Cuaderno de bitácora:
.-18 de enero: Marruecos presiona al PSOE para que vote en contra de una resolución del Parlamento Europeo, pactada por todos los grandes grupos incluido el socialdemócrata, para investigar la participación de Rabat en una trama de sobornos para ganar peso en las instituciones europeas. La amenaza: un voto a favor ensombrecerá la trascendental cumbre bilateral del 1 y 2 de febrero.
.- 19 de enero: Los socialistas españoles se someten a los deseos de Rabat y votan en contra de la resolución junto a una docena de eurodiputados de la ultraderechista Le Pen y un euroescéptico holandés.
.- 1 de febrero: Mohamed VI humilla de todas formas a Sánchez y horas antes del viaje de la delegación española a Rabat anuncia que no estará presente en la cumbre entre España y Marruecos.
El rey de Marruecos respondió este miércoles a la larga lista de concesiones de España -giro histórico e inexplicado en el Sáhara incluido- con un desplante mayúsculo a Pedro Sánchez. Unas horas antes de que el presidente y doce de sus ministros emprendieran el viaje a Rabat para participar en la XII Reunión de Alto Nivel (RAN), Mohamed VI anunció que no estará presente en la cumbre, la gran prueba de fuego para las relaciones bilaterales tras el cambio de postura del Gobierno español sobre el Sáhara Occidental en favor de Rabat.
El monarca se encuentra "fuera del país", según un escueto comunicado de la Casa Real marroquí, por lo que no recibirá a Sánchez en la primera cumbre entre los dos gobiernos desde 2015, una cita concebida para "reforzar las bases de la relación" (Albares dixit).
El plantón no parece haber escocido demasiado en Moncloa, convertida en el gran padrino de un Marruecos que cada día despierta más sospechas en la Unión Europea: una llamada telefónica con invitación incluida a Sánchez para "realizar próximamente una visita oficial" a Rabat ha sido suficiente para calmar las aguas. O al menos eso dicen de puertas para afuera. El desaire de Marruecos es un gesto muy significativo pero retomar el ritmo de deportaciones y expulsiones de migrantes previo a la pandemia -uno de los objetivos clave de la cita- bien vale una nueva humillación.
Varias razones habrían provocado el desplante de Mohamed VI en un momento clave y a pesar de las continuas cesiones de España desde que se desencadenara el escándalo de Pegasus, el espionaje al móvil del presidente del Gobierno por parte, según todos los indicios, del régimen de Rabat. Desde entonces, Sánchez ha hecho todo lo posible por ser el socio principal de Marruecos. Pero todo lo que haga no parece suficiente para Mohamed VI. ¿Por qué este nuevo bofetón de última hora?
En primer lugar, el boicot a la cumbre de los ministros de Podemos y la sonada ausencia de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. La causa de dicho boicot es la carta de Sánchez en marzo en la que avalaba el plan de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental como "la base más sólida, creíble y realista" para resolver el conflicto. Una misiva que pretendía cerrar la crisis bilateral más grave de las últimas décadas y que supuso un giro radical respecto a la postura tradicional de España en la zona.
El hecho de que la Justicia haya impulsado en la víspera de la cumbre de Rabat la causa del pasaporte falso de Brahim Ghali -el líder del Frente Polisario cuya entrada furtiva en España provocó una crisis migratoria sin precedentes en Ceuta desencadenada por Marruecos- tampoco habrá sentado bien en Rabat ahora que el Gobierno veía en la RAN una oportunidad clave para la reconciliación definitiva. El interés de la Justicia española en que avance la investigación choca con la estrategia de Moncloa, que quiere pasar página, y con los intereses del monarca alauí, para quien Ghali es un terrorista y enemigo público número uno.
Que Mohamed VI haya cambiado la audiencia con Sánchez por una llamada telefónica desde Gabón (el rey marroquí posee una mansión en la península de Pointe Denis para sus retiros de lujo, solo o en compañía de otros) después del coste que supuso para España el giro sobre el Sáhara aumenta el agravio. Argelia, el archienemigo de Marruecos, ha elegido a Italia como socio preferente al tiempo que empeoraba su relación con nuestro país. Ello se ha traducido en un aumento de las exportaciones de gas argelino hacia Italia y un boicot a las exportaciones españolas (solo entre junio y julio del pasado año, nuestro país perdió más de 4.400.000 euros al día en ventas al país norteafricano). Ahora, aprovechando la nueva alianza con Argelia, el Gobierno de Meloni pretende convertirse en "la puerta de entrada de energía" al Viejo Continente.
La crisis diplomática con Argel no atenúa la gravedad del caso Pegasus y el posible uso por parte del Gobierno marroquí del malware espía para obtener información de Sánchez, la ministra de Defensa, Margarita Robles, el titular de Agricultura, Luis Planas, y el ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska.
Éste último decretó el martes el cese del jefe de la Comandancia de Melilla, el coronel Jesús Vicente Torresano, solo dos meses después de su nombramiento. La gestión de la política migratoria ha sido uno de los elementos por los que se ha asumido el relevo, tal y como informó este diario. El coronel había decidido abrir una investigación contra los asaltantes de la valla de Melilla por lesiones y daños contra los agentes encargados de la seguridad en el perímetro fronterizo.
El espionaje de Pegasus, el giro en el Sáhara, la crisis con Argelia, la votación de los socialistas con la ultraderecha en el Parlamento Europeo... en las cuestiones que han marcado en los últimos tiempos la relación con Marruecos solo la inmigración, una de las claves de la cumbre, arroja resultados positivos. El Gobierno ha celebrado en varias ocasiones la reducción en el número de entradas irregulares en 2022, cuando alrededor de 31.200 personas entraron en España irregularmente bien en patera o saltando las vallas de Ceuta o Melilla, cifras similares a las de 2017. El descenso de llegadas se produjo por segundo año consecutivo y fue significativo en Canarias, donde llegaron 15.682 personas, un 30% menos que el año anterior.
Esto puede cambiar en cualquier momento, como demuestra lo sucedido en Ceuta en mayo de 2021, cuando Marruecos utilizó a miles de sus ciudadanos como munición humana contra España. La crisis por Ghali estaba en pleno apogeo y más de 12.000 migrantes, muchos de ellos menores, entraron en la ciudad autónoma tras una campaña de desinformación orquestada por Rabat y la pasividad de los agentes de frontera marroquíes. No hay mejor prueba de que España está sometida a los caprichos de su vecino. Mohamed VI abre o cierra el grifo cuando quiere. Ahora vuelve a humillar a Sánchez entre la estupefacción de los diplomáticos mientras los españoles se preguntan qué debe el presidente al rey de los desplantes.
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