Pedro Sánchez, en la madrugada del viernes, con nocturnidad, premeditación y la complicidad de todo el PSOE –con disciplina búlgara y como un solo hombre- culminó los trámites para eliminar el delito de sedición del Código Penal una semana que había empezado preñada de nubarrones para el inquilino de la Moncloa y que termina con otro asalto al andamiaje constitucional y con el camino despejado para el presidente del Gobierno, que ahora tiene un año por delante para culminar su ‘obra’: intentar apalancarse cuatro años más en la presidencia del Gobierno.
En la madrugada del viernes, cuando ya se habían aprobado los Presupuestos Generales que entregan 2.500 millones a las enmiendas de ERC y Bildu –incluidos 250.000 euros para que el circo sea en euskera en País Vasco o la salida de la Guardia Civil de Tráfico de Navarra- los mismos 187 votos que daban un año más de oxígeno y manos libres a Sánchez aprobaban el camino para eliminar el delito de sedición en España. Era otra de las facturas exigidas por ERC para dar luz verde a las cuentas sanchistas.
Luego vendrá la reforma de la malversación –que sigue negociando en secreto con los republicanos catalanes, como avanzó Javier Portillo en Vozpópuli y confirmó el propio Sánchez después- y el camino despejado para que cuando Oriol Junqueras y los suyos lo vuelvan a hacer –que lo volverán a hacer, como ellos mismos insisten- no haya horizonte penal que pueda ponerles cortapisas.
Pedro Sánchez y el ufano Otegi
Y este nuevo golpe al ordenamiento para pagar las exigencias de quienes quieren dinamitar España –es cínicamente reveladora la sinceridad del individuo Arnaldo Otegi cuando presume de los pagos de Sánchez a Bildu y ERC y asegura, ufano, que «no habría Gobierno sin el apoyo de quienes queremos marcharnos de España»- ha contado como cooperador y cómplice necesario con todo el PSOE, cuya bancada al completo hizo pública exhibición en el Congreso de su sometimiento y lealtad a los designios de Su Sanchidad .
En una imagen que pretendía impactar y acabó recordando a la reciente Asamblea Nacional del PC chino y su purga al disidente, todos los diputados del Grupo Socialista se levantaban al unísono para eliminar la sedición ante la complaciente mirada de sus socios independentistas. «Aquí estamos todas las y los socialistas juntos, sin fisuras. Sí». Hasta la propia Meritxell Batet tuvo que recriminarles…
Se cumplía, una vez más con este PSOE, la dramática profecía de la madre de Joseba Pagaza, el concejal socialista asesinado por ETA, hace 17 años: “Patxi, dirás y harás muchas más cosas que nos helarán la sangre". Patxi es Patxi López, el hoy portavoz de ese Grupo Socialista que, con nocturnidad, se levantaba al unísono para acabar con el delito de sedición y rendir pleitesía a su jefe que, por cierto, se había ausentado del debate. El mismo Patxi que cumple el postureo de ponerse el brazalete arcoiris en el Congreso de España mientras su compañero de partido, José Manuel Franco, calla y guarda silencio en Qatar.
Ni Margaritas Robles ni Luises Planas; ni susanistas andaluces ni lambanistas o pagistas… Todos sanchistas hasta el final y de pie y a viva voz para no dejar lugar a dudas. Abajo las caretas y arriba, de pie en el escaño, la realidad. Este es el PSOE. Y ERC y Bildu aplaudiendo
Con ese gesto de los diputados socialistas, ‘a la búlgara o a la china’, lo mismo da, el PSOE rubricaba lo que desde hace tiempo se venía denunciando y que el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, verbalizó tras romper in extremis la negociación para renovar el poder judicial: “Con este PSOE no hay acuerdo posible”. Ni un diputado mostró la mínima discrepancia. Ni siquiera hubo uno que se ausentara. Todos, “sin fisuras”, decidieron presumir de su sumisión al líder.
Ni Margaritas Robles ni Luises Planas; ni susanistas andaluces ni lambanistas o pagistas… Todos sanchistas hasta el final y de pie y a viva voz para no dejar lugar a dudas. Abajo las caretas y arriba, de pie en el escaño, la realidad. Este es el PSOE. Y ERC y Bildu aplaudiendo.
Sánchez culmina, con nocturnidad y la complicidad monolítica del PSOE, una semana que amenazaba con llevarse por delante a la ministra Irene Montero por la chapuza de la ley del ‘solo sí es sí’ que ya lleva una veintena de rebajas de penas a abusadores y violadores, y que ha terminado con Sánchez con sus Presupuestos aprobados, iniciado el camino para eliminar la sedición entre la pleitesía de los suyos y con Montero victimizada por una ‘violencia política’ que sus correligionarios llevan practicando desde hace años con insultos y escraches pero que, cuando lo practican ellos, son “jarabe democrático”.
Sánchez: remontada a cualquier precio
Las votaciones del Congreso han dejado claro que la suerte está echada y las cartas repartidas de cara a 2023. El Frente Amplio -187 votos de PSOE, UP, PNV, ERC, Bildu, Más País, BNG y PDeCat- ha dado manos libres a Sánchez para intentar la remontada en el año electoral con los Presupuestos más expansivos de la historia –con la indexación de las pensiones al IPC- y con el maná de los Fondos UE para regar a discreción y con dinero público para publicitarlo.
Por el camino, adiós a la sedición, se negocia la malversación, habrá indulto a Griñán, se premian con millones las enmiendas de ERC o Bildu mientras se vetan otras mil o se saca a la Guardia Civil de Navarra. Todo, a mayor beneficio de Sánchez y con el PSOE, en pie, “sin fisuras…”. Este PSOE que sigue diciendo y haciendo cosas “que nos helarán la sangre”.
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