A partir de diciembre de 2020, la inflación repuntó de forma sostenida. Inicialmente, este repunte se ciñó a los precios energéticos, pero posteriormente se sumaron los alimentos y el resto de los componentes. Es importante entender en qué medida esta generalización es el resultado del aumento de los precios energéticos. Para ello presentamos las conclusiones del estudio muy reciente realizado por Banco de España, De la energía al resto de los componentes: la generalización del fenómeno inflacionista. El estudio ofrece dos ideas centrales. En primer lugar, se constata un aumento de la influencia de los precios energéticos sobre la inflación subyacente. En segundo, este aumento se debe en parte al mayor tamaño de las perturbaciones recientes, pero también a una intensificación de la transmisión de las variaciones en los precios de la energía al resto de los precios de consumo.
Inicialmente, el repunte de la inflación se redujo, tal como señala el regulador, al componente de precios energéticos, por las subidas de los precios del petróleo, que afectaron a los precios de los carburantes, y del gas natural y de los permisos de emisión de carbono, que impulsaron fuertemente los precios de la electricidad. Sin embargo, a partir del otoño de 2021, se sumaron al repunte inflacionista los componentes de alimentos y, cada vez en mayor medida, los servicios y los bienes no energéticos. Esta secuencia temporal sugiere, según el estudio de Banco de España, que la generalización del alza de la inflación podría, hasta cierto punto, ser el resultado de los efectos indirectos derivados del aumento de los precios de la energía.
Para arrojar luz sobre dicha posibilidad, el estudio de Banco de España hace uso de tres aproximaciones metodológicas complementarias. El primer ejercicio busca cuantificar en qué medida ha aumentado la contribución del IPC energético a la evolución de la variabilidad de los distintos componentes no energéticos. El segundo desarrolla un modelo que tiene en cuenta la evolución de otras variables macroeconómicas, y que permite valorar la aportación de la energía a la inflación subyacente.
De estas dos porciones de análisis se obtiene una cierta evidencia de aumento reciente de la incidencia de los movimientos en los precios energéticos sobre los del resto de los bienes y servicios. El último ejercicio tratar de distinguir si este incremento en los efectos indirectos se debe a que, dada una perturbación de una determinada magnitud en los precios de la energía, su traslación ha aumentado, o bien a que el tamaño de esas perturbaciones ha sido mayor recientemente, o quizás una combinación de ambos factores. Los resultados sugieren que los dos factores han sido relevantes en este episodio: las perturbaciones recientes en los precios energéticos han sido de gran magnitud, y su grado de traslación al resto de los precios de consumo se ha incrementado.
Multiplicación de efectos
Una explicación posible de los resultados obtenidos podría venir del hecho de que, en los dos últimos año,s ha habido perturbaciones muy poderosas, como la reapertura gradual de las economías tras la fase más intensa del confinamiento, los cuellos de botella en los procesos productivos, o las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania, que han concurrido con el encarecimiento de las materias primas energéticas y no energéticas. Ello sugiere la posibilidad de que, en los ejercicios realizados, los efectos asociados a los precios de la energía estén capturando una parte del impacto de esas otras perturbaciones.
La inflación generalizada de costes en los primeros estadios de la cadena productiva, como consecuencia del aumento simultáneo de los precios de muchas materias primas, ha podido multiplicar sus efectos sobre las etapas posteriores de los procesos de producción, dando lugar a una propagación más amplia de los aumentos de precios entre las distintas categorías de bienes y servicios.
También podría estar ocurriendo, no obstante, que la elevada intensidad del aumento de costes energéticos haya conducido a que las empresas ajusten sus precios con una frecuencia mayor de lo habitual ante shocks de magnitud más reducida, frente a los cuales los incentivos para ajustar precios son menores.
La evolución de sus precios no obedece a fundamentales económicos sino a burbujas especulativas y procesos de propensión o aversión al riesgo de los inversores
Los resultados del estudio de Banco de España validan, y esta es mi traducción al román paladino, lo que ya detallamos en estas líneas hace mucho tiempo. Obedece a tres factores, consecuencia final de la implementación de políticas económicas apoyadas por los economistas conservadores, liberales, y social-liberales (otrora socialdemócratas). En primer lugar, la expansión y el acceso a los mercados derivados de materias primas a especuladores y a fondos institucionales. Como consecuencia, en determinados momentos, la evolución de sus precios no obedece a fundamentales económicos sino a burbujas especulativas y procesos de propensión o aversión al riesgo de los inversores, si bien no son simétricos, impactando mucho más en los precios, al alza, durante las fases de toma de riesgos excesivos, como la actual. Destacan por encima de todos los episodios 2004-2008, 2021-actualidad.
En segundo lugar, la reestructuración radical de determinados sectores industriales, sustentada en el dogmatismo del libre mercado, siendo el eléctrico un ejemplo destacadísimo. El sistema marginalista en el que se fundamentaba ha fracasado. El coste marginal se ha alejado del coste medio, produciéndose una rápida escalada de los precios de la electricidad en los hogares y empresas.
Finalmente, un aspecto que sugiere el estudio de Banco de España, y que recobra fuerza como factor explicativo del repunte actual de precios, es el aumento de poder de mercado de determinadas empresas, y que se da no solo en determinados sectores, sino en la economía en general. La evidencia empírica, véase Grullon et al. (2019), es contundente: las empresas de los sectores con mayor aumento de la concentración del mercado han disfrutado de mayores márgenes de beneficio, vía mayores precios, rendimientos anormales positivos de las acciones y operaciones de fusiones y adquisiciones más rentables, lo que sugiere que el poder de mercado se está convirtiendo en una importante fuente de valor.
Hay que forzar una amplia discusión sobre el papel de los organismos reguladores de la competencia, la composición de sus miembros, y la necesidad de dotarlos con todos los instrumentos necesarios para su labor
Por lo tanto, en la actualidad, no son los salarios ni la demanda los factores explicativos del repunte inflacionista. Esto tiene que ver con el aumento de poder de mercado que está generando un aumento de los beneficios puros a costa del factor trabajo y del capital productivo. Una extracción de rentas en toda arregla. Un pacto de rentas debería hacer recaer los costes de la financiarización en los beneficios puros, es decir, en los beneficios extraordinarios obtenidos por el poder de mercado.
Además, hay que forzar una amplia discusión sobre el papel de los organismos reguladores de la competencia, la composición de sus miembros, y la necesidad de dotarlos con todos los instrumentos necesarios para su labor. Deben disponer de equipos amplios que identifiquen el aumento de poder de mercado, y tener la capacidad ya no solo para imponer multas acordes con el daño causado por prácticas oligopolísticas, sino, sobre todo, llegado el caso, trocear y vender negocios y unidades de empresas demasiado grandes para quebrar e imponer precios. Si el legislador no actúa de manera decisiva, estos nuevos señores feudales continuarán, vía precios, empobreciéndonos sine die.
ma
En España hay propiedad privada, pero no economía de mercado, porque los precios y el mercado mismo están pactados en lo que alguien llamó el capitalismo de amiguetes. Este fenómeno se ve bien en el increíble aumento de los precios relacionados con las mascotas, la bolsa de arena pasó a costar 1.35 euros, de .85 que costaba, de la noche a la mañana; la lata de comida de 400 gramos de una conocida marca ha duplicado prácticamente su precio, es evidente que las empresas buscan resarcirse,con éxito, de la subida del smi, de la energía, y otros costes muy por encima de las subidas en origen. Fijémonos en el filón de los supermercados con las bolsas de plástico, no están obligados a cobrarlas si están hechas de plástico reciclado en un 70%, sin embargo prefieren seguir cobrando. Y aparte de todo, es evidente que el impuesto al aire, más los mil impuestos al automóvil, son las capas de cebolla que van aumentando el desastre década tras década. Pero no nos olvidemos que la inflación es un fenómeno monetario,y las enormes cantidades de dinero creadas por los bancos centrales tenían que pasar factura. Recordemos el libro del antiguo presidente del banco central de la india, que sostenía que los países occidentales estaban manteniendo cotas artificiales de prosperidad mediante el recurso a la deuda.
Wesly
Efectivamente, Sr. Laborda, hay que poner en marcha mecanismos que amplíen e impulsen la competencia. La competencia es el motor del progreso. Dónde más falta hace impulsar la competencia es dónde no existe, donde sólo hay monopolio, como en la Administración pública. Es necesario y urgente mandar a la economía competitiva a todos los políticos y empleados públicos no sujetos a la competencia, cuyos abultados sueldos y escandalosos privilegios se obliga a pagar a los empresarios y trabajadores sujetos a la competencia actuales y futuros (quienes deberán pagar la enorme deuda pública que se les adjudica sin su consentimiento). Si quiere que le otorguemos un mínimo de credibilidad, Sr. Laborda, defienda de forma contundente la introducción de la competencia también en la política y en la Administración.
Emilezolacuso
Convencidísimo que los 20 millones d españoles en el umbral (y hasta la cocina) de la pobreza, encantados de la vida. ¿Cierres de pymes, autónomos, empresas? Tropecientos mil, pero no pasa nada. ¿Salarios q se perciben en Españistán? Para asar vaca y media. ¿Terrorismo económico/finaciero/impositivo? El santo y seña marca España. ¡¡ Qué el español de a pie, no sabe q hacer con tanto como tiene !! Harto de comprar a tocateja vivienda, vehículos, viajar, comprar diamantes y joyerío vario.
Karl
Para impedir la concentración de poder en unas pocas manos, se propone que la totalidad del poder se confíe al Estado... «Con el objeto de impedir peligrosas concentraciones de poder económico en manos de unas pocas sociedades anónimas, el socialismo propone que la totalidad del poder económico se confíe a una sociedad anónima señera llamada estado.» ~Nicolás Gómez Dávila
Karl
"El gran peligro para el consumidor es el monopolio, ya sea privado o gubernamental. Su protección más eficaz es la libre competencia en casa y el libre comercio en todo el mundo. El consumidor está protegido de ser explotado por un vendedor por la existencia de otro vendedor al que puede comprar y que está deseoso de venderle." ~Milton Friedman
Karl
Cui prodest?
Karl
El "señor feudal" con mayor "poder de mercado" es el BCE: Ciérrese!