabe que no funciona: cuotas para que las mujeres estemos a su altura, es decir, la ley de paridad en los consejos de Administración
Normal que la deuda pública haya aumentado en 6.500 euros por cada español. Que nos diga el señor ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá cómo y cuándo lo quiere cobrar. La vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño ha propuesto algo que ya se sabe que no funciona: cuotas para que las mujeres estemos a su altura, es decir, la ley de paridad en los consejos de Administración.
La única propuesta merecedora de ese nombre, a nivel municipal, es que los terroristas de ETA condenados por asesinato se han comprometido, en forma tan generosa como altruista, a no recoger sus actas en caso de ser elegidos concejales. Ya. Gente de fiar. Como los de la lista socialista en Mojácar, presuntos compradores de votos, que, dada la altura del calendario en el que estamos, se mantienen en su candidatura y veremos si se apean luego del cargo.
Europa, siempre despierta y avizor, ja, ha mandado un aviso al Gobierno español para que vaya ajustando gastos y presupuestos. El fin de la orgía del gasto. Bruselas, como los detectives de pega, siempre llega demasiado tarde.
El presidente aragonés perderá el sillón por su entusiasmo, nada desinteresado, por los molinillos del progreso con los que va a destrozar el paisaje de su región
Moncloa ha actuado estos cinco años como un nuevo rico. Sánchez ha fatigado a su Falcon con cientos de miles de kilómetros de vuelo mientras el resto de los mortales, Feijóo incluido, nos conformamos con una AVE baratito o un Blablacar de ocasión. Tan hiperactivo se ha mostrado el presidente que incluso tuvo tiempo de desplazarse a Washington para negociar con Biden los aranceles de las aceitunas negras. El avión de todos los españoles navega más veloz y con más fluidez que el viento de los parques eólicos de Javier Lambán, el presidente aragonés que perderá el cargo por su entusiasmo, nada desinteresado, por los molinillos del progreso con los que va a destrozar el paisaje de su región. .
Perejil Sánchez de todas las salsas y su equipo han apuntado en todas las direcciones esta campaña, con muy escaso éxito, al decir de las encuestas. Su ministro de Deportes, un Iceta, no ha dicho ni mú (más bien sólo lanzo un tuit mugido absurdo sobre el escándalo de Vinícius. ¿Para esto le pagan al buen hombre del PSC. Grande-Marlaska, su colega de Interior, pillado en falta por la violencia de algunos grupos futboleros, se lanzó con velocidad de vértigo a detener a los cuatro capullos de la muñeca hinchable colgada de un puente. ¡Cinco meses después de ocurrido el hecho!
El Gabinete, en efecto, ha dado muestras en esta campaña de que su fama de incompetente es merecida. Basta con escuchar algún mensaje de Ione Belarra para confirmarlo. El nivel es inferior a lo ínfimo. ¿Seguirá siendo ministra tras el batacazo del 28-M?
El despliegue enfebrecido de Sánchez ha hecho la pascua a sus propios candidatos, que han sido arrollados por el ardor presidencial, y castigados con una espantada general de votos que les conducirá, sin duda, a la derrota. Sólo quedará en pie Rafael Simancas, oculto en su escaño, murmureando bajito, enredado a traición y rezando para que nadie se dé cuenta de que él sigue allí.
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