Resulta que el diputado liberal argentino Javier Milei, economista, escritor, docente, conductor de programas radiofónicos y que no se las da de doctor, como hacía Pilarín cuando iba por aquellas hispano américas, decidió sortear su sueldo como representante en la cámara. Son 205.000 pesos al mes, que en euros es una cifra bastante reducida, 1.749 euros, especialmente si la comparamos con lo que se llevan los compinches de Rahola. Pero en nuestra hermana Argentina la necesidad es tremenda y ya se han apuntado más de ochocientas mil personas a ver si tienen la suerte de gozar de esa cifra. Milei ha hecho esto no para salir en los papeles, que ni puñetera falta le hace, sino por convicciones políticas. Siendo anarcocapitalista – hermosa definición, vive Dios – considera que no debe cobrar del estado por ser diputado y que “Lo que se le sacó a la fuerza al pueblo – léase, los impuestos – vuelva al pueblo”.
Rahola, que es más de cobrar de lo público y de “cajas de solidaridad”, arremetió contra el liberal en el canal La Nación. Estaba enfadadísima. Que si Milei jugaba con la dignidad de un cargo público, que si es un sheriff de pueblo, que le recordaba a un señor feudal, a un padre padrone. En fin, que a la ínclita musa separatista ya le parece bien lo que se dijo un día desde la vulgaridad de Cataluña acerca de que bajarse los sueldos de los políticos era demagógico y populista. Anda, Clavijo, pásame el botijo. El liberal no ha tardado en responderle y, como tiene lecturas, le ha afeado la conducta citándole al imprescindible economista Friedrich Hayek y a su libro “La fatal Arrogancia”. Eso, además de calificarla como ignorante, totalitaria, absurda y decir que se cree Dios. Pero el repaso que le ha dado desde el punto de vista intelectual, político e incluso moral no ha sido nada al lado de ver cómo en la televisión de la patria de Borges aparecía Rahola rotulada como periodista española. Ahí es nada. Española y bien española.
Rahola debe haberse puesto en todos sus estados. Acostumbrada a monologar en televisiones, radios, tertulias y prensa a su gusto sin nadie que le tosa y llevarse por ello un pastizal, que un compadrito le diga lo que Milei le debe haber sentado como una patada en el hígado. Què cony és això de la UDEF?, debe haber pensado diciendo Qui cony és aquest Milei? Porque no hay nadie más pagado de su persona, más intolerante, insultona y totalitaria en mi tierra – que ya es decir – que Rahola. Durante años y años ha reinado desde su trono blindado por la convergencia más rancia, y luego por Mas, Puigdemont y la extrema derecha lazi. Ejemplo: antes sabremos donde tienen los dineros guardaditos la familia Pujol que el sueldo de Pilar en TV3. No se dice, no se revela, no se explica. Faltaría más saber a cómo se cotiza la línea, la palabra o el exabrupto de tamaña heroína separatista.
Pero el destino es inevitable, como dijo Thanos de sí mismo en Los Vengadores. Y cuando se han tenido que referir a ella en Argentina lo han hecho como española, lo que es cierto de toda certeza. Ya lo ven, Rahola se creía también inevitable y pensaba que con solo chascar los dedos podía destruir a quien quisiera. Ha sido preciso que Javier Milei se haya enfundado el guantelete del infinito del auténtico liberalismo democrático y, como Tony Stark, le haya replicado “Tú serás inevitable, pero yo soy Iron Man”. Y, chas, Pilarín se ha deshecho. Los ídolos de pies de barro, a la que les arrancas la máscara y les quitas el sobrecito, caen desplomados, convertidos en polvo de la historia para que las ruedas de ésta puedan pasar por encima de ellos y proseguir su camino.
Rahola, española. Quina poca soltada, Pilar, ves per on.
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