Cuando La Caixa era una de las cajas de ahorros más saneadas de España (aquí contamos sus orígenes) y, quizás por ello, de las menos politizadas, mantenía una gestión profesional de alto nivel que los equiparaba con otros grandes bancos privados europeos que pudieron sortear, sin ayudas públicas directas, la grave crisis financiera de 2008. Una de sus características era la existencia de Criteria CaixaCorp, S.A., holding de empresas que aglutinaba las diferentes inversiones de La Caixa, tanto industriales como participaciones en otras entidades financieras (uno de los sinsentidos de las cajas de ahorros era ese, que podían tener acciones de otros bancos pero los demás no podían invertir en ellas, dificultando de ese modo su financiación). Se creó precisamente para poder salir a cotizar en bolsa con esas participaciones (recordemos que ya entonces eran accionistas importantes de, por ejemplo, Repsol, Telefónica, el Banco BPI portugués etc.) algo que hicieron desde octubre de 2007, justo en los días de los máximos históricos nominales de la bolsa española (los famosos 16.000 puntos del Ibex).
En 2011, La Caixa se convirtió en Caixabank y, al poder salir ya a cotizar por sí misma en bolsa, convierte a Criteria CaixaCorp en Criteria CaixaHolding, que ya no cotizaría, y traspasa parte de sus mejores inversiones (Telefónica y Repsol, a priori las más atractivas, así como las participaciones en entidades financieras extranjeras), a CaixaBank. Sin embargo, Criteria Caixa -su nombre desde noviembre de 2015- volvería a coger protagonismo desde que, en 2014, se convierte en el principal accionista de CaixaBank tras la liquidación de La Caixa (al convertirse en fundación), que le traspasa sus acciones. Incluso ahora, tras deshacerse en 2016 y 2017 de algunos paquetes accionariales y tras la absorción de Bankia en marzo de 2021 con la entrada del estado como socio, Criteria Caixa sigue siendo el principal accionista de CaixaBank con un 31,92%.
Inversiones diversificadas y rentables
Además de ello, debido a las antiguas inversiones de La Caixa en Gas Natural y Abertis que mantuvo, e incluso amplió, tras posteriores fusiones, posee el 26,71% de Naturgy y el 9,36% de ACS, además de mantener hace muchos años el 5% (esta semana ha alcanzado el 9,9%) de Telefónica. Dentro del Ibex, también tiene el 3,25% de Inmobiliaria Colonial y el 3,05% de la principal candidata para entrar en la próxima revisión: Puig. No son las únicas participaciones, también tiene el 99,52% de Saba, el 15% de Aigües de Barcelona y el 100% de Caixa CapitalRisc y de InmoCaixa. Incluso mantiene inversiones financieras en el extranjero: el 9,10% del grupo mexicano bancario Inbursa y el 19,27% del grupo financiero líder en Hong Kong: el Bank of East Asia. Como vemos, Criteria tiene inversiones diversificadas y muy rentables, y además, su recién presentado Plan Estratégico 2025-2030 es muy ambicioso.
La enorme pérdida a revaluación que ha sufrido Criteria al frustrar la opa de Naturgy por, presumiblemente, deseo del gobierno, es una “deuda” que no dudo será pagada por la Administración
Sin embargo, lo que lo está haciendo famoso para el gran público y lo que está despertando algunos recelos, es su buena sintonía con el actual Gobierno, como si en sus últimas decisiones financieras estuviera teniendo en cuenta criterios cada vez más políticos. Ejemplo de ello es la noticia de esta misma semana de aumentar su participación en Telefónica hasta doblarla y así igualar la participación de los saudíes (algo que, según parece, es deseo del gobierno y no encaja en la política de diversificaciones de Criteria), la ruptura de negociaciones con los qataríes que pretendían adquirir Naturgy (de nuevo, algo que no quería el gobierno que pasara y que ha costado a los accionistas, y por supuesto también a Criteria que es el mayor, una pérdida en unos días de más del 15% de su valor) y, aunque esto sólo sea un rumor, la posibilidad de interponerse en la OPA de los húngaros sobre Talgo. Visto lo visto, esta última es posiblemente una buena decisión financiera, que sí que encaja con la diversificación que siempre ha buscado Criteria pero si el motivo es hacerle un favor al gobierno surge la duda de si estas últimas decisiones son a cambio de algo, y recordemos que el gobierno no tiene nada propio, gestiona lo de todos.
Es complicado saber qué hay detrás de cada decisión y qué presiones ha habido -y hay actualmente- pero, por ejemplo, la enorme pérdida a revaluación que ha sufrido Criteria al frustrar la opa de Naturgy por, presumiblemente, deseo del gobierno, es una “deuda” que no dudo será pagada por la Administración. Tampoco tiene mucho sentido que el Estado siga poseyendo un 17,3% de CaixaBank (que viene de sus acciones en Bankia) cuando ha estado cotizando en máximos históricos y nada justifica, salvo intereses electoralistas (quedaría muy mal que un gobierno de izquierdas “privatizara” algo, y más asumiendo pérdidas aunque sean mucho menores hoy que las que hubieran sido hace años), que el dinero de los contribuyentes esté invertido ahí cuando podría destinarse a reducir volumen de deuda pública. Aunque eso mismo podría decirse de todas las acciones que ha adquirido de Telefónica.
Intervencionismo extremo
Por eso es tan rara la relación con Criteria, si éstos ayudan al Gobierno y de esa forma nos ahorran el tener que invertir dinero público (procedente de emitir deuda, no lo olvidemos), tiene un pase, pero no siendo así, ¿a qué viene esta relación “especial”? A mí no me convence pero si el Gobierno cree que es lo mejor para España y no ve los problemas que puede tener ese intervencionismo extremo emitiendo deuda para adquirir acciones, que la SEPI compre Talgo, Naturgy y lo que haga falta, igual que hizo con el 10% de Telefónica, ¿para qué “necesita” a Criteria, por qué deberle favores a una empresa privada que funciona como un fondo de inversión?
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