El origen viene de los problemas de los bancos estadounidenses sobre todo el Silicon Valley Bank (SVB). Esta entidad parece tener un alto porcentaje de préstamos a tipo fijo en el activo, así como deuda pública, lo que le hace sufrir con la actuación de la Fed porque sus activos valen realmente menos, se haya reconocido contablemente o no. Pero un banco cae por la liquidez y es la fuga de depósitos (sobre todo mayoristas, tanto por precaución como en busca de mayor rentabilidad), como ocurrió en el Banco Popular, lo que detona la crisis. Ello les ha obligado a vender los activos más fácilmente realizables en el mercado, es decir, sobre todo deuda pública con sus minusvalías latentes. Así que vender de manera forzada genera pérdidas. Y estas reducen la base de capital, aumentan la desconfianza e invitan a los inversores a deshacerse de las acciones. Además, los depositantes y los inversores temen que, en otras entidades bancarias, a lo peor, podría ocurrir algo del mismo estilo. Y ya está el lío montado.
La pregunta es inmediata ¿Podría pasar algo similar en los bancos españoles? Yo creo que el parecido entre nuestras entidades financieras y lo que se acaba de comentar es relativamente escaso. Porque las entidades americanas son de no mucho tamaño y con un negocio escasamente similar al de nuestra banca. En las entidades españolas la sensibilidad a las alzas de tipos de interés es, en general, positiva (aunque no tanto en alguna de sus filiales en el exterior). Porque el porcentaje del crédito a tipo de interés variable asciende al 52% y porque disponen de un nivel elevado de liquidez, lo que les permite un ascenso gradual del coste de los pasivos. Por eso, ha habido importantes subidas del margen de intereses de los bancos españoles en 2022 y las habrá aún más intensas en 2023.
Creo que el parecido entre nuestras entidades financieras y lo que se acaba de comentar es relativamente escaso. Porque las entidades americanas son de no mucho tamaño y con un negocio escasamente similar al de nuestra banca
Eso sí, el márgen de intereses es sólo una de las rúbricas de sus resultados en las que impacta el actual entorno económico y financiero. Pero, hay otros efectos negativos. La inflación va a impulsar al alza los gastos de explotación. Y las mayores cargas financieras que afrontan los deudores, junto con la desaceleración económica o posible recesión, hace que puedan aumentar los impagos en el futuro. Pero cabe esperar que el impacto de estos factores no sea tan intenso y pueda ser más que compensado con la evolución del mencionado margen de intereses.
La inflación va a impulsar al alza los gastos de explotación. Y las mayores cargas financieras que afrontan los deudores, junto con la desaceleración económica o posible recesión, hace que puedan aumentar los impagos en el futuro
En cualquier caso, esta además el factor de la cartera de deuda pública. Que, en caso de que las cosas fueran mal y hubiera nerviosismo, podría ser importante. Si los bancos centrales siguen subiendo los tipos más de lo que ya descuenta el mercado, los precios de la deuda caerán más de lo esperado. Podría incluso llegar un momento en que se reprodujeran situaciones de hace una década y hubiera falta de confianza en la capacidad de algunos Estados para gestionar la evolución de su deuda, lo que supondría una ampliación de las primas de riesgo y los bancos podrían sufrir mucho por sus tenencias de deuda pública. Pero, bueno, actualmente esto no ocurre y, aunque es posible a futuro, quizás no sea lo más probable. Además, el BCE está vigilante y se ha dotado de una herramienta para frenar posibles impactos. Aunque no será suficiente si hubiera avalancha.
Entonces, ¿por qué han bajado los precios de las acciones bancarias españolas? Pues sobre todo por contagio y sobrerreacción. Y yo creo que ha influido sobremanera el fulgurante ascenso de las cotizaciones experimentado tanto en 2022 como, sobre todo, en las pocas semanas que van de 2023. En lo que va de año, el Sabadell, subía hasta ayer jueves 9 un 48%, el Santander un 35%, y el BBVA un 30%. Así que la “disculpa” de SVB y la corrección generalizada constituye también una buena oportunidad para materializar algunas plusvalías.
Pero creo que la situación de SVB es relativamente poco asemejable a la de los bancos españoles. Ahora bien, de lo ocurrido, los inversores pueden tomar nota, sobre todo si hubiera curvas en el mercado de deuda.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación