ARANTXA
Arantxa es fotógrafa y PAS.
PAS en una Persona Altamente Sensible (La Alta Sensibilidad es un rasgo de la personalidad definido por la Dra. Elaine Aron, “que se caracteriza por una mayor capacidad para procesar información sensorial y una mayor sensibilidad emocional”).
Arantxa disfruta mucho más que cualquiera repasando su álbum de fotos emblemáticas. Sus favoritas: Marilyn Monroe, intentando dominar su vestido, azuzado por los vapores del metro de NY, para no enseñar el tesorito a los transeúntes; once obreros en la misma ciudad, en el lunch break, sentados en una viga con las piernas colgando, durante la construcción del Rockefeller Center; y la niña afgana triste con ojos verdes que fue portada del National Geographic.
ALEX
Alex es fotógrafo y exnovio de Arantxa.
Cuando ella le dijo lo de “Alex, en serio. No puedo. Me siento incapaz. Me declaro objetora a esto”, la sustituyó en el encargo de la agencia de prensa con la que Arantxa colabora, y tiró para el Congreso a cubrir la reunión de Jisperson con EH Bildu. Porque él no es PAS, y porque los tiempos no están para rechazar trabajos.
Y ejecutó el suyo.
Y lo está analizando ahora.
Y llama a Arantxa:
-Ara, tía; esto es muy fuerte.
- ¿Qué pasa?
-Las fotos. Que aparece al fondo una mancha negra muy rara. En todas. Y al hacer las fotos yo no la veía.
-Alex, por Dios. Dime que no has vuelto a fumar…
-Jajaja… ¡que no! Espera. Te mando una por guasap…
Arantxa la recibe y comenta que “¡Ostras! Parece como una calavera mal dibujada”.
Las fotos del reportaje de Alex muestran, en una especie de biblioteca cutre, con dos sofás de color ictericia, a un exultante Jisperson (aires de sobrecargo empotrador), y a una atractiva-en-turquesa Mertxearnaldo, (cada día menos Mertxe y más Arnaldo), con pendientes de aro para dinamitar incertidumbres sexológicas. Los acompañan sendos figurantes de sus respectivos partidos, para aparentar que hay trabajo negociador detrás y tal, y ocultar el sadomasoquismo político latente.
Según cuenta OKdiario que cuentan los de Bildu, Jisperson, (rezumando ladina empatía) se congratuló por lo bien que pintan para ellos las elecciones vascas, y dijo jocosillo “Pues igual la próxima foto es con Arnaldo, con él como lehendakari”. Y consciente de las ampollas que iba a levantar el testimonio gráfico de su revolcón con Miss Abertzaletasuna, condición sine qua non impuesta por el partido de Otegui de cara a la investidura, soltó después un “Me van a dar hasta en el DNI por sentarme con vosotros, pero me da igual”, con la obcecación mental (obscena) que le produce a un drogadicto (del poder), percibir el olor corporal del díler.
VOLVIENDO A ARANTXA
Arantxa, se ha declarado “Objetora a la infamia", (Maite Araluce, presidenta de la AVT, considera esta foto la “consumación de la infamia y la traición de este presidente a las víctimas y a todos los españoles”, que es lo que es), y se niega a fotografiar rostros que piden el cartel de “Se Busca”, y escenas de pornografía política que superan con creces los dos rombos, coprotagonizadas por un partido que llevaba en sus listas electorales municipales a 44 exetarras condenados, y un Jisperson rehén de su propia ambición, y PAS pero a su manera: Persona Altamente Siniestra. Escenas consistentes en “jugar a las democracias” a costa de la dignidad de unas víctimas de la execrable “socialización del sufrimiento” que practicaba la ETA, y a las que nadie ha pedido perdón.
La querencia a la deglución de detritos filoterroristas que tiene este goaverno, experto en la perversa maniobra de inversión moral que consiste en hacer del verdugo la víctima, y al contrario
No hay que ser PAS o vasca-con-memoria como Arantxa, ni ser víctima, ni allegado de víctima, ni de derechas, ni estar poseído por rencores nostálgicos, para ser objetor al blanqueo de todo esto, y repudiar, de manera visceral, la querencia a la deglución de detritos filoterroristas que tiene este goaverno, experto en la perversa maniobra de inversión moral que consiste en hacer del verdugo la víctima, y al contrario. Y además laxo con quienes, desde dentro de sus filas, pretenden ahora aplicar esta perversión al mapa de Oriente Medio.
VOLVIENDO A ALEX
Alex nunca ha creído en poltergeits, ni en espectros que se aparecen en las fotos. Pero la mancha negra en las fotos le trae ídem, y empieza a preguntarse si se trata de algo así. Decide acudir a internet y entra en dos foros: uno de amantes de lo paranormal, y otro de usuarios de cámaras Canon, y cuenta su movida.
Las respuestas del primero son surrealistas:
Una tal “Ambrosía Azteca” dice que “a mí me pasó lo mismo con la abuelita Coral, que antes de morir barruntaba que el abuelo se iba a casar con Esmeralda, su secretaria, y en todas las fotos de esa boda salía una mancha en forma de mano haciendo la peineta. Supimos que era ella cuando Esmeralda, estando sola en la casa, rodó escaleras abajo, diciendo que una fuerza invisible la había empujado. La encontraron inconsciente y con un post-it pegado en la frente con un mensaje: “Luis Alberto, esta zorra va a por tu plata. Y a ver si me hacéis caso con lo de la peineta, leñe”.
El resto, similares: “A mí se me aparecía en las fotos de la casa de la playa el inspector de Hacienda. Y el tío está vivo ¿eh? ¡Son unos cracks!”; “Al fotografiar el espejo, salía yo con la cabeza de Napoleón y al lado Josefina en topless. Sí, sí. La medicación la llevo al día”; etc.
Las del foro de fotógrafos decretaban (todos majos y dispuestos) que aquello era un pelo en el sensor y que la profundidad de campo era brutal y por eso no se veía al hacer la foto y que se tenía que agenciar una pera de aire en la farmacia para desalojar el pelo.
-No sé, dice Arancha, que es muy de películas de miedo, y está venida arriba en la objeción de conciencia. – Soy más de la teoría del espectro. Y esa mancha es la muerte. Te lo digo yo.
Bromas fotográficas aparte, la muerte también tiene su propio álbum.
Algunas de las fotos son: la de la Niña del Napalm, corriendo desnuda en la Guerra de Vietnam. La de Aylan, el niño sirio yaciendo inerte en la orilla. Los féretros en la morgue improvisada en el Palacio de Hielo durante la pandemia. El cuerpo ultrajado de Shani Louk tras el ataque terrorista de Hamás.
Y también son los más de 850 asesinados por ETA.
La muerte tiene muchas maneras de posar. Y no hay que hacerle fotos que pretendan que salga favorecida. Porque la muerte a destiempo siempre es fea.
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